Aquel día nos reunirnos todo el grupo para planificar la noche de Halloween. Debíamos de votar: "Truco o Trato". Y por unanimidad salió: "Truco". Por lo que, decidimos que, para esa noche, el truco consistiría en ir disfrazados de espíritus para hacer una sesión de espiritismo.
Llegó el momento esperado: la noche de Halloween. Ya estábamos todos, así que, comenzamos. Yo era la primera vez que acudía porque nunca había creído en esas cosas.
Keira decidió ser la medium. Apagamos las luces. Encendimos las velas. Nos sentamos en el suelo en círculo, unimos nuestras manos, cerramos los ojos. Todo estaba en silencio.
Keira empezó a hacer la primera pregunta a los espíritus. Y abrimos los ojos para ver la respuesta del péndulo, que empezaba a moverse en una sola dirección. En ese momento, se empezaron a mover las cortinas, las lámparas y los cuadros de las paredes.
No me podía creer lo que estaban viendo mis ojos. Y me empezó a entrar la risa. Los nervios me jugaron una mala pasada. Así que como no me pude contener, me tuvieron que echar de la sala, y ya no podía volver a entrar, así que me fuí de allí.
La noche estaba oscura. No había luna. Al cruzar la calle noté que alguien me seguía. Miré para atrás. Era mi sombra que llevaba un cuchillo en la mano. Escuché un grito. Era mi propia voz que decía:
- Este será tu castigo por reirte de los espíritus.
Y fue entonces cuando vi mi sangre derramada en el asfalto, y mi cuerpo se desplomó al suelo. En ese momento, noté un desprendimiento. Mi alma salió del cuerpo. Ahora era ella la que se dirigía hacia el lugar donde estaban todos.
María
Boa tarde de paz, querida amiga Maria!
ResponderEliminarGenial!
Deus nos livre de tal aventura, rs...
Escreveu com detalhes uma cena fictícia que prendeu a atenção do leitor.
Muito bom contexto assustador.
Tenha uma nova semana abençoada!
Beijinhos fraternos
Hola María, presioso e inquietante relato. Hay que tener cuidado con estas cosas y no tomarlas a broma. Yo lo dejé de hacer porque de lo extraño ya pasaba a lo tenebroso. Muchas gracias por tu participación y la calidad que aportas.
ResponderEliminarUn saludo.
Hay que tenerle respeto al más allá que pueden pasar cosas como las de tu relato, conozco algún caso similar. Un buen preámbulo para el Halloween que ya se aproxima, De qué te disfrazarás?.
ResponderEliminarBesos dulces, María Dora y dulce fin de mes.
Creo que bien se anota para un relato de gótico urbano. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarHubo un tiempo en que jugaba a la güija con mis hermanos, y utilizo ese verbo porque como un juego la afrontábamos. Quizá por ese motivo no tuvimos experiencias negativas, aunque sí algunas muy curiosas; pero conforme fuimos leyendo y escuchando que con esas cosas no se pueden gastar bromas, lo fuimos dejando.
ResponderEliminarBesos.