Ámame así,
con tus cálidas miradas,
con el deseo de tu boca
y con la pasión de tu alma.
Ámame así,
con tus abrazos encendidos,
con el amor de tus manos.
y con tus besos abrasados.
Ámame así,
con el fuego de tu piel,
con la locura viva de tus sueños,
y con tu mirada prendida en mí.
Ámame así,
así ámame,
sigue amándome así,
y con el sonido de tu corazón.
Hoy quiero compartir un precioso poema que Roberto, autor del maravilloso blog, ""A solas con El Ente", ha dedicado a las personas que padecen Alzheimer y a sus familiares cercanos.
Os recomiendo a todos que visitéis su blog, porque os sorprenderá con sus preciosos relatos y poemas.
Gracias, Roberto, por dejarme compartir en mi blog el bonito poema que me has regalado.
"El cofre de mis recuerdos"
Hace mucho tiempo
guardé en el desván
de mi memoria
un cofre con mis recuerdos,
con mi pasado y mi historia.
Yo subía cada día
y con esmero y cuidado
yo limpiaba mi cofre
y despacito la abría.
Allí estaban mis hijos,
mis nietos y el amor
de mi vida.
Y yo le daba besitos
ay que guapa y que bonita,
y así lo hacía cada día
despues cerraba mi cofre
y mi alma dormía tranquila.
Pero hace poco que
cuando abro mi cofre
a mi me faltan cosillas,
y busco y no las encuentro
y no recuerdo si estuvieron
algun día.
Estaba casi seguro
que ayer estaba mi cofre
llenito de cositas.
¿Que me estará pasando?
será una pesadilla.
Ayer una mujer
vestida de blanco
me trajo un vaso de agua
y una pastilla.
¿Te has llevao tu mi cofre?
pero no contesta la joía
Hoy se me han sentado
en la cama, dos chiquillos
y una niña,
ellos me daban besitos
y ella recitaba una poesía
¿Donde habéis puesto mi cofre?
y ninguno respondía.
Entró una mujer con canas
que no había visto en mi vida,
se me acercó llorando
y me besó en los labios
y me dio el cofre a escondidas.
¿Dónde te habías metido mi amor?
¿Quienes son esa gente que nos mira?
Con un hilito de voz, ella me respondió,
son tus nietos vida mía.
No puede ser mi amor, si fuesen
mis nietos, los reconocería.
Ella me abrazó de nuevo
y de nuevo el cofre se me perdía.
Luego escuché una voz
Papá mirame a los ojos
mirame que soy tu hijo,
pero yo no encuentro
mi cofre, otra vez se me
ha perdido...
El Ente
