Ya no podemos hacer aquel viaje que tanto deseabas hacer conmigo. ¿Te acuerdas? Querías ir al Caribe. Disfrutar de sus playas, de su mar, de su belleza. Los dos juntos de la mano paseando. ¡No! Ya nunca podré hacerte ese regalo.
Al principio, no fuimos porque no me alcanzaba el sueldo. Después, cuando tuve un trabajo decente, no pudimos ir, por falta de tiempo. Mi nuevo trabajo requería mi total dedicación y responsabilidad. Y, cuando, por fin, tuve unos días de vacaciones, tu salud empeoró. Siento tanto que tu deseo se quedara en el aire sin cumplir. No me lo perdonaré jamás.
Hoy, en tu cumpleaños, te regalo rosas. Pero ya no las verás. No podrás disfrutar de su aroma, ni de su belleza. También te regalo un poema escrito con el corazón que quedará grabado en tu tumba. Tampoco lo leerás. Tal vez, cuando yo me vaya contigo, allá donde estés, podamos, por fin, disfrutar de ese viaje que quedó pendiente.
Juntos tú yo de la mano en el alma
volaremos hacia el universo de los sueños
nos encontraremos para viajar
hacia las playas de ensueño
amándonos eternamente.
Tuyo, siempre, tu amado
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María