Todas las noches a la misma hora a Alex le despertaba un ruido algo extraño y misterioso que venía del portal. Parecía que eran crujidos de los peldaños de las escaleras de madera.
Aquella noche Alex decidió mirar por la mirilla de su puerta, y quedó algo sorprendido al ver que se trataba de su vecina, de la que venía sintiendo una irresistible atracción desde que llegó al edificio.
Por lo que, no se lo pensó dos veces, y decidió salir al portal a su encuentro para así poder entablar una conversación con ella.
Al cruzarse en la escalera con la atractiva mujer, se quedó desconcertado al ver a su vecina tan provocativa mostrando su prominente culo montado sobre la barandilla de la escalera.
Por lo que, la mente de Alex se disparó divagando por unos instantes, visualizando escenas eróticas, e imaginando que ella le pedía: ¡Fóllame!
Así que, excitado y nervioso, la saludó, pero ella no respondió, porque estaba ausente con los ojos medio cerrados. Fue entonces cuando Alex pudo averiguar que se trataba de una sonámbula que se pasaba todas las noches bajando la barandilla y subiendo las escaleras.
Será mejor decírselo mañana cuando ella despierte. ¡Bueno... si es que aún sigue viva...! -pensó Alex- sin perder la esperanza.
Más relatos sobre escaleras en el blog de María José
Esta semana la anfitriona de los relatos jueveros, Tracy, nos propone retroceder en el tiempo cinco años, y que busquemos en el baúl de los recuerdos el primer relato juevero que publicamos en el mes de Julio del año 2020, recién salidos de la pandemia, y lo actualicemos pensando como lo escribiríamos hoy.
Mi primer jueveando, de ese mes y año, coincide con el de Tracy, trataba de "La escalera", fue propuesto por María José. Lo he vuelto a editar tal como lo escribí, porque no cambiaría nada.
Más relatos en el blog de Tracy
María