Como cada mañana, Esther, se levantaba sin poder apenas abrir los ojos al mundo, ensangrentados de tanta lluvia roja derramada cada noche bajo la almohada de sus pesadillas.
Derrotada, cansada, desilusionada, todos los días para ella eran igual de abrumadores, nadie le daba esa oportunidad tan deseada, la que ella tanto ansiaba y esperaba cada día, esa oportunidad que tanto necesitaba como agua para la sed y pan para el hambre de sus hijos.
El tiempo pasaba, los días cada vez más desesperanzados, las noches más largas con eternas pesadillas, los meses se le escapaban de sus manos, los años se le encallaban en sus piés de tanto caminar buscando ese trabajo tan anhelado, el que cuánto más intentaba acercarse a él, más se alejaba de su realidad.
El mundo le cerraba las puertas dándole la espalda, nada más le quedaba el abrazo eterno de sus hijos.
Una escena que puede estar a nuestro alrededor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esther no es solo ese numero en esa sucesión que publican día tras día como no lo es ninguno de los que lo conforman.
ResponderEliminarOtros terminamos nuestro ciclo y en vez de rellenar el vacío dejado tan solo se limitaran a amortizar el puesto.
Maria... !Ufff..!! vaya giro radical, en esta entrada, que desgarro, casi me hiere el alma ese derroche de angustia, ese derroche de sentimiento.. magnifica...
ResponderEliminarUn beso...
Has pintado una escena cotidiana, que se da en la actualidad.
ResponderEliminarTan real, una historia tan cercana muchas veces, quizás un reflejo del mundo actual.
ResponderEliminarBesos con mucha dulzura Mi Hada.
La historia de Esther es desgarradora, el estar parado,es como atrapado sin salida. Como si tuvieras una enfermedad que pasa y pasa el tiempo y no tiene cura.
ResponderEliminarNo encontrar trabajo ni para cubrir las necesidades básicas es demoledor.
Un beso amiga.
La historia de Esther me ha emocionado mucho, es la historia de tanta gente.
ResponderEliminarEl mundo es de un color un día y al siguiente es distinto. Nunca desanimarse.
Un beso Maria
Isa
Sad.
ResponderEliminarLo siento.
Un relato duro, muy cercano a la realidad y la actualidad que se está viviendo en muchos lugares del mundo. Es desesperante estar en esa situación y lo has hecho sentir en tus letras que llegan al alma y duelen.
ResponderEliminarMuchas gracias por estar presente María con este aporte que deja pensando.
Un beso enorme.
cuando se tiene familia la responsabilidad crece, los problemas necesitan solución inmediata.
ResponderEliminarpor eso las madres son las heroínas de la vida por su naturaleza;es su gran amor lo que las hace tan fuertes........son historias reales.
un abrazo maría.
Reflejo de la cruel realidad, quizás.
ResponderEliminarBesos, María
UN texto realista y desolador, que debe poner a pensar...no todos son tratados como deberían serlo por su condición de seres humanos..se les condena al abandono, y se les cierran las oportunidades de trabajo. UN abrazo, bella, desde estos afectos colombianos. Carlos
ResponderEliminarUn texto desgarrador que se sale de los cauces habituales y deriva hacia lo social, hacia el drama que están viviendo tantas personas con nombre y apellido. Te felicito, María, por lo atinado de tu narración, y por aproximarte al sufrimiento que es real en estos momentos en miles de criaturas, en especial en familias monoparentales. Mi felicitación y mi abrazo inmenso.
ResponderEliminarBesos.
Y encima tener que oír a los corruptos de turno diciendo que españa va bien, que estamos saliendo de la crisis. Lo estremecedor es que historias reales como la que narras...hay muchas.
ResponderEliminarBss
Crece el número de mujeres como Esther. Crece la desigualdad. Crece el miedo al futuro y se multiplican las pesadillas.
ResponderEliminarEsos abrazos nutren el alma. Pero ojalá las vituallas sean más tangibles.
Un beso
Ya la imagen que acompaña a tu entrada, lo dice todo.
ResponderEliminar¡Cuántas mujeres actualmente se encontrarán en esa misma situación!
¿Cambiará ésto alguna vez?
Cariños en abrazos.
Kasioles
Has reflejado un miedo tan cotidiano de una forma tan desgarradora que pone los pelos de punta...y es la que realidad es más terrorífica que la ficción..
ResponderEliminarLo que necesitaba Esther era encontrarse a sí misma, llorar amargamente, y luego salir a comerse el mundo. Sólo se reacciona así.
ResponderEliminarUn abrazo que sin duda consuela, como agobia pues apremia a encontrar esa oportunidad para dar a esos hijos las oportunidades que ellos necesitan para desarrollar su vida.
ResponderEliminarBuen relato. Un abrazo.
Has logrado moverme por dentro, mil veces me he visto ,entre esas escenas que parecen implacables, aún en algunas noches se hacen eternas, pero siempre al final me abraza la esperanza, y la presencia dulce y cálida de Dios y la Virgen los veo a lo lejos sonriendo y sussurran estoy contigo y llegará lo veras uuufff mientras ... sigo entre inventos, pequeñas luchas diarias uufffffff ....amiga no hay derecho jajaja que tan temprano me saque alguna lagrimita, que entrañable texto tan bien logrado , y tú también veras esa luz hermosa y que Dios te bendiga, besos desde mi brillo del mar
ResponderEliminarMillones de razones para la desesperación y las lágrimas rojas.
ResponderEliminarCon seguridad, esa que has descrito, es de las más cruentas :/
No se si es un historia real. Pero yo en algun sentido me siento identificado. Al final pude huir para econtrar la tranquilidad la serenidad.
ResponderEliminarAlgun dia las noches no seran frias....
LO tenemos junto a nosotros más cerca de lo que imaginamos, más incluso de lo que deseamos.
ResponderEliminarLo peor es que sabemos que nos mienten y que están blindados.
Lo mejor es que hemos encontrado un resquicio y pagarán por tanto dolor.
Besos.
COMPRESION.
ResponderEliminarRESPOSABILIDADES.
REPRESENTACION.
Gracias.
Una realidad, cada vez más dada... que duele y mucho.
ResponderEliminarAbrazos otoñales desde mi mar...
Qué bien lo has hecho María !Cómo engarzaste las dos palabras.
ResponderEliminarLa imagen ya anticipa lo que viene.
La vida no es justa. Los niños no deben llorar por cosas tan terribles. Los niños sólo deben jugar.
Hermoso trabajo María, la dulce.
Muchos besos de luz.
La historia de tantas mujeres...
ResponderEliminarUn beso María
María, me sorprendió este relato tan triste en contraste con tus poemas, imagino que es una historia que te ha conmovido, un abrazo!
ResponderEliminarHola de nuevo preciosa :)
ResponderEliminarHoy me has dejado el corazón arrugado al leer tu entrada, es increíble la forma de plasmar esa desazón de no conseguir lo que se quiere a pesar de los esfuerzos, esa derrota que se siente y aún así se sigue luchando con todas sus fuerzas... tus letras lo muestran, y plasman también ese abrazo que solo unos hijos pueden dar para reconfortar a una madre... un abrazo que demuestre el amor incondicional...
Muchos besinos preciosa!!!
Pd: Muchas gracias por tus palabras en la casa de Dulce, eres un amor de mujer... :)
La imagen dice mucho, pero tus palabras la superan, logrando que los lectores se preocupen, sienta algo por lo que le pasa a la protagonista.
ResponderEliminarQué terrible tener que atravesar esas circunstancias!...suerte que al menos tiene el cálido abrazo de sus hijos, sin ellos, seguramente se hubiera vuelto loca.
ResponderEliminarCoincidimos en el doble aporte (oportunidad y abrazo)jeje
Abrazos como bálsamos que remedian el dolor y la impotencia ante la injusticia y la no solución. Se vive situaciones similares a nuestro alrededor.
ResponderEliminarSorprendida y encantada por tu entrada.
Mil besitos de comienzo de semana, María.
Lo importante es seguir creyendo en uno mismo y en lo fuerte que somos.
ResponderEliminarBesotes María!
tan real como la vida misma, asi pasa y asi es tantas veces
ResponderEliminarMuchos besitos preciosa, feliz semana
Un texto tan fuerte como actual, donde la desesperanza de muchos padres en paro y de una cierta edad,seguro se ven reflejado en tu
ResponderEliminarTexto de Esther...
Un saludo
Cuanta pena y desesperanza hay en esta entrada, y es lo que está pasando, no se puede decir más claro, los que tienen los bolsillos llenos nos les importa la suplica de nadie. Un beso amiga.
ResponderEliminarDuro, y lo malo es que por desgracia es muy real.
ResponderEliminarBesos.
La inactividad laboral nos afecta psicológica y físicamente y puede deshacer la vida de las familias y las personas que se enfrentan a tan desagradable situación, la sensación de fracaso, la incertidumbre y el desamparo, son un constante que suele arrastrar al vacío a muchas personas que ven en el día adías como se deterioran los recursos y el valor moral de su sentir, que los traba y acaba humillándolos ante las sociedad.
ResponderEliminarCuando leí tu entrada de pasada y por encima solo me di cuenta del cambio radical que le habías dado a tus hábitos de escritura y me quede un poco sorprendido, después cuando volví a releer tu entrada y más detenidamente me di cuenta que describes una situación social que esta en nuestro entorno, y en estas pocas líneas has encerrado la claridad de una sintomatología que tienes tintes reales y con la que se puede identificar muchas personas de este país y otras partes del mundo y que se agravan con esta maldita crisis en que nos han sumido los que se hacen llamar nuestros representantes.
La imagen es toda una introducción de expresión a lo que después escribes.
Saludos amiga.
La actualidad en la tristeza y la desesperación, y el abrazo que que da cariño. Me he quedado pensativa, ¿cuantos abrazos hacen falta? Un abrazo
ResponderEliminarMaría, te felicito por tu solidaridad,por acercarte a la realidad y mirar de frente a estas personas, que sufren en silencio la desigualdad y la falta de economía para solucionar sus necesidades básicas..Un post que nos hace reflexionar y duele en el alma...Mi felicitación por tu grandeza interior y la consciencia del momento actual.
ResponderEliminarMi abrazo inmenso y mi cariño, amiga.
M.Jesús
Estremecedor relato, María. Estremecedor!!!
ResponderEliminarVivir es duro, pero cuando toca existir sobreviviendo, ¡qué difícil!
Me alegra que hayas escrito este texto y que nos refresques la memoría.
Y, a pesar de su dureza, ¡cuánta bella emoción le has puesto! ¡Cuánta delicadeza! Precioso...
Un abrazo muy fuerte!
Es tristísimo... pero hay realidades así, por desgracia...
ResponderEliminarMuchos besos, guapa
Algo te ha removido las entrañas para este giro que no es que sea radical ya que es una parte de ti. Tristemente, este hecho es algo que ya se ve demasiado a menudo pero una madre tiene agarre y fuerza para eso y mucho más. Lucha, por ella primero porque es la única forma de luchar por sus hijos.
ResponderEliminarHas trasmitido la tragedia con la exquisitez de tus palabras y eso la ha suavizado ero no ha dejado de hacer sentir.
Besos.
Triste...mucho.
ResponderEliminarDura la situacíón que viven muchas familias, muy dura.
ResponderEliminarMuy bien descrito
Un abrazo
Ojalá la vida le compense todo ese dolor.
ResponderEliminarBesos.
...esa lucha diaria que te espera cada día, al despertar, cuando todo parece derrumbarse.
ResponderEliminarBesos.
Magnífico tema. No podemos cerra los ojos del alma.
ResponderEliminarEntonces para Esther y para ti, un abrazo de comprensión, y no de resignación, que eche fuera toda desesperanza, que un día más no es un día menos, sino una oportunidad de volver a creer, volver a luchar, volver a esperar.
Lluvia de abrazos y besos, amiga querida.
Es duro el relato, capta el drama, la angustia, de tantas personas que se encuentran en la misma situación, ese sufrimiento lo vive toda la familia sintiéndose impotentes por no poder hacer nada….
ResponderEliminarUn cálido abrazo
Por desgracia cada vez mas son las personas que se encuentran en estas vicisitudes que les marcan la vida de manera radical.
ResponderEliminarBesos
Una escena que conmueve por la propia realidad que encierra. Dura y doliente. Es una pena que esas oportunidades que unos tanto necesitan, necesidades vitales, no se den como debería. Ese es el lado injusto de la vida.
ResponderEliminarMuy bien narrado María, eriza el solo leerte.
Besos!
Gaby*
Qué pena da ver esa foto, ese gesto tan terriblemente sincero de impotencia desgarrada. Cómo transmites lo que sientes cuando lo sientes mi querida MARIETA, cómo lo haces de bien cielo. No te descubro nada si te digo que cada día escribes mejor, no un poco ¡¡¡ mejor muchísimo mejor!!! Todo lo que te diga aquí te lo he dicho taaantas veces mi querida MARIETA, tantas tantas que te lo dejo música y letras -muchas- que dicen lo que ya sabes, lo sabes todo de sobra, no te van a descubrir nada nuevo, solo te lo repiten para que ni ¡¡nadie lo olvide nunca!! preciosa mía Muaaaks!
ResponderEliminar¿ Te he dicho que escribes genial’ .. pues eso jaja qué escribes y eres geniaaaaaal.. ¡¡no lo olvides!
MMuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaakkkkkkkksssssssss!!!!
Una imagen que grita a diario, en cualquier parte es una escena cercana. El abrazo de los hijos siempre dan la fuerza. Un abrazo mi niña, todo mi amor en él.
ResponderEliminar¿Cuantas almohadas amanecerán mojadas esta madrugada ?......
ResponderEliminaruna sola ya sobraría ...
Un beso
Te felicito por este cambio de registro en tus publicaciones, pues me gusta esta mirada al exterior, haciéndote eco de una realidad conmovedora.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una triste entrada y seguramente muy real. Cuando hay niños por medio resulta desgarradora esta situación.
ResponderEliminarUna buena reflexión Maria para que no se nos olvide a quienes no pasamos por esas circunstancias.
Abrazos.
Que no es poco lo que recibía Esther, solo que el hambre pide más, mucho más. Jodido mundo.
ResponderEliminarMás que reflexiva tu entrada, María.
Un abrazo
Cuanta emotividad en tus palabras. Al menos le esperan esos abrazos que le daran fuerzas para seguir adelante.
ResponderEliminarBesos
Un relato que puede estar cercano y al alcance de cualquier familia que esté pasando por la misma situación, el desempleo, en el que, destruye la moral de quién se encuentre en esa dramática situación y a los que están a su alrededor. El no encontrar un hueco en la vida laboral, en el que el trabajo es una necesidad y un derecho, el sentir ese desgarro tan profundo moralmente, pero sobre todo, por no poder cubrir las necesidades vitales de sus hijos, una madre que lucha, por intentar abrirse camino, y todos le cierran las puertas... todos... menos sus hijos en los que encuentra el calor de su abrazo y amor.
ResponderEliminarMil gracias, amig@s, por leerme, me alegra que os haya gustado, aunque haya sido desgarrador, pero es algo que siento en mi interior, aunque no sea realmente mi caso, es un desgarro que me cruje todos los días, que me hace daño moralmente, el sentirse vacía, impotente por intentar hacer todo lo posible, y, en cambio, nada se consigue, ni un día ni en otro, ni en otro... ójala no os encontréis en la misma situación que yo, porque es horrible, pero doy gracias al apoyo y cariño de personas cercanas que me hacen la vida más cálida y de otro color más positivo.
Gracias a tod@s.
Un beso.
Quizás todo el mundo deba pasar por una situación extrema alguna vez..
ResponderEliminarPara luego.. apreciar.. y amar..
Lo que la vida regala.. con tanta pasión y esmero.
Sólo es.. un pensamiento.. al vuelo.