Como cada mañana, Azucena, paseaba por la orilla de la playa, en compañía de la nostalgia de su sombra, siempre con lágrimas en sus ojos y una rosa roja en la mano, que de vez en cuando, acercaba a su rostro rociándola con las gotas que resbalaban de sus ojos, los cuales cerraba para oler más profundamente su aroma, a la vez que acariciaba cada uno de los sedosos pétalos de la flor.
El se había ido, tan solo quedaban los restos de sus cenizas enterrados bajo la profundidad del mar, pero para ella seguía estando vivo cuando se acercaba a la orilla de la playa, el tiempo se detenía paseando de su mano, sintiendo sus dedos entrelazados a los suyos, dejando las huellas de su caminar en la arena de la playa de su mañana, caminando en el recuerdo de su ayer, en la misma dirección.
El sonido de la brisa era el murmullo de su voz que le acariciaba su corazón desgarrado de dolor, las olas que le cubrían su cuerpo eran sus abrazos, los que la seguían manteniendo viva en aquella pesadilla de la que no parecía encontrar salida cuando se alejaba de aquella orilla en la que tantas veces había sentido su cuerpo bañándose junto al suyo.
Como cada mañana, en aquella orilla, Azucena, volvía a revivir aquellos momentos tan apasionados sentidos junto a él, que la seguían manteniendo viva, el estremecimiento en las entrañas de su piel y de su alma por el roce de su tacto y la humedad bañada por el mar de su cuerpo.
Cada mañana, su alma se moría de pena, pero allí en la orilla de la playa, con la rosa roja en su mano, volvía a renacer en los recuerdos del ayer.
Cada mañana, su alma se moría de pena, pero allí en la orilla de la playa, con la rosa roja en su mano, volvía a renacer en los recuerdos del ayer.
Una historia de amor y recuerdos triste a la que nos llevas hoy.
ResponderEliminarBesos con dulzura Mi Hada.
Una bella historia de amor, donde los recuerdos la mantienen a la vez triste, a la vez llena.
ResponderEliminarBesos, María
Recuerdos llenos de vida por lo que veo.
ResponderEliminarUn beso.
amapola azzul
El amor es algo bello que siempre nos trae alegrías y alguna que otra lágrima.
ResponderEliminarUn abrazo!
Esa bella historia de amor siempre la recordará en la orilla de la playa, y quizás esas lágrimas a pesar de la pena y el llanto la reconfortarán día a día.
ResponderEliminarBesos María.
En los recuerdos tiene cabida todo. Es el mejor antidoto para la pena.
ResponderEliminarBesos
Pues que disfrute mucho de sus recuerdos.
ResponderEliminarBella Azucena.
Besos.
Recuerdos, recuerdos, recuerdos...
ResponderEliminarmalditos recuerdos, bonitos recuerdos.
Acuérdate que los recuerdos, solo son recuerdos.....
Azucena se aferra a sus recuerdos para seguir viva...Renueva cada instante vivido, el mar se personifica y le devuelve la presencia de su amor...Una bella historia que nos hace soñar a todos y evadirnos por momentos de la realidad, María...Mi felicitación y mi abrazo grande por tu constante inspiración.
ResponderEliminarM.Jesús
Triste...mucho.
ResponderEliminarBesito.
Qué recuerdo más vivo y que sentimiento tan precioso...
ResponderEliminarMuchos besos
Que bonito Maria, me recuerda a un relato que escribi para una serie de fotografias que hice, en un grupo que participo de lo mismo ...
ResponderEliminarlos recuerdos a la vez tristes, aquellos que nos llevan al momento vivido, latiendonos en el alma y la piel.
Esta semana me dejaste muchos te quieros, por todos lados ... :)
gracias siempre por estar preciosa.
Yo tambien te quiero mucho, besitos dulces para tu noche
!Uff!! Maria, en esta entrada si que me has sorprendido, que ternura, que melancolía, que nostalgia, Azucena esta viva, porque hay un recuerdo en la inmensidad del mar que la mantiene viva...
ResponderEliminarUn abrazo...
Algunas veces nos aferramos a lo ido pero nos olvidamos de todo lo que nos estamos perdiendo por el solo hecho de recordar lo que ya fue. Es fácil decirlo y sé que es difícil soltar amarras pero hay que hacerlo y cerrar ciclos, aunque con la historia me he gozado, es hermosa. Un abrazo mi niña soñadora.
ResponderEliminarEl problema de los recuerdos gratos es que provocan nostalgia y hasta dolor. Por eso intento obviarlos cuando aparecen...
ResponderEliminarBesos, María
Nostalgia de amor y tristeza, o tal vez el consuelo de sentirse cerca, hermoso María, un abrazo!
ResponderEliminarMuy bello tu relato pero no deja de ser triste, muy triste .. muerta en vida .. entre sus recuerdos
ResponderEliminarUn besito y feliz noche
recuerdo, de alguien querid@ que se fue y nunca volverá, recuerdos y nostalgia de los momentos vividos juntos, eso no lo borra nadie, Un Beso Maria (luego dices que no entro a tu blog, jejej lo hago aun que sea desde la sombra y te sigo... )
ResponderEliminarCuando nos llega la nostalgia el mundo se nos viene encima y un dolor en el alma nos penetra ,si embrago al final vemos la luz y ella en ese mar a solas saca una sonrisa que en segundos se estremece , precioso relato!! que nos llega que nos toca , muy bien logrado amiga , besos desde mi brillo del mar
ResponderEliminarEl mar susurra recuerdos
ResponderEliminarazules brisas del corazón,
ojos llenos de reflejos
manantiales de aflicción,
lágrimas de azucena
sobre una rosa mitigan su pena
y entre aromas de pétalos mojados
siguen los ojos cerrados,
sentimientos de amor recordados
en la orilla del mar desbordados,
céfiro que envuelve y musita
caricias al corazón,
olas que evocan
recuerdo sempiternos
en el templo azulado
donde llora su amor.
“Hay ausencias lejanas
que no se pueden olvidar
hay recuerdos de tanta densidad
que son una presencia constante.
un desgarro del alma
que aflora las lágrimas
de la tristeza y la ansiedad”.
Una bonita historia María.
Besos.
Tristeza esperanzadora...precioso relato.
ResponderEliminarun abrazo de otoño Maria.
El amor es bonito durante y después si los recuerdos guardados son buenos. Un abrazo salado
ResponderEliminarHoy no puedo darte una respuesta chistosa, María, sino rendirme de admiración ante tus palabras.
ResponderEliminarBesos.
El dolor de la ausencia acunado por las olas.La tristeza también puede ser bella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Escena perfectamente descrita en tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bonito relato, lleno de amor. besos
ResponderEliminarDelicada rosa es, también, tu relato. Un relato lleno de sensibilidad y especialmente emotivo.
ResponderEliminarMás allá de la tristeza que transpira, reside la suprema belleza del sentimiento que se regala sin ser sometido a trato o juramento.
¡En el corazón de la rosa deslumbra su lamento!
Delicioso, María. Un fuerte abrazo!!!
Nostalgia, pena y en el recuerdo, la esperanza y la vida.
ResponderEliminarA veces son así los recuerdos pero hay recuerdos que también quitan la vida.
Son etapas de la vida pero hay que levantarse y seguir caminando, porque los pasos que no camines ahora no podrás hacerlos igual.
Precioso tema el de Azucena.
Besos de Pecado.
Que triste que el único consuelo sean los recuerdos del ayer. Pero qué bonito es que se mantenga a flote en esta vida gracias a ellos. Sentimientos encontrados que sólo tienen cabida en el amor.
ResponderEliminarSaludos!
Esa imagen tan preciosa!
ResponderEliminarcon una rosa roja en sus manos me encanta.
Y tus palabras tan delicadas e impregnadas de nostalgia, evocan el amor que un dìa fue.
Besos
con todo cariño.
Siempre hay uno (o más) rinconcitos llenitos de recuerdos, que nos permiten sentirnos cerca de quien ya no está, físicamente, con nosotros. Y mientras el amor, ese amor, habite en el alma, los pies se mueven solos hasta llevarnos a esos lugares, donde por algún momento, volvemos a ser felices, aún dentro de la nostalgia.
ResponderEliminarHermoso, María
Hoy más que nunca...
Que maravillosa historia de amor,los recuerdos,la nostalgia,el alma removida eso me ha pasado al leerte ,me siento totalmente identificada en momentos y situaciones,gracias Maria.
ResponderEliminarUn beso grande.
Los bellos recuerdos, son fuente de energía, de dulzura, de amor. Hermoso relato amiga!!!! Besos
ResponderEliminarHoy me has sorprendido con este bonito texto, espero y deseo que vuelvas a escribirnos nuebos relatos.Besicos
ResponderEliminarAzucena no dejará que se olvide el amor entre las arenas de un profundo mar.
ResponderEliminarUn beso.
Una historia envuelta en preciosas frases que acogen una tristeza y una pena difícil de llevar. Hay muchas Azucenas que cada mañana su alma muere de pena. Hoy me has tocado hondo. Todavía supura.
ResponderEliminarMil besitos, María.
Cada uno se consuela como puede, aunque el duelo hay que pasarlo y seguir viviendo.
ResponderEliminarBesotes María!
Azucena vivía en el mundo de los recuerdos, un mundo irreal, en el que se cobijó para refugiar su tristeza, Azucena no podía mirar el presente porque la hacía daño sin ese amor que ya no estaba presente, Azucena tenía que seguir viviendo en aquel mundo donde aún permanecía con él y sus recuerdos.
ResponderEliminarUn relato que puede ser real para otras Azucenas que sin llamarse como ellas, estén viviendo parecidos momentos.
Me alegra mucho que os haya gustado, amig@s mí@s, gracias por acompañarme, en este mundo de letras.
Un beso y feliz semana, amig@s.
Los buenos recuerdos..
ResponderEliminarJamás de los jamases..
Pasarán..
De moda.