Olga, una niña de once años, había acudido a la papelería cercana a su casa, porque necesitaba comprar material para el colegio. Y en la tienda de Ambrosio, dueño del establecimiento, se liquidaban todos los articulos a mitad de precio, porque dentro de unos meses iba a cerrar el negocio por jubilación y necesitaba agotar las existencias.
- ¡Hola! Dijo Olga. Quiero un lapicero, concretamente, el que está en aquella estantería, y también quiero un blog de dibujo.
Ambrosio envolvió el material y después de coger los euros, se lo entregó a la niña.
¡Qué contento estoy! por fin puedo salir de este lugar tan mugriento y oscuro, con olor a moho, casi las goteras me enferman de la humedad. Cuarenta años aquí encerrado, y nadie me había comprado. Reconozco que soy un poco feo, pero por fin alguien me ha visto con buenos ojos. Hoy comienzo a tener autonomía personal. Desde ahora mi vida se llena de luz. Dijo el lapicero rebosando felicidad.
La niña se fué tan contenta al colegio. Hoy tenía examen de dibujo, y estrenaría su lapicero.
Ya en clase la profesora les dijo que comenzaran a dibujar. La niña no se lo podía creer. El lapicero parecía automatico. Nada más cogerlo de la mano empezó a dibujar un paisaje. Creando imágenes dinámicas con sonidos. El paisaje cobró vida.
La profesora recogió los dibujos y empezó a corregirlos. Al ver el de Olga se quedó alucinada felicitándola por ello, siendo la alumna que mejor nota obtuvo de la clase: un sobresaliente.
Y es que el lapicero llevaba tantos años sin hacer nada, encerrado en el establecimiento de Ambrosio, que tenía muchas ganas de trabajar. Y como agradecimiento se esforzó todo lo que pudo para hacer a la niña tan feliz como lo estaba siendo él, ya que, gracias a ella, vio la luz.
en el blog de Rebeca con su reto "Fuego en las palabras"
María
Hermosa personificación en el fondo de este cuento. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarNo suelo escribir cuentos, creo que es el primero que hago en toda mi vida, Carlos, pero como se trataba de dar vida a un objeto, pensé en un lapicero, y así tal cual salió.
EliminarUn abrazo.
Bien está lo que bien termina que dicen por ahí.
ResponderEliminarA veces se necesita tan poco para ser medianamente feliz.
Besos.
Qué razón tienes, Erik, que se necesita tan poco para ser feliz en esta vida, y para hacer felices a los demás, igual.
EliminarBesos.
Un mágico relato de un lapicero que hace feliz a una niña y así también él es feliz cumpliendo su propósito. Todo tiene vida cuando le damos buen uso.
ResponderEliminarBesos dulces María Dorada y dulce semana.
Un lapicero liberado de un lugar oscuro, así que, como no va a agradecer a quién le sacó de esa cárcel, todo se convirtió en luz para él.
EliminarBesos, Dulce.
No puede ser más bonito este relato!
ResponderEliminarQué bien has resuelto el reto,y cuanta magia desprendes!
me encanta!
Un besazo bonita!
Al principio no sabía qué iba a escribir, me resultaba complejo este reto, pero escuché a Campirela que me dijo que me metiera dentro de un objeto, y es lo que hice, y esto es lo que me salió, lunaroja.
EliminarUn beso enorme.
Hola María, pues te ha quedado un historia muy bonita, pocas veces nos damos cuenta del arte que esconden una persona y su lapicero, y si la persona es un niño... añade un plus de fantasía.
ResponderEliminarUn saludo
Cuando se trata de la infancia todo es mágico, LUFERURA, y es que los niños dan alegría y vida, y en este caso, el lapicero fue tan feliz con la niña.
EliminarUn saludo.
Imagina si lo pilla un bloqueo. Nos inundariá de relatos.
ResponderEliminarSi se hubiera jubilado con el jubilado, estaría más tranquilo pero menos contento.
Abrazooo
Jajajaj qué bueno lo que dijiste, Gabiliante, pero tienes razón, esto de estar activo con un lápiz o boli, o con el teclado nos da mucha felicidad escribiendo, nos mantiene activos, mejor que no llegue la jubilación nunca, pero es inevitable ya que los años pasan, y algún día así nos encontraremos, aunque todavía nos queden bastantes años.
EliminarUn abrazo.
Que historia tan tierna la de ese lapicero olvidado en un rincón como si no sirviera para nada y era todo un artista sin estrenar. Estupenda aportación. Besos
ResponderEliminarHay tantas cosas olvidadas en nuestras casas, Emilia, sin usar, y que todavía sirven, lo peor de todo es cuando no nos damos cuenta de que están ahí.
EliminarBesos.
Ojalá al lapicero le quede mina para rato y pueda seguir dando alegrías a Olga. Como el genio de la lampara, ha salido y yupi todos contentos. Un abrazote
ResponderEliminarMientras que siga teniendo mina que siga escribiendo el lapicero, Ester, y cuando se quede chiquitito no quedará más remedio que tirarlo a la basura, como pasa con todo, pero mientras tanto lo habremos utilizado.
EliminarUn abrazo.
Una bella historia nos regalas María donde un lápiz guardado por años es comprado por una niña que lo
ResponderEliminarlleva a la escuela y en la clase de dibujo en un examen, el lápiz cobra vida y despliega toda su creatividad en una hoja haciendo que el trabajo de la niña sea el mejor. Has dejado volar la imaginación María y te salio un cuento mágico, felicitaciones.
Que tengas un buen día
Besos
Gracias por tu atenta lectura, Ezequiel y me alegra que este cuento te haya gustado. Un lapicero creativo y además agradecido.
EliminarBesos.
La vida de los objetos inanimados es pura magia, como la que nos has dejado aquí.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato, María.
Aferradetes!
Te confieso que veía dificil este reto, Paula, pero al final me metí dentro de un lapicero y pude hacer este cuento con un toque mágico.
EliminarBesos.
El lápiz tuvo que esperar.
ResponderEliminarPero lo encontró quien sabrá darle buen uso.
Así que valió la espera.
Besos especiales.
Tienes toda la razón, Demiurgo, mereció la pena esperar, porque luego la niña le dió luz y vida al lapicero.
EliminarBesos especiales.
Se pone a escribir la niña y el lápiz le saca El Quijote.
ResponderEliminarMuy bonito relato, María.
Besos.
Todo gracias a la niña, es verdad, Macondo, aunque el lapicero contribuyó a ello, con su agradecimiento.
EliminarBesos.
qué interesante! creo que hubo algunos días que nunca existieron, al cambiar de un calendario a otro hace siglos, lo leí en alguna parte.
ResponderEliminarmi profesor de naturales de 8ºegb, una vez dijo que el período de revolución alrededor del sol era 365 días. yo, muy repipi que era, le precisé: "365 días y 6 horas". esas 6 horas, cada cuatro años hacen el día extra de los años bisiestos. el profesor me respondió: "sí, sí, 365 días, 6 horas y 9 minutos!". lo de los 9 minutos, no sé si es real o si fue una coletilla que añadió a modo de burla por mi afán de exactitud...
abrazos!
Qué interesante tu comentario, chema, con lo que dices sobre el período de revolución alrededor del sol, tú sí que eres exacto que le dijiste al profe hasta las horas y todo jajaja, y seguro que él por eso te respondió lo de los minutos jajaja, me sacaste sonrisas con lo que me has contado, gracias chema.
EliminarBesos.
Te salió un precioso y tierno relato, todo lo que nos rodea tiene vida propia, solo hay que fijarse bien en ello. De ahora en adelante , la niña será mucho más feliz , y el lapicero tan bien, eso sí que no se saque mucha punta, porque si no llegará su fin.
ResponderEliminarUn besote grande, y sigamos con esa magia que existe a nuestro alrededor.
Me vengo hasta aquí, saltándome a los demás, Campirela, porque quiero darte las gracias ya que gracias a tus consejos pude hacer este relato, cuando me dijiste que pensara en un objeto y me metiera dentro de él, es lo que hice, pensé en un lapicero e intenté darlo vida. Así que ha sido gracias a ti, que he podido hacer este reto porque lo veía dificil. Gracias por orientarme, preciosa. Y que no se acabe nunca la mina o tinta para poder seguir escribiendo.
EliminarUn beso enorme.
Adorei tua história e criação sobre esse lápis mágico!
ResponderEliminarFicou muito linda! Adorei!
beijos, chica
Gracias, Chica, me gusta que te encante este lapicero mágico.
EliminarBesos.
Un cuento precioso en el que seus tres personajes alcanzaron la felicidad.
ResponderEliminarQue es lo que buscamos en la vida, ser felices, y disfrutar de las cosas que tenemos, Tracy.
EliminarBesos.
Boa noite de paz, querida amiga Maria!
ResponderEliminarAdoro seu modo de escrever tão cativante e cheio de sentido.
Prende a atenção do leitor, com criatividade.
Sabe, uma vez fiz um conto na escola sobre um objeto inanimado, justamente o lápis, tirei 10, nunca me esqueci.
Você deu vida nova a ele e ficou feliz em sair de um lugar cheio de mofo...
Muito bem contado, gostei.
Tenha dias abençoados!
Beijinhos fraternos
Amiga, o tradutor diz coisas diferentes das que eu disse, me desculpe, "nunca errei', jamais diria tal disparate.
EliminarFiz uma história do lápis desde que eera uma madeira e ganhei nota 10, quis dizer.
Beijinhos de bom dia!
Qué bueno lo que me cuentas, que te dieran un diez escribiendo en la escuela sobre un objeto inanimado, te felicito querida Roselia. Me alegra que hayas disfrutado con mi cuento.
EliminarBesos enormes.
No te preocupes, querida Roselia, a veces los traductores traducen cosas distintas, pero en este caso a mí me salió bien lo que dijiste, no hubo problema.
EliminarMás besos.
es un relato con final feliz para todos. ambrosio vendió un producto que no salía, el lapicero al final logró salir de aquel lugar en el que llevaba décadas, olga presentó un magnífico trabajo que no esperaba y la profesora recibió un paisaje tan real que la dejó asombrada y contenta.
ResponderEliminarun beso.
Es verdad, todos tan contentos, DRACO, desde el lapicero, Ambrosio, la niña, y hasta la profe, qué bien si fuera así la vida tan de color de rosa.
EliminarUn beso.
Qué bonito !! hoy nos has convertido a todos en niños aquí, con tu mágico lapicero, mi querida MARIETA , lastima q Ambrosio no supiera la maravilla q guarda a en su establecimiento: ) Precioso cielo!
ResponderEliminarUn beso sonriente con piruleta de fresa ; )
Me salió un cuento mágico, mi querida tocaya, es la primera vez que escribo una cosa así jajaja. A veces no sabemos lo que guardamos, y cuando nos damos cuenta de ellas vemos que tenemos verdaderas maravillas.
EliminarUn beso enorme.
Me habría ido muy bien un lapicero de esas características en mi época escolar. :D
ResponderEliminarYo también opino lo mismo, Cabrónidas, un lapicero de éstos qué bien nos hubiera venido en aquella época.
EliminarUn saludo.
Ay me encantaaaa María, qué historia tan bonita, la has relatado con tanta ternura!! Traes una mirada tan entrañable! Y eso se contagia, después de leerte se queda uno con sonrisa puesta y especialmente alegre...
ResponderEliminarMil gracias, María, muy feliz miércoles, besos mil
Hola, Milena, perdona cielo que te responda tan tarde, pero ando muy pillada estos días sin tiempo de estar por aquí, y ahora que tengo un ratito, aquí vengo a responder tu comentario. Me encanta que hayas sentido esta historia con tanta ternura, la verdad es que es un placer leer decir que te quedas con una sonrisa, y a mí con tus palabras, me dejaste con otra.
EliminarBesos enormes.
Este relato me lleva a pensar que a veces lo único que hace falta en la vida es que te den una oportunidad, si se hace feliz a los demás, la recompensa vale el doble.
ResponderEliminarUn beso.
Me gusta tu mirada, Lola, la conclusión que has sacado con mi relato, y es verdad, qué importante que te den una oportunidad en la vida para saber que todavía sirves para algo, y sobre todo, poder hacer feliz a los demás, con ello, uno mismo se siente feliz.
EliminarUn beso.
Excelente ... maravilloso .. bello miercoles
ResponderEliminarGracias, Ricky, que tengas un feliz sábado.
EliminarBesos.
Hermoso cuento, María. Has logrado que un simple objeto cobre vida y nos recuerde que hasta lo más olvidado puede tener un propósito lleno de luz. El lapicero mágico no solo dibuja paisajes, también dibuja sonrisas en quienes lo leen.
ResponderEliminarGracias por regalarnos esta ternura y recordarnos que la imaginación es la mejor mina que nunca se gasta.
Un fuerte abrazo.
Es cierto lo que dices, querido Enrique, que lo más olvidado puede tener mucha luz, tan solo hay que saber apreciarlo, y es cuando nos podemos dar cuenta de ello. Y como bien dices, la imaginación es la mejor mina, que nunca se agote, y sigamos cultivando cuentos, reflexiones y mucho más porque compartir con los demás, es lo más maravilloso que existe en la vida.
EliminarUn abrazo enorme.
Muy bonito, María. Yo también tengo un lapicero mágico.
ResponderEliminarSi tienes tiempo pasa por mi blog, hablo de "tu tiempo"
Un abrazo desde Segovia.
Los lapiceros mágicos se encuentran en la imaginación de uno mismo, que nunca se agote, y sigamos escribiendo magia para los demás, Marisa, como tú bien lo haces con los niños.
EliminarUn abrazo.
María,
ResponderEliminarque relato encantador!
A história do lápis que, depois de décadas esquecido, reencontra a luz através das mãos de uma menina é uma metáfora lindíssima sobre a gratidão e o renascimento. Há algo de profundamente lindo nesse objeto que “fala” um reflexo das nossas próprias esperas silenciosas, dos talentos guardados à sombra, à espera de um olhar que nos devolva sentido.
A forma como dás voz ao lápis transforma um simples episódio cotidiano em um conto de esperança e ternura. Olga representa a pureza da infância, aquela capacidade de ver valor onde o mundo adulto já não enxerga nada. E o lápis, com sua alegria discreta, ensina-nos que nunca é tarde para servir, criar e iluminar.
Um texto doce, simbólico e inspirador cheio de vida, como o traço desse lápis finalmente liberto.
Beijinhos
Fernanda
Qué bonita tu mirada interior, querida Fernanda, sobre el relato, me gusta lo que analizas, sobre el reflejo de nuestras propias vidas, y lo que dices sobre la esperanza y ternura. Porque nuca es tarde si la dicha es buena para poder compartir con los demás y hacer el bien al prójimo. El lapicero demuestra su gratitud hacia la niña y se lo transmite de esa manera. Una de las mejores demostraciones realizadas con afecto y gratitud.
EliminarMuchos besos.
¡Qué bonita historia! Un cuento perfecto para todos los públicos, y salvo porque no aparecen ni el "Érase una vez... " ni el consabido "y comieron perdices", sería digno de cualquiera de los clásicos, por cómo lo has narrado y su cierre.
ResponderEliminarUn gusto leerte y un placer que te hayas animado a participar en mi #Fuegoenlaspalabras.
Un abrazo.
Qué bueno que te haya gustado el cuento, Rebeca, la verdad es que al principio me pareció dificil el reto, pero luego parece que he podido salir del paso, y me ha gustado escribirlo, así que te agradezco mucho por incitarnos a volar con la imaginación, el poder hacer que un objeto tenga vida propia. Felicitaciones por tu propuesta y un placer haber participado.
EliminarUn abrazo.
Hola María. ¡Hay tantas cosas como ese lápiz olvidado en un estante que si nos dedicáramos unos momentos a revisar veríamos cuantas aparecen!
ResponderEliminarY ese lápiz es una muestra. Ahora ya no se usan apenas lápices, bolis o plumas. Ahora priva el móvil y así se nota en la cantidad de faltas de ortografía que se ven al leer cualquier texto.
Pero ese lápiz cuando se le da utilidad toma vida propia y le hace a la niña un dibujo fuera de lo normal.
Un cuento muy bonito que creo tiene su enseñanza o moraleja. Que cada cual saque la suya.
Un abrazo.
Qué razón tienes, Juan, hay tantos objetos que tenemos olvidados, que si nos pusiéramos a mirar los armarios nos daríamos cuenta de las cosas que podemos utilizar aunque creamos que son inservibles. Y estoy de acuerdo contigo cuando dices que ya no se usan ni lapiceros ni bolígrafos, ahora con los móviles o pc, estamos olvidando cómo se escribe a mano, una pena que esté sucendiendo eso, porque además, escribir a mano nos estimula la mente, y tiene muchos beneficios. Estamos avanzando en tecnología, pero retrocediendo nuestros conocimientos manuales. Echo de menos aquellos tiempos en los que se escribía a bolígrafo o lapicero.
EliminarUn abrazo.
Un lapicero así me hubiera venido de lujo a mí cuando era niño.
ResponderEliminarSobre todo en dibujo técnico.
Era un manazas...
Besos.
Seguro que no eras tan manazas, TORO, y estás exagerando, de todas formas, escribes de lujo, y me encanta leerte, porque nos sorprendes con cada entrada, puedes escribir desde un poema romántico, y hasta incluso, a dar vida a los locos.
EliminarBesos.
Por un momento he pensado que era una metáfora de las inteligencias artificiales, que nos permiten crear de todo pero, en el fondo, nada de lo que crean es nuestro y terminan por aburrirnos :)
ResponderEliminarMe alegra que haya terminado bien ;)
Contigo quería hablar, Beauséant, y no encontraba tu email en tu blog, para decirte que esta semana estuve intentando comentar tus entradas, y que no había manera de comentar en tu blog, ya me ha pasado alguna otra vez. No sabía cómo decírtelo porque no encontraba un email tuyo, y pensé, te lo escribiré en el comentario de mi blog. Nada. Por más que lo intentaba el otro día no había manera. Lo que no sé es cómo han podido comentar los demás. A mí no me dejaba opción. En cuanto a tu comentario. Hasta dónde nos llevará la IA, a este paso. He oído decir que los móviles serán sustituidos por unas gafas, que no vamos a necesitarlos. Cómo va avanzando todo.
EliminarUn abrazo.
Sencillamente mágico, María...Lo has contado con tanto cariño, que hemos visto al tendero feliz, al lápiz adquirir vida propia y a la niña disfrutar dibujando...Y es que hay que dar una segunda oportunidad a las cosas que están olvidadas en los rincones...Ellas tienen alma y esperan para ayudarnos a mejorar...Hay que tomar el lápiz, el bolígrafo y ponernos a crear la vida, la imaginación y la curiosidad nos salvará siempre de la monotonía, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y admirado por tu buen hacer, amiga poeta.
Al final todos fueron felices, y qué bonito es poder hacer felices a los demás, ¿verdad María Jesús? con la generosidad todo puede ser posible, compartir lo bueno que tenemos con los demás. Pues sí que tienes razón, que hay que dar una segunda oportunidad a las cosas, y utilizarlas, porque seguro que nos sorprenderán. Y que la imaginación no nos falte para poder seguir creando magia, querida amiga.
EliminarUn abrazo enorme.
Maria uma bonita história, queria tanto um lápis assim. Maria bjs.
ResponderEliminarTodos queremos un lápiz así, ¿verdad, Lucimar? para que la magia nos sorprenda.
EliminarBesos.
Gracias María.
ResponderEliminarTe estas dedicando sin saberlo a descubrir algunos de mis secretos ya que cuando niño y, en la ciudad que me educaron, para ser persona con criterio y también a descubrir esas letras las que hoy me levantan entre los años ya sin tregua, hacia mi cerebro, para convertirme en un ser con criterio, ya que, en mi niñez no conocía ni los raíles por donde concurrían las ruedas aceradas de vidas y más vidas las que fortuitas y frondosas tuve la fortuna de colarme en esos vagones, los que me transportaron a tierras lejanas donde me tropecé con los lápices de colores y sacapuntas con los que aprovechar hasta que nuestros dedos no podían sujetarlos, y la pluma nos dejaba los dedos oscuros de la tinta.
No duro muchos años esa noble y sensacional y necesaria aventura ya que: el hambre azotaba a la familia por falta de recursos, y era necesario arrimar una miaja de dinero, monedas necesarias para comprar el pan de cada día; cuyo importe su madre lo pagaba cada fin de mes, cuando se percibía algo de dinero el que su padre traía de horas interminables de trabajo por esas vías.
Pero faltaba lo más importante para él: no tenía sacados los estudios primarios y, tuvo que volver a hacer un examen, para conseguir ese añorado pergamino para poder trabajar, para acarrear unas pesetas a la familia; examen que pasé con una buena nota.
Incluso (que curioso) tuve que hacer un dibujo de un paisaje con arbolado el que cobro vida en mi interior dejándome clavado en el corazón esa lanza de plumilla repleta de tinta cuyo tintero estaba adosado al centro de nuestras mesas de trabajo.
Aún recuerdo hasta el tronco y las ramas y las hojas que hasta el maestro se quedo de piedra que a mis 12 año fuese capaz de tal proeza.
Y como puedes comprobar: ese gusano se hizo mariposa y voló y voló y, volaron las figuras encontrándose con las letras las que atraillaron a sus escritos formando una vida saludable y muy entera; aunque los años le pesen ya en su cuerpo, pero, cuanto más pesen, más libre queda su conciencia y su corazón se alza sin miedos por los senderos de la razón.
Gracias María
Un abrazo.
Qué bonito lo que cuentas, Antonio, qué recuerdos más bonitos, gracias por compartirlos. Y es que todos tenemos recuerdos de aquellos años en los que la magia siempre estaba presente en nuestras vidas, y aunque pasen los años, no podremos olvidarlo jamás. Me gustó que este relato te trasladara hasta tu niñez, y compartieras tus recuerdos, muchas gracias, poeta.
EliminarUn abrazo.
Que belo conto, Maria
ResponderEliminarFoi doce ler-te, cada palavra.
Quando colocamos luz , qualquer coisa se transforma.
beijos querida ☺
Es verdad, todo se puede transformar, preciosa Bandys, y sino a través de nuestros ojos, que la magia siempre nos siga sorprendiendo.
EliminarMuchos besos.
Olá, amiga Maria.
ResponderEliminarHistória muito bonita sem dúvida.
Também gosto de desenhar. Embora não o faça há algum tempo.
Quem sabe se haverá algum lápis à espera que o compre.
Gostei bastante, estimada amiga.
Deixo os votos de um feliz fim de semana!
Beijinhos, com carinho e amizade.
Mário Margaride
http://poesiaaquiesta.blogspot.com
https://sltaastuaspalavras.blogspot.com
Qué bien que te gustara dibujar, querido Mário, a mí también me encantaba dibujar, era una de mis asignaturas preferidas, me entretenía la clase de dibujo. Pero lo que pasa que no tenía un lapicero como éste jajaja, ya me hubiera gustado a mí.
EliminarBesos.
Quiero uno así, pero que le guste la filosofía y los poemas de amor y desamor y los que no se deciden a ser ni lo uno ni lo otro. Yo solo apoyo la punta en el papel, y es él quien me escribe a mí jaja Don Ambrosio, no cierre todavía la tienda, que voy para allá. Un abrazo, Dorada.
ResponderEliminarJajaja qué bueno tu comentario, me ha sacado sonrisas, Julio David, seguro que Don Ambrosio te está esperando para que vayas a por un lapicero de éstos, y luego ya echará el telón al establecimiento. Qué bueno si un lapicero fuera mágico y escribiera todo lo que nos gusta, solo con apoyarlo al papel. Yo quiero uno así.
EliminarUn abrazo.
Hola Maria!,tu narrativa me encanta,siempre logras ese viaje en tus letras con imágenes claras y hermosas ,incluso me llevaste a mi infancia,al recuerdo de crear con lapices e imaginacion.Ademas transmites tu ternura mezclada con algo de inocencia.Te felicito!,siempre es un placer venir a tu casa y empaparse de buenos sentimientos.Un gran brazo!!
ResponderEliminarQué comentario más bonito me dejas, querida Menta, me encanta que mi relato te haya trasladado a tu niñez, y lo hayas sentido con tanta ternura e inocencia, me hace feliz lo que me dices, gracias por tus preciosas palabras.
EliminarUn abrazo enorme.
Un encanto de relato. Precioso.
ResponderEliminarUn beso.
Feliz fin de semana.
Igualmente para ti, AMALIA.
EliminarUn beso.
Jo que bonito. Me ha encantado la inocencia y el amor con el que lo narras, ya me gustaría que todo tuviese ese tipo de vida aunque quien sabe?
ResponderEliminarUn besazo!
Ójala fuese así todo, ¿verdad Morella? aunque como bien dices, quién sabe, todo puede suceder en esta vida tan sorprendente.
EliminarUn beso enorme.
Un cuento precioso, ojalá lo hubiese tenido en mis clases de dibujo lineal, me hubiera venido muy bien un lápiz así.
ResponderEliminarUn enorme abrazo.
Besos María
Es verdad, un lapicero de éstos qué bien nos hubiera venido en las clases de dibujo, CARLOS.
EliminarBesos.
La magia está en todas partes, solo hay que saber reconocerla como tal.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Muy bueno lo que dices, José A. y estoy de acuerdo contigo.
EliminarUn saludo.
Bonito relato María, lleno de ternura y magia, me encanta.
ResponderEliminarFeliz semana.
Un Abrazo
Que no nos falte la inocencia a pesar del paso del tiempo, que sigamos creando magia, José Antonio.
EliminarUn abrazo.
Hola María, leyéndote de nuevo...
ResponderEliminarAbrazos.