Cada mañana, Marta, se despierta con una sonrisa entre sus labios, y abrazada entre la almohada y sus sueños almidonados, pero apresurada por abrir las persianas de sus párpados enredados entre sus pestañas, para ver la luz de su ventana, y dar la bienvenida a un nuevo día.
Marta, lleva postrada en la cama desde hace cuatro años, cuando por aquel entonces tuvo un accidente de circulación, quedando parapléjica de cuerpo entero.
Aquel sábado del año 2012, Marta, había bebido unas cuántas copas de más, e iba conduciendo su propio vehículo, con ella iban tres amigas, con las que iba distraída charlando, al tiempo que un coche que venía a toda velocidad, detrás del suyo, se le adelantó, perdiendo Marta el equilibrio, lo que hizo que su vehículo diera varias vueltas de campana.
El automóvil de Marta quedó destrozado, ella y sus amigas podían haber perdido la vida aquella noche, pero un milagro hizo que todas salieron ilesas, excepto ella, que quedó en coma, por lo que fue, trasladada en una ambulancia al Hospital, creyendo no sobreviviría más de veinticuatro horas, pero el destino la dió una segunda oportunidad.
Desde aquel entonces, cada día Marta da las gracias, a los profesionales del Hospital que la atendieron y la salvaron la vida, y a la medicina que la hace respirar cada día, y que, aunque ella se encuentre en la cama sin poder moverse, no ha perdido ni su encanto, ni su belleza, ni la ilusión porque la sigan vistiendo su cuerpo inmóvil entre sedas y encajes, como tampoco ha perdido su sonrisa, aunque no salga el sol todos los días, ella lo sigue viendo, no sólo desde la ventana de su habitación, sino desde su corazón.
Más relatos jueveros sobre homenaje a la medicina y sus profesionales en el blog de Juan Carlos Celorio.
Sea ficticio o real, casos de estos en el mundo ocurren cientos todos los días, y si bien es cierto que gracias al buen hacer de los profesionales de la medicina, mucha gente se salva te terribles accidentes, aunque queden graves secuelas de por vida. Pero también muchas veces por negligencias médicas, otros las cascan. Se dan casos de diagnosticar mal o a destiempo, y mandan a uno a que le haga sombra a los cipreses. De unas simples anginas por descuido médico muere gente.
ResponderEliminarBesos María.
Es muy cierto lo que dices, Rafa, que estas historias ocurren todos los días, y hay que agradecérselo a los profesionales y a la medicina por salvar a tantas personas, pero también, lo que tú dices ocurre, que otras veces, existen negligencias médicas y algunos profesionales se han visto denunciados por esas negligencias, se les condene o no por esos casos es cosa de los Jueces, pero peor los que se han visto afectados por esas negligencias que nadie les devuelve la vida, o quedan mal para siempre. Muy interesante tu aportación. Besos.
EliminarLa irresponsabilidad puede traer trágicas consecuencias. Esa es la verdad.
ResponderEliminarBesos grandes.
Muy cierto lo que has dicho, Mag. Nada que alegar al respecto. Besazos.
EliminarUn relato enternecedor, y aleccionante. UN beso. Carlos
ResponderEliminarGracias por ver así este relato inventado, pero puede ser tan real como la vida misma, Carlos. Un beso.
EliminarTriste y enternecedor relato pero enmarcado en muchas realidades que nos rodean...
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, como bien dices, Rafael, un relato enmarcado en muchas realidades que nos rodean. Un abrazo.
EliminarLove the lighting.
ResponderEliminarAnd the view.
xoxo
Me alegra te guste la imagen, Rick. Besos.
EliminarCuantas vidas truncadas en la carretera. Cuando nos ponemos el cinturón de seguridad y encendemos el contacto nunca pensamos que quizá esa sea la ultima vez que lo hagamos. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas vidas destrozadas a causa de la carretera, ¿y quién no se ha visto afectado ante esta triste situación? porque aunque es un relato ficticio, hay mucha realidad en él. Es muy cierto lo que dices, porque ponerse a la carretera es como una aventura que no sabemos hacia dónde ni cúando vamos a llegar a su destino. Un abrazo, Ester.
EliminarUn precioso homenaje a la medicina, que es una de las profesiones más intensas y admirables que hay, de la mano de Marta.
ResponderEliminarBesos.
Un merecido homenaje hacia esas personas que trabajan para salvar vidas y a veces no valoramos su labor. Besos.
EliminarSomos tan frágiles...
ResponderEliminarMenos mal que lo lleva bien.
Besos.
Tan frágiles como el cristal, así somos, hoy estamos aquí, y mañana puede que estemos rotos sin vida. Besos, Xavi.
EliminarBello, a la vez que sentido y duro… Pero lo más importante, es que dejas entrever una verdad maravillosa, y es que…el sol reside en nuestro corazón…es ahí, en nuestro interior, donde brilla la luz más potente…
ResponderEliminarHermoso y conmovedor, mi preciosa, María…
Bsoss y cariños enormes!! ♥
No sólo el sol está afuera, también dentro de nuestro interior, es ahí dónde debería residir siempre el sol, esa luz que ilumine el optimismo de las personas, porque muchas veces, gracias a ese positivimo, se puede salir del negro túnel en el que alguien puede llegar a encontrarse en algún momento de su vida, y es que no debe faltar nunca esa esperanza, ese rayito de luz. Muchos besos con cariño, mi preciosa, Ginebra.
EliminarHola María.. Un relato juevero impactante, que lastima, cuantas personas como Marta están padeciendo esa postración, por un accidente, bonito recuerdo a Marta, porque aunque la vida sea de otra forma para ella, es vida y hay que vivirla..
ResponderEliminarUn abrazo y buen fin de semana..
Hola llorenc. Un relato inventado pero que hay mucha realidad en él para algunas personas que han vivido esa situación, y es que mientras haya vida hay esperanza, pero lo peor de todo es haber llegado a esa triste situación por una imprudencia, pero sobre todo, por una irresponsabilidad. Un abrazo y feliz tarde.
EliminarImpactante este cruel pero esperanzador relato, como la vida misma, mi bella alma gemela.
ResponderEliminarTengo un compañero que desde hace 9 años, cojea debido a un accidente... Tiene mil barreras arquitectónicas que solventar cada día, y sin embargo lo afronta de manera aleccionadora, es un ejemplo de valentía.
Mil besitos, preciosa mía.
Gracias por contarnos lo de tu compañero, mi bella alma gemela, y que lo esté afrontando de esa manera tan positiva y tan valiente, me alegra que así sea, pero hay tantos casos así a nuestro alrededor, unos que siguen postrados en cama, otros en sillas de ruedas, y otros que, tristemente, no lo pueden ya contar, ésto es lo peor de todo, y se me encoge el alma y me entran escalofríos de pensarlo. Besos enormes, preciosa, y feliz tarde.
EliminarDuele cuando por la falta de respeto y prudencia, alguien alcoholizado, provoca la muerte o invalidez de otra persona inocente.En el relato, Marta causó el accidente que le produjo la invalidez. Es lamentable que haya ocurrido, pero destacable la labor de los médicos y de la actitud de ella para sobrellevar su estado actual.
ResponderEliminarUn beso querida amiga.
Es terrible cuando ocurre que, con la imprudencia, las vidas se accidenten o mueran, pero cuando se es joven, no se ven los peligros hasta que ocurren. Este ha sido un relato, pero podría haber sido verídico, porque conozco casos sino son iguales, parecidos, y en algunas veces, con muerte. Me alegra muchísimo volver a leerte aquí en mi blog, Migue, no se si tú habrás vuelto a publicar en el tuyo. Gracias por acompañarme. Un beso enorme, querido amigo.
EliminarTRISTE HISTORIA NOS TRAES HOY POR LO QUE TIENE DE REAL.BESICOS
ResponderEliminarEs muy triste este relato, pero ha servido para homenajear a los especialistas en medicina. Muchos besos, CHARO.
EliminarHas dado ese toque tan optimista a una realidad tan triste que he terminado de leer con una sonrisa, aunque luego vuelva el sentimiento de pena por una vida, tan bonita como la describes, relegada a una cama.
ResponderEliminarBesos.
He querido dar un toque de optimismo a este terrible y dramático relato, para que sirva para concienciarnos, de que muchas veces nos quejamos y no valoramos la salud y nos preocupamos por tonterías, cuando hay personas que están mal de salud y en cambio, valoran mucho la vida, un gran ejemplo. Beso, Juan Carlos.
EliminarPrecioso relato , conmovedor claro que hay que dar siempre gracias por estar vivos y gozar de la vida , en este micro .relato nos da una buena lección de saber vivir a pesar de las condiciones y lo mejor de todo la sonrisa y las ganas de seguir adelante , muy bonito ... muchas gracias por compartirlo un fuere abrazo muakkkk
ResponderEliminarMe alegra te haya gustado mi relato, y que además, haya servido para animarte a escribir tú uno, mi querida Campirela, y que ya sabes, que el tuyo pensé que era real, por lo que está genial escrito. Y sí, así como dices, tenemos que dar las gracias a la vida por decir buenos días cada día. Un abrazo muy fuerte y un beso enorme.
EliminarQué emocionante y precioso relato! Un canto a la vida!
ResponderEliminarQué bonito lo definiste, me encantó ese "canto a la vida". Un besazo, lunaroja.
EliminarPor un momento de locura se paga toda una vida. Al menos no carga con el peso de haber provocado la muerte de otros inocentes. Hay que ver la vida de otra forma y buscarle la mejor cara cuando pasan estas desgracias.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Tienes razón, que por lo menos no se sintió culpable de haber matado a nadie con su imprudencia, sino que fue ella la que cargó con las consecuencias. Un beso muy grande, querida Sindel.
EliminarMaravilhoso, o teu texto
ResponderEliminarBeijinhos
http://coisasdeumavida172.blogspot.pt/
Gracias por tus palabras. Un beso, Cidalia.
Eliminarsiempre se puede ver el lado positiva. la protagonista de ese relato nos da una lección. vi la película 'mar adentro' y me resultó muy deprimente.
ResponderEliminarpor otro lado, eso demuestra lo peligroso que es conducir después de haber bebido. acabar en un hospital o algo peor no es nada divertido.
besos, maría!!
¿Sabes que yo también hace años vi esa película que mencionas y también me pareció muy deprimente, demasiado? aquél sí que fue un hecho real, éste relato mío es más bien ficticio, pero hay casos parecidos, yo conozco alguno cercano, y otros que fallecieron. Por eso mismo, los que queden en vida esa para sentirse felices de poder seguir respirando porque quizá tal vez algún día llegue esa esperanza hecha realidad ya que hay muchos avances en la medicina, y es que dice un refrán que "mientras hay vida hay esperanza" y bien cierto es. Pero este tipo de entradas que sirvan para concienciarnos de que no se puede coger un coche mientras se va con un trago de más, porque no sólo se mata uno mismo, sino que puedes matar a los de tu alrededor. Besos, chema.
EliminarLa verdad es que tenía curiosidad por ver como afrontabas este tema y no me has defraudado en absoluto, has hecho un maravilloso canto a la vida.
ResponderEliminarUn beso fuerte
Qué bonito lo que dices sobre mi relato, que he hecho un maravilloso canto a la vida, me parece preciosa tu definición, Tracy, me alegra en el alma no haberte defraudado, mil gracias enormes. Un besazo.
EliminarOh, qué terrible. Y qué admirable ella, yo no podría.
ResponderEliminarBesos, María.
Hasta que no se está en ese mismo lugar, no se sabe cómo podremos reaccionar, Celia, pero sí es terrible esa situación, mejor no imaginarla. Por otro lado siento mucho que abandones, no me lo esperaba, Celia, espero vuelvas cuando creas oportuno, y llames a mi puerta, como ya te he comentado en tu blog. Muchos besos, preciosa.
EliminarUna realidad de la que nadie está libre, tan cierta como la vida misma, tan dura como la vida puede ser tantas veces. Si bien Marta en este caso tiene una actitud positiva a pesar de todo, no siempre es la actitud de quienes pierden la capacidad motriz. Has escrito un relato con aire de optimismo, pero duramente real.
ResponderEliminarBesos con dulzura.
Totalmente cierto lo que dices, Dulce, de que nadie está libre en esta vida, porque estamos aquí para lo que nos toque, lo que pasa que a veces se podrían evitar ese tipo de situaciones, y cuando se es joven no se piensa en los peligro que puedan ocasionar esas imprudencias, pero lo importante es mantener siempre una actitud positiva. Dulces besos.
EliminarLa ilusión y las ganas de vivir a pesar de todo, porque no todos los dias sale el sol, pero haber conocido su resplandoralimenta nuestras almas. Precioso relato, besos.
ResponderEliminarQue nunca se acabe la ilusión ni siquiera en los malos momentos, porque cuando te hundes, parece que todo lo ves de color oscuro, es importante saber que aunque hoy no salga el sol, mañana volverá a salir otra vez. Muchos besos, MOLI.
EliminarAsi es la actitud de lucha que hermoso y profundo relato me encantó ese deseo de avanzar y de vivir precioso amiga besostes desde mi brillo del mar
ResponderEliminarEse deseo de vivir en la protagonista del relato, ese deseo de lucha, de ilusión constante, que no se apaga en ella, es para hacernos concienciar de que la vida también se puede ver de color clarito aún en los peores momentos. Muchos besos, querida amiga Beatriz.
EliminarMaría, tienes un corazón muy grande y lleno de ternura, eres una gran persona.
ResponderEliminarAriel
Qué bien me miran tus ojos Ariel, pues mil gracias por todos los halagos que me dices, yo creo que tan sólo soy una persona sencilla que ama y siente profundo, nada más que eso. Besos.
EliminarMe sorprendes en la forma que planteas tus distintos relatos para los jueves, aun conociendo para donde suelen ir.
ResponderEliminarY este no es la excepción, incluso tal vez me haya sorprendido más que todos. No es poco conectar la imagen tan sensual con un relato tan dramático, aunque no exento de esperanza.
Es que suena duro que una mujer tan especial, seguramente atractiva, haya quedado tan inmovilizada por ese accidente. Hubiera sido apropiado que ella o una de sus amigas se hubiera abstenido de beber para manejar.
Y en medio de eso, hay gente que se preocupó por salvarle la vida. Y además hay gente que se ocupa no sólo de su salud, sino de que siga viendose bien, de que esté bien vestida. Y sonría. No es nada frivolo, sino algo que puede ser muy importante.
Besos muy especiales.
Qué grato lo que me dices, mi querido amigo Demiurgo, el que te sorprendan mis planteamientos sobre los relatos, un placer para mí que me digas eso. Y por lo que me dices éste relato ha sido más sorpresivo aún que ningún otro, qué bueno que así haya sido, y más sorpresa es ver la imagen tan sensual para después ir adentrándote en mi relato y ver que poco tiene que ver con lo uno esperaba al leer, porque se imaginaba iba a ser un texto erótico ¿verdad? pero en éste caso quise llevarlo al tema que nos ocupa, de la salud, pero también, de la esperanza, de que no todo tiene por qué acabar de manera tan dramática si desde el interior se sigue viendo el sol, y es que la esperanza es lo último que se pierde, como en éste caso, lo demuestra la protagonista del relato ficticio. Y sí, como bien dices, suena dura que una mujer tan especialmente atractiva quede así de esa manera, pero todas las personas son humanas, y todas pueden lesionarse, no hay miramientos de belleza para los accidentes, todas entran en el mismo saco. Y lo mejor de todo, como dices, hubiera sido que ellas hubieran sido más prudentes y no haber cogido el coche en esas circunstancias, porque luego he ahí los resultados. Qué bonita mirada interior has tenido con éste relato, eres muy especial, me ha encantado, mil gracias. Besos muy especiales.
Eliminary a pesar de todo igual se puede vivir excelente relato kisses my friend andy
ResponderEliminarIgual se puede vivir pero con menos calidad de vida al estar impedida. Besos, andy.
EliminarLa voluntad de superación y amor por la vida logran grandes milagros. Un abrazo
ResponderEliminarEs bien cierto lo que dices en tu planteamiento, Neo, me gustó tu manera de enfocarlo. Un abrazo.
Eliminar¡Que fortaleza!, hay que tener un grandísimo interior y una cabeza muy bien amueblada, para seguir viendo el sol.
ResponderEliminarA veces que necios somos, nos preocupamos por unas tonterías...
Besos
Estás en lo cierto, Prozac, que hay que tener una gran fuerza de voluntad para seguir viendo el sol en esas condiciones, para que luego los que estamos bien nos quejemos, que nos sirvan estos relatos, que aunque son ficticios, tienen mucho de realidad. Por cierto ¿conseguiste poner lo de los seguidores? ya sabes, si tienes alguna duda, cuenta conmigo, que en lo que yo sepa, te ayudaré. Muchos besos.
Eliminartu relato nos ha hecho reflexionar sobre la vida, la muerte, y los curiosos derroteros por donde se decanta el destino. hoy estamos de pie y mañana, ¿quien sabe?, quizás postrados en una cama, salvados de la muerte y buscando la caricia de los rayos del sol.
ResponderEliminarun beso.
Me ha encantado en cómo has enfocado mi relato, y estoy totalmente de acuerdo contigo, DRACO, porque no se sabe lo que nos depara el futuro, hoy aquí, y ¿mañana? por eso disfrutemos de cada instante y abracemos al amor, que la vida se vive una sola vez. Un beso.
EliminarConmueve su entereza.
ResponderEliminarBesos.
La verdad es que sí, collar. Besazosssssssssssssss.
EliminarQuien entra en un hospital suele encontrarse con buenos profesionales, que llevan la vocación como bandera. Es de agradecer, desde luego.
ResponderEliminarBesos.
Sí, Pedro, así es, tenemos unos profesionales de aúpa, pero lo peor es que muchos se nos están yendo a otros países, por culpa de los sueldos tan míseros que tenemos en España. Besos.
EliminarLas imprudencias se pagan, aunque a veces la vida te da otra oportunidad. Para reflexionar.
ResponderEliminarFeliz día
Besos
Eso es bien cierto, que aunque, no siempre la vida ha dado una segunda oportunidad a muchos de los que ya no están aquí, que no tuvieron esa suerte, sí hay otros que tienen esa segunda oportunidad, de ahí que la protagonista encuentre el sol en su interior. Gracias por estar aquí, José Manuel. Besos y feliz día lluvioso.
Eliminaruma luta tenaz e constante...viver para além do corpo que habitamos
ResponderEliminarMuy bonito lo que dijiste, madagascar. Besos.
EliminarMi querída MAGA DE LAS PALABRAS....
ResponderEliminarEres mismo una brujita que cocina palabras en tu olla de poesías.. Me hizo emocionarme, oués eso se pasó con gente de mi família... Y tú escríbes esa história con toda la delicadeza de tus manos... Gracias por poder compartir esa forma de dolor de una manera tán encantadora....!!
Beso llenos de admiración y amistad
Mi querido amigo, Marco, eres un solecito, siempre tan amable conmigo, mil gracias por tus palabras, por verme tan maga y tan brujita de las palabras, me encanta que digas que cocino palabras en mi olla de poesías, qué bonito, un placer para mí que así me sientas al leerme. Este relato ficticio es una manera de enfocar la vida desde ese otro lado, en el que una imprudencia puede destrozar toda una vida, pero también las personas pueden enfocarla desde el lado positivo y esperanzador. Muchas gracias, por tu siempre cariñosa presencia. Muchos besos con cariño y amistad.
EliminarSe acaba de desprender una perla de tu cuello al fondo negro de la pantalla y ha renacido blanca y brillante en un bello texto-¿real? ¿imaginado?- que es todo un canto a la vida y a la, a veces , denostada medicina.
ResponderEliminarUn beso.
Jo qué bonito lo que dijiste en tu comentario, Juan L., para enmarcar, mil gracias, por tus divinas palabras. El texto, como ya he dicho antes, es imaginado, aunque hay algo de realidad en la historia de personas cercanas, que al pensar en ellas, el corazón me hizo latir de ésta forma al escribir. Un beso lleno de admiración.
EliminarLo increíble de la protagonista de tu relato, mi querida MARIETA, es que a pesar de la terrible realidad de su paraplejia tras el accidente sea capaz de reaccionar como cuentas lo hace, no solo disfrutando con cada mañana, si no vistiéndose como una geisha llena de glamour ... a veces las personas que viven realidades terribles nos dan cien vueltas a los que en realidad no tenemos motivos para quejarnos de nada y sin embargo no disfrutamos ni apreciamos nada de lo mucho que la vida nos regala cada día... supongo que por eso hay tan pocos héroes de verdad, tu protagonista es una... el resto unos lloricamanteles;)
ResponderEliminarUn beso inmeenso y muy feliz finde llena de salud y sin necesidad de medicinas, ni médicos a ser posible .. MMmmuaaaaksS!!
Tienes mucha razón, mi querida tocaya, de que la protagonista de éste relato es una heroína pero de las de verdad, al no perder la ilusión, y seguir sonriendo, y sobre todo, por querer seguir vistiéndose entre sedas y encajes, porque aunque su cuerpo esté muerto, no lo está su corazón, que sigue latiendo tan fuerte, de ahí que la protagonista se sienta con tanta vida y esperanza. Y es que, como bien dices, nos quejamos, a veces, por tonterías, y no valoramos la vida, por eso conviene mirar de vez en cuando para atrás y a los lados. Un placer tenerte aquí, preciosa, me alegra muchísimo que haya llovido por ti, porque sino te tiras todo el año sin escribir jajaajaj y fíjate que no me gusta nada la lluvia, pero porque volvieras a escribir, cualquier cosa desearía jajaajja. Muchos besos con cariño, que te lleguen cercanos y muy sonoros. Muacksssssssssssssssssssssssssss.
Eliminar
ResponderEliminarMi admirada María
He observado que varios de los comentarios van dirigidos hacia Marta… es la que esta postrada en cama.
No voy a valorar las imprudencias y las consecuencias de las mismas.
Todos los días vemos en las noticias infinidades de accidentes y la mayoría de ellos (por no decir todos) son por errores nuestros…Marta por desgracia fue una de esas consecuencias que no tenemos en cuenta hasta que sucede.
Entiendo que este relato estremecedor de Marta, va dirigido a esos equipos de profesionales sanitarios que están ahí, en su anonimato y que con su profesionalidad, salvan vidas todos los días sin distinción alguna.
Tengo que agradecer enormemente a unos cuantos médicos, enfermeras, auxiliares, etc... que en muchos años llenos de incertidumbres y penurias, supieron darme esperanzas donde no las había y siempre que una sonrisa en su ojos.
Todos ellos con su lucha, bien hacer y dedicación hacia un niño marcado por la muerte inminente, le dieron trece años mas de vida a mi hijo cuando no había ninguna esperanza.
La ciencia entonces no había avanzado como ahora, pero esos maravillosos trece años fueron los mejores de mi vida.
Gracias a todos ellos…
Mi hijo no está conmigo desde hace 21 años, pero como he dicho, disfrutamos mucho hasta que se apago su vida.
Un beso enorme María.
Muchas gracias, mi querido amigo Adolfo, por contar aquí en mi blog tu experiencia tan cercana, aunque yo ya sabía algo sobre la muerte de tu hijo porque te he leído varios poemas, pero ahora que lo cuentas abiertamente, me ha quedado mucho más claro. Y cuando se vive una experiencia tan terrible, y más con un hijo, mejor que tú lo sabe, que vivir a su lado los últimos días de su vida, es lo que más intenso y feliz se puede disfrutar de cada segundo, y aunque a veces, los especialistas se equivocan, porque no lo saben ni ellos, lo que una persona puede tardar en morir, todo depende de la fuerza que tenga su corazón, y aguante. Tu hijo no está contigo en presencia, pero sigue estando contigo para siempre en tu corazón, porque ahí es donde lo llevas, bien cerquita de ti, amigo mío. Mil gracias por abrirte sinceramente aquí en mi blog, tienes un gran corazón. Un beso enorme y un abrazo muy fuerte.
EliminarUna historia triste y conmovedora, como tantas otras desgraciadamente al orden del día reales.
ResponderEliminarMe sorprendió el relato de hoy por la diferencia de otros en su composición, no por ello menos bello.
Un beso, María.
Un relato triste pero a la vez alentador, en el que la protagonista no pierde la esperanza cada día de seguir viviendo, ni pierde su sonrisa, ni su optimismo. Me alegra haberte sorprendido, Yayone, tal vez sea porque siempre suelo escribir textos eróticos, y ésta vez, no fue así. Un beso.
EliminarGostei demais! :)))
ResponderEliminarBeijo melado
Muchas gracias por tu visita, Vanda. Besos.
EliminarVivimos en un país con todo tipo de carencias. Recortes. Nos roban a manos llenas y nos niegan hasta el pan de cada día, pero hay seres que solo piensan en realizar su trabajo, en hacernos la vida más sencilla, más humana y cómoda, limpiarnos nuestras heridas y no dejan sus nombre enmarcados por lo hecho y con sueldos de miseria.
ResponderEliminarPasa la vida y nos siguen dando fuerza y curando nuestra heridas, y no las del tiempo si no las de nuestro cuerpo... Mujeres y hombres que nos atienden de noche y de día, desde la Medicina PUBLICA, con ese amor y pasión por realizar lo indecible y lo imposible por mejorar nuestra existencia.
Quizás los años me han enseñado todo esto, son seres que no nos fallaran nunca, ya que su compromiso es total con la SANIDAD y sus pacientes.
Podría poner muchísimos ejemplos, ya que más de una vez entre por esas puertas, en mal estado, casi al borde del otro lado y sigo aquí porque ellos me sacaron con su entrega y medios,
gracias a los poderes de sus manos, sus corazones y profesionalidad les hace humanos.
Besos
Me ha gustado mucho tu comentario, amigo antonio, gracias por tus palabras, y por contarnos tu experiencia, y es que cuando uno se ve entre la vida y la muerte, mucho más se valora la vida después. Tenemos unos grandes profesionales de la salud, pero el problema, como bien dices, son los recortes, las listas de espera, el poco gasto que invierten para la investigación etc, pero a pesar de todo ello, nuestra sanidad es de las mejores, y sus profesionales, y es bien merecido el homenaje en ésta entrada, y todos los comentarios. Mil gracias por aportar tanto con el tuyo. Besos.
EliminarTan duro como tierno. Muchos ánimos para Marta y para todas aquellas personas que sufren las secuelas de los accidentes de tráfico. Saludos.
ResponderEliminarAsí como dices, muchos ánimos para todos los que han sufrido accidentes de tráfico, y para todas aquellas personas como Marta que sobreviven con ilusión cada día. Besos, jfbmurcia.
EliminarEn Toledo (España) está sito el hospital general para parapléjicos...,. Lo he visitado varias veces para ver a diferentes personas. Invito al que vaya a visitar la ciudad monumental de Toledo... se de una vuelta por el citado hospital.
ResponderEliminar"Es un gran monumento a los que sufridamente siguen viviendo después de un grave accidente".
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Gracias María por tan lindo relato. Un beso.
Gracias a ti por mencionarnos ese Hospital que dices que hay en Toledo para gente parapléjica, para todos quiénes estén sufriendo esa grave enfermedad, es bien reconocedor ese Hospital que dices, Eloy, aunque no lo conozco, gracias por mencionarlo. Un beso.
EliminarDe todo hay en la viña del Señor.
ResponderEliminarAhora con los recortes las cosas no siempre funcionan como debieran.
Bonita como siempre.
A pesar de los recortes, nuestra sanidad es de las mejores, espero que no sigan recortando más, y que no se sigan marchando gente especializada, pero con tan bajos sueldos, no me extraña que busquen hueco en otros países con salarios más altos. Muchos besos, tecla.
EliminarDurillo, ¿eh? :-(
ResponderEliminarSupongo que habrá alguna Marta por el mundo. Yo sería incapaz, preferiría volar entre ángeles.
Un beso.
Sí, muy duro, Sbm, espero que nunca pasemos por la situación de Marta, ni nosotros ni nuestros familiares ni amigos. A veces uno no sabe lo que es mejor. Un beso.
EliminarQue gran relato, Perlada. Un final no tan feliz, pero lo que me ha fascinado es que no haya perdido su glamour y su júbilo.
ResponderEliminarBeso
Me alegra te haya gustado mi relato, Yessy, como ves, ella no perdió la ilusión ni la sonrisa. Un beso.
EliminarDe tu relato se desprende que el accidente fue a causa de una mala maniobra de otro vehículo pero, evidentemente conviene seguir el archisabido consejo de “si bebes no conduzcas” para evitar lamentaciones y no dar trabajo innecesario a los magníficos profesionales de la salud.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cómo me alegra volver a leerte, amigo José. En realidad, quién tuvo la culpa fue Marta, por haber sido una irresponsable, ya que no tenía que haber cogido el coche estando con unas copas de más. Un abrazo.
EliminarUna historia conmovedora, a saber quién tendría esa entereza de animo en tales circunstancias.
ResponderEliminarBesos.
Es dificil ponerse en su lugar a no ser que pase en realidad, pero por si acaso, mejor que no suceda. Besos, Alfred.
EliminarEs un relato muy triste pera a la vez esperanzador y optimista. Creo que si me pasara algo así no podría estar tan animada, aunque el punto positivo es que a sus amigas no le pasara nada...hubiera sido terrible cargar con el sentimiento de culpa toda la vida.
ResponderEliminarUn beso
Lo peor es que hubiera muerto alguna amiga, y ella tuviera que cargar con esa losa tan pesada, dentro de lo malo, la pasó a ella, que fue la que conducía, y la que cometió la imprudencia. Y además, no perdió la esperanza, ella sigue sonriendo cada día. Un beso, Charo.
EliminarCientos de personas mueren cada año por accidentes de tráfico. Otras ven su vida seriamente dañada para siempre. Marta tiene la enorme suerte de poder contarlo y la alegría y la vitalidad que la hace mirar la vida con optimismo. No siempre ocurre así y se me entristece el alma porque un accidente de circulación se llevó la vida de mi hijo a pesar de los desvelos médicos.
ResponderEliminarTu relato, real o ficticio, magníficamente bien contado, me ha gustado mucho.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias por contar tu experiencia, y es que perder a un hijo en esas condiciones, tiene que ser terrible, amigo Pepe, lo siento mucho, aunque casi todos tenemos a alguien que hemos perdido en esas circunstancias, pero es mejor no recordar, porque es muy doloroso. Este relato es ficticio, pero bien puede haber sido una realidad, la de tantos jóvenes que son irresponsables y no piensan en lo que puede ocurrir si beben. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo muy fuerte, amigo Pepe.
EliminarSé de lo que hablas (la ausencia de la capacidad mótriz), y la actitud lo es todo, sea la del individuo, que la de las personas que lo rodean.
ResponderEliminarUn besote enorme y un abrazo fuerte con toda (el) Alma.
Casi todos sabemos estas cosas terribles que suceden en la carretera, porque cada año se cobra muchas víctimas, y otras, quedan inmóviles como Marta, pero en éste caso, mejor no perder las esperanzas, como ha hecho ella. Un beso enorme y un abrazo fuerte fuerte a tu Alma.
EliminarDistingo tres líneas de reflexión en tu relato. Por un lado, esa advertencia al peligro de la carretera. Tienes mucha razón y yo tengo siempre esa misma sensación cuando conduzco: cualquier error tuyo o de otros, puede significar la muerte. Las buenísimas campañas de Tráfico se encargan de recordárnoslo continuamente, pero aun así… Por otro lado, ese homenaje que haces a los grandes profesionales que se encargan de cuidar de nuestra vida y de nuestra salud. Del personal sanitario puede extenderse a los servicios de emergencias, bomberos, policía, etc. Es cierto que hay de todo en la viña del Señor pero, no se puede juzgar a un gran colectivo por algunos garbanzos negros. Y por último, ese poder de superación que personas ejemplares son capaces de mostrar y demostrar para ejemplo de todos… Si el cuerpo nos ata, la mente nos hará libres. La frase es mía, pero la idea es de esos grandes pensadores que escriben las frases de los calendarios, je, je
ResponderEliminarBromas aparte, creo que es una verdad como una casa. O mejor, como un templo, que es una palabra que a ti te gusta más, je, je
Un relato excelente amiga, lleno de sentimiento, de humanidad, de calor, de fuerza vital.
Un beso muy fuerte María. Hasta otro comentario
Me parece interesante tu reflexión sobre la conclusión que has llegado a sacar de mi relato con esos tres puntos, una muy buena síntesis has hecho sobre el tema que nos ocupa, mi querido amigo Isidoro, yo no lo hubiera hecho tan bien como tú, y es que así me lo haces ver: -el de la advertencia del peligro por carretera, -el homenaje a los profesionales, - y el poder de superación. Oye ¡Genial es decirte poco! Me encantó. Al igual que esa frase que me has regalado, que dices es tuya, y está para enmarcar, y la recalco bien recalcada: "Si el cuerpo nos ata, la mente nos hará libres", qué frase más bella, tú sí que eres un gran pensador, aunque no seas célebre, pero para mí como si lo fueras y de los mejores, y no pienses que te estoy haciendo la pelota, ni hablar, yo te digo lo que pienso, está genial la frase. Un placer siempre leerte, contigo aprendo un poco más. Gracias sinceras, mi querido amigo. Un beso enorme con cariño, feliz noche y hasta pronto.
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