abrochándome entre la furia de tus verbos,
marcando mi piel, temblando mi carne.
Me conquistas, me seduces, me atrapas,
alterando mi mente,
zarandeando todos mis sentidos,
zarandeando todos mis sentidos,
Y caigo rendida entre tus brazos,
despojándome a tu antojo,
desatándome con tus labios,
calcinándome con tu boca.
Retorcida, agitada, alterada,
sufriendo en la espera de los segundos,
tu ardiente cuerpo me devora,
esquivando al tiempo sin más demora,
sufriendo en la espera de los segundos,
tu ardiente cuerpo me devora,
esquivando al tiempo sin más demora,
amoldándome a la luz de tu imagen,
vibrando al compás de tus sacudidas,
hasta sentirme poseída ardiendo en tu infierno.