Gracias, Nicolás, por mencionar la canción de Maná
Gracias, Morella por mencionar a Mecano
Como cada mañana, Azucena, paseaba por la orilla de la playa, en compañía de la nostalgia de su sombra. Siempre con lágrimas en sus ojos y una rosa roja en la mano, que de vez en cuando, acercaba a su rostro rociándola con las gotas que resbalaban de sus ojos, los cuales cerraba para oler más profundamente su aroma, a la vez que acariciaba cada uno de los sedosos pétalos de la flor.
Él se había ido, tan solo quedaban los restos de sus cenizas enterrados bajo la profundidad del mar, pero para ella seguía estando vivo cuando se acercaba a la orilla de la playa. El tiempo se detenía paseando de su mano, sintiendo sus dedos entrelazados a los suyos, dejando las huellas de su caminar en la arena de la playa de su mañana, caminando en el recuerdo de su ayer, en la misma dirección.
El sonido de la brisa era el murmullo de su voz que le acariciaba su corazón desgarrado de dolor, Las olas que le cubrían su cuerpo eran sus abrazos, los que la seguían manteniendo viva en aquella pesadilla de la que no parecía encontrar salida cuando se alejaba de aquella orilla en la que tantas veces había sentido su cuerpo bañándose junto al suyo.
Como cada mañana, en aquella orilla, Azucena, volvía a revivir aquellos momentos tan apasionados sentidos junto a él, que la seguían manteniendo viva, el estremecimiento en las entrañas de su piel y de su alma por el roce de su tacto y la humedad bañada por el mar de su cuerpo.
Cada mañana, su alma se moría de pena, pero allí en la orilla de la playa, con la rosa roja en su mano, volvía a renacer en los recuerdos del ayer.
Cada mañana, su alma se moría de pena, pero allí en la orilla de la playa, con la rosa roja en su mano, volvía a renacer en los recuerdos del ayer.
Imagen de mi autoría
Más relatos jueveros en el blog de Mercedes
Microrelato que publiqué en el año 2014, como muchos de vosotros no estábais por aquí, y el tema de esta semana que propone Mercedes trata de mencionar la palabra playa, me ha parecido una buena idea reeditarlo.
María
Le quedó interesante su relato.
ResponderEliminarComo he mencionado arriba, lo escribí en el año 2014, ya ha llovido desde entonces jajaaj. En realidad, en principio iba a escribir un poema erótico, me apetecía, pero Mercedes me cortó las alas porque nos avisa en su blog que nada de eso jajaja, así que busqué en mi baúl de los recuerdos y me pareció buena idea traer este relato que lo publiqué hace muchos años que por aquí no estábais muchos de vosotros.
EliminarUn beso, Conejo.
Un relato bello a pesar de la tristeza de la protagonista.Pareciera que todos los lugares pueden guardar todo tipo de recuerdos.Te dejo un gran abrazo!
ResponderEliminarQué razón tienes, Menta, que todos los lugares aportan recuerdos, vivencias, todos nos llevan a emociones, unas positivas, otras negativas, aunque este micro no es nada personal, y para que no quede tan triste, he querido compartir una foto de mi autoría de la playa, esa playa de Levante que tanto me tiene enamorada, y que me produce bienestar al mirarla. Una entrada de emociones opuestas. Como la vida misma.
EliminarUn abrazo enorme, Menta.
Una triste historia que me ha gustado mucho. No sé lo que tiene el mar que nos atrae tanto.
ResponderEliminarUn abrazo.
La inmensidad del mar, ese océano inmenso de agua salada que nos traslada a tantos lugares. Es una gozada disfrutar de su belleza. Yo también pienso lo que tú, VENTANA DE FOTO, qué tendrá el mar que tanto nos atrae.
EliminarUn abrazo.
Ohh qué bien ha quedado plasmada esa tristeza, esa inmensidad del mar... qué precioso,de verdad María!
ResponderEliminarUn besazo
El mar nos puede recordar momentos gratos pero también momentos amargos, el mar nos llena de emociones, lunaroja, es inevitable.
EliminarUn beso.
Mientras paseaba por la orilla de la playa, mi cuerpo mojado de agua salada me invitaba a sentir las palabras bien labradas las que siempre manan del manantial de tu corazón.
ResponderEliminarSiguen los sueños desde la otra orilla del estrecho y las Gaviotas se desnudan en la playa.
Mientras el acuífero de limpias aguas del océano, dejo a mi cuerpo que explorarse palabras bien entonadas para sentirse capaz de seguir seguirte entre las olas perfumadas las que rompían en mi cuerpo elevando mis sentidos a lunares donde la luz se hacía sombra venerada.
Un abrazo.
Qué bonito tu comentario, Antonio, paseando por la playa nos puede mojar las olas del mar, y también envolvernos en emociones ese mar salado, y su arena que nos acaricia.
EliminarUn abrazo.
Has hecho bien en traer es un relato de amor y nostalgia. Una rosa era suficiente para renacer cada día a la orilla de la playa.
EliminarUn besazo María. Muakkk
Hubiera escrito un relato erótico, mi Campi, pero la anfitriona nos avisa que nada sexual jajaja, así que busqué entre los muchos que tengo escritos sobre la playa y éste me pareció bien, aunque sea nostálgico, pero como hace ya tantos años que lo escribí muchos no lo habían leído. Y sí tienes razón que una rosa puede hacernos renacer lo que pasa que tiene espinas y también nos pueden hacer daño.
EliminarUn abrazo enorme.
Qué desgarrador perder a la persona que amas. Lo viví, aunque fue decisión mía, dolió muchísimo.
ResponderEliminarHermosa la forma en que lo relatas. Se siente la profunda tristeza de Azucena. A mí el mar me calma, espero que a ella también.
Un abrazo
Siento que hayas vivido una experiencia similar a ésta, Eugenia, espero que ya te encuentres bien del todo. A mí me sucede lo que a ti, Eugenia, que el mar me produce una sensación de bienestar y calma, me relaja, me resulta muy positivo estar frente al mar, aunque lo tengo algo lejos, pero necesito reencontrarme con el mar una vez año.
EliminarUn abrazo.
Que melancolica
ResponderEliminarestas hoy , mi
cielo
No, Orlando. No debes haber leído bien, porque abajo del todo he puesto que está reeditado, este texto no está escrito ahora, sino en el año 2014.
EliminarUn beso.
Que triste relato, me he visto reflejada en el personaje, perder a la persona que amas es muy doloroso y aunque se va aceptando con el tiempo no significa que se olvide pues siempre está en el recuerdo...imposible olvidar. Besicos
ResponderEliminarLo siento mucho, CHARO, que hayas perdido a la persona amada, aunque como bien dices, nunca se va, porque siempre estará en tu corazón. Imposible olvidar a quién amas, aunque no esté en presencia, está su alma enlazada en tu corazón.
EliminarBesos enormes.
Que belleza María, la mañana, la brisa, Azucena y la profundidad de tus letras llenas de emotividad y tristeza pero no por ello menos hermosas. Un abrazo grande
ResponderEliminarEl mar nos trae recuerdos, unas veces pueden ser positivos, otras veces, todo lo contrario, aunque en este caso se trate de un microrelato pero puede ser como la vida misma porque... ¿cuántas personas se verán reflejadas en él?
EliminarUn abrazo enorme, Nuria.
Habría sido interesante un poema erótico, en un ámbito como la playa.
ResponderEliminarPero también sabés escribir versos melancólicos. Como este poema, con Azucena sintiendo esa pena.
Besos especiales.
Bueno ya habrá otros momentos para escribir un poema erótico, Demiurgo, en este caso, tuvo que ser así, pero mi intención, que conste jajaja era esa.
EliminarBesos especiales.
Gracias por traerlo. Es muy bonito y no recuerdo haberlo leído.
ResponderEliminarBesos.
Entonces me alegra haberlo sacado del baúl de los recuerdos, Macondo.
EliminarBesos.
Un melancólico relato que se mece como ese mar brillante que besa la arena en tu fotografía.
ResponderEliminarBesos dulces María Dorada y dulce semana.
Muy bonito lo que has dicho, Dulce, aunque sea una relato nostálgico, he querido traer una foto de mi autoría de la playa que me hace tan feliz, como ves, tan dual como la vida misma.
EliminarBesos.
Las dualidades asoman y despuntan atrayendo a la mirada.
EliminarMás besos dulces María Dorada.
Todo lo bello atrae a la mirada, DuIce, es inevitable.
EliminarUn beso.
Hola María. Buen relato.
ResponderEliminarMe gustó. La verdad, que sí.
Lo que tengo claro, es que yo cuando voy a la orilla del mar y poco a poco me voy sumergiendo es como volver a nacer. Salgo nueva. El sol me asfixia pero en cuanto ya estoy dentro del agua no hay quien me saque. Nací para vivir en el mar.
Un abrazo enorme.
Mónica.
Coincido contigo, Mónica, el mar nos hace renacer, es estar dentro, y ya no deseas salir, qué agusto se está, ainsss qué ganas de ir a la playa. Parece que estoy en estos momentos allí.
EliminarUn abrazo enorme.
Entre os amantes e a praia há sempre uma estreita relação.
ResponderEliminarAbraço de amizade.
Juvenal Nunes
Es lo que tiene el amor. Un vínculo más allá de la presencia. También se queda en el recuerdo y permanece en el alma.
EliminarUn abrazo, Juvenal.
Recuperación apropiada para estas fechas, felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Después de tantos años está bien sacarlo del baúl del tiempo, Rafael.
EliminarUn abrazo.
Él sigue viviendo en el corazón de ella.
ResponderEliminarBesos.
La presencia es solo eso. Pero el alma permanece siempre en el recuerdo de la persona amada.
EliminarBesos, TORO.
Pues siento no haberlo leído hace cinco años. Me ha recordado mucho a una historia que contó Juan Antonio Vallejo-Najera en la que proponían a un viudo una terapia para aliviarle el dolor y el se negaba diciendo que "el dolor es lo único que me queda de ella". Déjame que me piense un artículo con playa (o sin ella) para el jueves.
ResponderEliminarUn saludo.
Qué bueno que te recuerde este microrelato a una historia de Vallejo, me alegra que te haya recordado lo que cuentas, LUFERURA, es dificil apartarse del dolor cuando es intenso, sobre todo, porque hay que pasar el duelo, y todo lleva su tiempo, pero a medida que pasan los años ese dolor se va transformando. ¡Qué bien! me alegra que te decidas a participar en el relato juevero.
EliminarUn abrazo.
Puff emociona leerlo María, muy bueno de verdad.
ResponderEliminarUn Abrazo
Es triste este relato, José Antonio, pero como la vida misma, todo está lleno de emociones intensas, dolorosas a veces, otras todo lo contrario.
EliminarUn abrazo.
Hay ratos que se echa de menos a esas personas que ya no van a venir o que podrían y en todo caso no lo van a hacer seguramente. Aunque al final cuando ha pasado mucho tiempo solo quedan los buenos recuerdos.
ResponderEliminarBesos.
Totalmente de acuerdo en lo que dices, Erik, al final lo que nos queda es su recuerdo, porque el dolor es momentáneo, y todo pasa, como la vida.
EliminarBesos.
Hermoso escrito la verdad, me hace acordar a la canción "el muelle de San Blas". mismo lugar, diferente historia (que no es tan diferente).
ResponderEliminarMuchas gracias.
Saludos.
Qué bonita esa canción de Maná que mencionas, Nicolás, la acabo de buscar en el móvil y estoy escuchándola porque ya no recordaba lo que decía la letra, y ahora mientras estoy respondiéndote la estoy recordando, wuuuuauuu me encanta, esta canción me sigue haciendo vibrar. Ahora mismo la voy a colgar en la entrada. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Aún dentro de la sensación de nostalgia que dejan esas imágenes casi de arte fílmico, el ritual cotidiano del paseo por la orilla junto a la rosa roja de sus recuerdos es de gran belleza y deja una sensación de permanencia por el mismo mar, allí las cenizas, en un lugar invulnerable.
ResponderEliminarCreo que supiste reflejar muy bien ese detenerse en el tiempo en la playa, ese lugar en el que se juntan el pasado y el presente al menos para la protagonista. Un recurso que necesario para mantener viva la llama, todos tenemos alguna manera de seguir adelante sin olvidar, porque los recuerdos valiosos son el combustible que nos da movilidad.
Mi beso va y se deposita en otra playa, la tuya.
Tienes toda la razón, amigo Eukel, que los recuerdos son el combustible que nos da energía, esos recuerdos siempre estarán ahí, y la llama del amor seguirá encendida para ella, porque es lo que la mantiene viva, el recuerdo del ayer y el presente se fusionan, y ese mar que respira, y esa flor que se riega con sus lágrimas.
EliminarUn abrazo.
breve, hermoso, pero inconcluso, era la idea? la vida sigue...
ResponderEliminarsaludos!
Qué razón tienes, CarlosMxAx, que la vida sigue, por eso está inconclusa, como bien dices, la vida está llena de capítulos.
EliminarUn abrazo.
Es tan bonito que lo puedes publicar de vez en cuando,. El mar tiene esos encantos, las olas nos traen a los que queremos, a aquellos con los que compartimos arena y sal, es la continuación de los recuerdos. Abrazucos
ResponderEliminarQué verdad lo que dices, Ester, que las olas del mar nos trae a quiénes queremos, entre recuerdos y sonrisas, y otras veces, entre lágrimas, y es que el mar es inmenso que nos sentimos atrapados y abrazados con su belleza.
EliminarUn abrazo enorme.
Precioso relato, el mar siempre evoca recuerdos bellos, aún cuando son tristes.
ResponderEliminarUn beso.
El mar es tan inmenso que nos transporta en todo tipo de emociones.
EliminarUn beso enorme, Lola.
la vida para ella era como un pendulo .. de un sentimiento extremo a otro ... de nacer a morir .. de sufrir a sonreir
ResponderEliminarQué bonito lo que dijiste Ricky. La vida... como un péndulo. Muy buena comparación. Me encantó.
EliminarUn abrazo.
En el muelle de San Blas... qué bonita canción...
ResponderEliminarEl mar susurra memorias: la de aquel corazón dibujado en la arena… o la de un ser querido que se fue.
Miramos al mar, y las heridas del alma renacen con el suspiro salado de la brisa, con el murmullo de las olas... que van... que vienen... como la melancolía... y los recuerdos… que por más que quiero, se niegan a desvanecerse.
Coindimos en gustos musicales, esta canción de Maná es preciosa. Qué bonito tu comentario, Manolo, me encanta lo que dices que el mar susurra memorias, y las últimas frases preciosas muy poéticas, es cierto que las olas van y vienen, como los recuerdos, las emociones, todo vuelve a resurgir, aunque se vaya.
EliminarUn beso.
al principio es muy difícil y hasta parece imposible dejar ir un amor robado por la muerte; pero el tiempo pasa y cura todas las heridas y al final, aunque se quiera o no, se debe continuar con la propia vida.
ResponderEliminares un relato muy romántico que tiene su propia utopía del amor eterno.
un beso.
Estás en lo cierto, DRACO, hay que seguir, no podemos detener el tiempo en los recuerdos, sentirse atrapados en la nostalgia es no vivir, aunque en algún momento miremos atrás, pero la vida sigue, todo continúa, no debemos quedarnos atrapados.
EliminarUn beso.
Qué bonita historia, María!
ResponderEliminarCada día amanecemos... cada día renacemos...!
Y cada día las mañanas nos sorprenden.
Besos para ti.
La vida nos da sorpresas, A.S., por eso mismo, no podemos permanecer quietos llorando al pasado, a las personas que se fueron, la vida sigue.
EliminarBesos.
El marco de una playa solitaria resulta el más adecuado para el renacimiento de una nostalgia surgida del amor que ya se fue. Muy inspirador y romántico tu aporte, María. Un abrazo
ResponderEliminarLa playa es inspiradora para escribir relatos románticos, nostálgicos, de felicidad, el mar es muy inspirador, una fuente de vida y belleza, Neo.
EliminarUn abrazo.
Hola María, preciosa imagen esa playa en soledad.
ResponderEliminarEste está cargado de una sensibilidad que logra transmitir el dolor más íntimo de una pérdida, pero también la belleza de un amor que sigue vivo en la memoria. Me impresionó cómo se utiliza la imagen de la playa como un espacio simbólico donde el recuerdo y la realidad se entrelazan. Cada elemento —la rosa, el mar, la brisa— está lleno de significado, y todo el conjunto tiene una atmósfera poética muy intensa.
Lo que más me conmovió fue esa sensación de que Azucena no está simplemente recordando: está reviviendo, cada mañana, el amor, el dolor y la conexión con alguien que físicamente ya no está, pero que espiritualmente sigue presente. La forma en que la nostalgia se transforma en una presencia casi tangible me pareció muy poderosa.
Un abrazo
Qué bonito tu comentario, Nuria, me ha encantado la reflexión que has hecho, y cómo te ha llegado este relato, se nota que tienes una gran sensibilidad para captar de esa manera como lo has hecho el significado de la entrada. Sí, Azucena está recordando pero además, como bien dices, reviviendo cada instante de ese amor. Una conexión casi real como si estuviera presente. Me ha encantado lo que has dicho.
EliminarUn abrazo.
O mar salgado, tal como o mar dos olhos, apazigua um pouco a alma.
ResponderEliminarBeijos.
Sí que es cierto que el mar salado calma el alma, lo aquieta, lo va cicatrizando, una buena cura estar frente al mar.
EliminarMuchos besos, Fá menor.
¡Qué hermoso poema, tan lleno de calma y esperanza en ese amanecer al borde de la orilla! 🌅 La imagen de la mañana brotando en cada verso transmite una serenidad envolvente y delicada.
ResponderEliminar💜 Que tengas una excelente semana
Con cariño,
Daniela Silva
🔗 https://alma-leveblog.blogspot.com
🦋 Visita también el meu cantinho 🌸
Qué bonito tu comentario, Daniela, me alegra que así te llegue esta texto, la esperanza es lo último que debemos perder, aunque creamos que todo está perdido. Me alegra tu visita, puedes volver cuando quieras, esta es tu casa, gracias por dejarme tu huella me ha permitido conocer tu blog.
EliminarUn beso.
Como é bom renascer a cada manhã, sobretudo com uma rosa na mão para oferecer ao TU, Maria.
ResponderEliminarGostei de reencontrá-la na minha casa. Não trouxeste uma flor, mas ainda sinto o perfume que deixastes.
Beijos,
Qué bonito lo que dijiste, Eros, un placer tu visita, la fragancia de una rosa siempre permanece aunque se haya marchitado, siempre quedará su aroma en el recuerdo.
EliminarBesos.
Un relato lleno de amor y nostalgia que el tiempo o ha logrado detener, ni olvidar.
ResponderEliminarPrecioso y real.
Aunque pasen los años, nunca se podrá olvidar a la persona querida siempre estará en el recuerdo y en el corazón, Tracy.
EliminarUn beso.
Capturas el dolor y la nostalgia de Azucena con una sensibilidad que toca el corazón. La imagen de la protagonista paseando por la playa, con una rosa roja y lágrimas que rocían sus pétalos, es poderosa y evoca un duelo profundo pero vivo. El mar, con sus olas y brisa, se convierte en un símbolo de su amor perdido, trayendo recuerdos de abrazos y momentos apasionados que la mantienen anclada a él. La prosa lírica y las imágenes sensoriales (la arena, el murmullo, la rosa) crean una atmósfera envolvente que hace que el lector sienta su pena y su renacer diario.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Qué bonito tu comentario, Marcos, me ha encantado cómo te ha llegado, y la manera que lo has descrito a la perfección se nota tu alma sensible. Me gusta lo que dices de que el mar se convierte en un símbolo de amor y recuerdos. Es el escenario donde recrea Azucena todas sus vivencias, recuerdos, y los revive, y los siente desde su corazón. Para ella sigue vivo. Un placer siempre leerte.
EliminarUn beso.
Menos mal q he leído q este poema es de hace años , si no me dejarías preocupada ...Soy una estúpida, sé q la gente no tiene por qué contar en palabras lo q siente en una entrada , pero de alguna forma siento q es la tónica interna de nuestro sentir lo q nos asoma aquí ...Tú historia es tan hermosa como sentida , pero por mucho dolor q se nos acumule dentro por la perdida de alguien ...Hay q intentar salir de ahí como sea y volver a conectarse a la vida..el pasado pasó..Solo tenemos este instante , Azucena debería disfrutar del mar y del recuerdo de quien amó, pero para acurrúcate un ratito y después, volver a la vida porque la vida discurre y hay q intentar sufrir lo menos posible mientras nos lleva de la mano ; )
ResponderEliminarUn besazo enooorme cariño y q tus letras sigan tan risueñas como deseo te sientas tú. por dentro y por fuera ..mua!!
Este relato, como ves, lo escribí hace bastantes años, y no, no te preocupes jajaja que no todo lo que se escribe es real. Para nada. Imagínate quién escribe un libro sobre asesinatos jajaja. No todo es cierto, hay mucha ficción en lo que mostramos. A veces son sueños, otras veces, puede que surja la melancolía, pero te puego asegurar que en este caso, no ha sido así. estate tranquila, mi querida tocaya jajaja. Y estoy de acuerdo contigo, que Azucena debería disfrutar del mar. Pero también los recuerdos pueden aflorar en momentos de sensibilidad. Es positivo llorar, y echar afuera las penas, y seguro que Azucena se queda muy tranquila de esta manera.
EliminarUn beso enorme y sigue disfrutando del verano.
Hay textos que no se leen, se sienten. El de Azucena es uno de ellos. Una pieza breve, pero cargada de una intensidad emocional que cala hondo, como el agua salada que lame los pies en la orilla. Su caminata diaria por la playa no es solo rutina: es un ritual de duelo, de amor eterno y de supervivencia espiritual.
ResponderEliminarLa rosa roja en su mano, humedecida por las lágrimas, se convierte en un símbolo delicado y feroz: no se resigna al olvido, pero tampoco se aferra con desesperación. Es el equilibrio imposible entre recordar y seguir adelante. La playa es más que un paisaje: es un santuario íntimo donde el mar actúa como espejo de la pérdida y la memoria.
Este texto es una oda al amor que no muere, una evocación hermosa de lo que queda cuando alguien se va: el eco, la ausencia, y sin embargo… también la vida. Porque en cada paso de Azucena hay un renacer, una forma de seguir amando sin presencia.
Un texto para leer con el corazón en silencio.
Es bellísimo tu comentario, Alberto, profundo, sublime, poético, la verdad es que me ha llegado alma, es de esos que lees y quieres volver a leer, y te queda su fragancia. De verdad, precioso. Enriquecedor. Se nota tu alma sensible. Lo has captado de una manera profunda. Unas frases poéticas preciosas como... "el agua salada que lame los pies en la orilla" es todo un poema. Me encanta lo que dices que la playa que es un santuario íntimo, actuando como espejo de la pérdida y memoria. Y seguiría recalcando cada una de tus frases, todo tu comentario, porque es que desde el principio al fin tiene un valor enriquecedor que con comentarios así merece la pena seguir escribiendo. Y ese final. Chapó... "para leer con el corazón en silencio"... Me faltan palabras de agradecimiento, Alberto. Un placer tu visita. No dejes de visitarme cuando quieras, estás en tu casa. Gracias enormes por dejarme tus huellas, que me han permitido conocer tu blog.
EliminarUn beso.
Hola María,
ResponderEliminarEl mar siempre tiene ese componente evocador y romántico que deja huella en todos los escritos y poemas que hablan de él. Y precisamente por ese toque romántico que evoca ha servido de cuna a tantos para su descanso final! Un abrazote!
Es cierto lo que dices, Marifelita, el mar es inspirador, nos enriquece el alma, no calma, nos envuelve en quietud, el mar es divino, qué ganas de encontrame con el mar.
EliminarUn besazo.
Olá, querida Maria!
ResponderEliminar"O tempo parou enquanto ela caminhava de mãos dadas com ele, sentindo seus dedos entrelaçados aos dela".
Também caminho pela orla aqui lembrando dos momentos que tive na praia dos namorados.
O amado não nos sai do coração da mesma forma que a praia não deixa de beijar a areia.
"A praia é mais do que uma paisagem: é um santuário íntimo onde o mar atua como um espelho da perda e da memória."
Amar sem a presença é para os Grandes e sensíveis.
Muito romântica sua participação.
Gostei muito.
Tenha dias abençoados!
Beijinhos fraternos
Hola, Roselía. Muy bonito lo que has dicho. La playa nos calma, nos abraza, en el mar quedan reflejadas nuestras emociones, a veces, rompen lágrimas, como las olas rompen entre las rocas, cuando la pena es muy grande. Me alegra que te haya parecido romántica mi participación.
EliminarBesos.
🪶 Hola Maria, me permito dirigirle estas pocas palabras impregnadas de sinceridad y admiración, recientemente descubrí su blog, y quiero decirle lo mucho que me ha tocado, su pluma es de una finura rara, llena de sensibilidad y profundidad, leer tus palabras, es como entrar en un jardín secreto, iluminado por una luz interior, me he permitido añadirte a mi lista de amigos, impulsado por el deseo de seguir más tu universo tan inspirador, también me gustaría invitarte a descubrir el mío, un espacio donde comparto mis pensamientos y creaciones con el corazón, os deseo un muy buen fin de semana, lleno de dulzura y luz, con toda mi consideración, ☙⚜ 🅁🄴🄶🄸🅂 ⚜❧
ResponderEliminarHola, Au Fill de la Plume, ha sido muy grato recibir tu visita, y tus comentarios, me alegra porque me ha permitido conocer tu blog .Esta es tu casa, puedes venir siempre que lo desees y dejarme tus bonitas huellas, como las de ahora. Que llegan al alma, tan dulces,, y poéticas. A mí también me encanta compartir mis emociones, y será un placer leer las tuyas. Nos leemos, entonces, será un placer.
EliminarUn beso.
Belíssimo poema
ResponderEliminarMuchas gracias, anónimo.
EliminarUn abrazo.
Una historia preciosa y sentimental.
ResponderEliminarHa sido muy bonito leerla.
Un beso.
Y a mí me encanta que lo hayas disfrutado, AMALIA.
EliminarUn beso.
Es una hermosa y a la vez triste historia, pero muy real, cuántas cenizas de seres amados descansaran en el fondo del mar, muy conmovedor.
ResponderEliminarUn abrazo
PATRICIA F.
Es cierto, cuántas cenizas habrán caído al mar, PATRICIA, allí descansan las almas, y allí quedarán las recuerdos, mirando al mar, nos estarán contemplando.
EliminarUn abrazo.
Revivir momentos placenteros del pasado puede provocar nostalgia, pero en cualquier caso es agradable.
ResponderEliminarAbrazos, estimada María
Estoy de acuerdo contigo, estimado Luis Antonio, es agradable y placentero, recordar el pasado por unos instantes, mirando al mar, revivir recuerdos.
EliminarUn abrazo.
Jo que bonito, se me ha activado la radio mental de fondo con la cancion "Naturaleza muerta" de Mecano. No se por qué pero estaba leyéndolo con esa cancion de BSO.
ResponderEliminarMuchas gracias Maria!
Un besazo!
Wuau mi grupo preferido, Mecano, y esa canción llega al alma, hace vibrar a mil. Gracias enormes por recordarla, la voy a colgar en la entrada.
EliminarUn besazo.