El bebé no dejaba de llorar. En ese momento, un hombre con barba alzó la tapadera del contenedor para tirar la bolsa de la basura.
- ¿Pero qué están viendo mis ojos? ¡Si es un bebé en una bolsa de plastico! exclamó Lucas, mientras lo miraba fijamente con los ojos abiertos como platos.
Lo cogió en brazos y sin pensárselo dos veces se lo llevó a su casa. El bebé no dejaba de llorar y temblar. Tenía frío.
Debo de llamar a la Policía. Pensó por un instante, Lucas. Aunque dudaba qué hacer con el niño.
- Bueno, primero voy a taparlo con una manta que tiene frío y le daré un poco de agua y leche para que no se deshidrate.
Después lo llevó a su habitación. Él no dejaba de mirarlo con ternura y acurrucarlo entre sus brazos mientras sonreía.
Lucas era una persona de aspecto serio, amargado, vivía solo. Había días que no salía de casa. Y cuando salía no hablaba con nadie. Era un huraño. Los vecinos del edificio le tenían antipatía.
Pasaban las horas y no dejaba de observar al niño. Contemplarlo le transmitía paz. El rostro agridulce de Lucas se habia transformado. Por primera vez vió la luz al encontrarse en su camino con esa criatura indefensa.
- No lo voy a entregar a la Policía. Me quedaré con él y yo lo cuidaré. Se llamará Sahumerio.
Desde entonces su vida cambió por completo, estaba feliz dedicándose en cuerpo y alma al niño.
Y así fueron pasando las semanas, hasta que un día, viendo las noticias en la televisión, escuchó al locutor decir que una adolescente, había abandonado a su bebé en un contenedor, por temor a la represalia de sus padres.
- Por favor, si alguien lo ha encontrado, necesito que me lo entregue, estoy muy arrepentida de haber abandonado a mi bebé, no sabía lo que hacía. Comunicaba, en los medios informativos, la adolescente, con las lágrimas desbordando sus ojos.
En un instante le dio un vuelco al corazón. La moral de Lucas se derrumbó por completo. De la luz volvió otra vez a encontrarse con la oscuridad.
- ¿Qué debo hacer? bueno... ya lo pensaré. Mañana será otro día.
Hay decisiones difíciles de tomar , y en este caso , Marcos, siendo un hombre abatido por la tristeza , tal vez le cueste devolver algo que no le pertenece, y no es una moneda de cambio, es un ser humano. La adolescente , tuvo su error , pero quién sabe las circunstancias para obrar de ese modo. Toda una lección de moral. Asi en comité , Lucas, devuelve el bebé , tal vez eso te lleve a nuevas situaciones que te llenen la vida de felicidad. Un besazo María , estos textos son de lagrimita.
ResponderEliminarBonita historia que termina en dilema. En un primer momento Lucas es valiente y está dispuesto a afrontar el reto de ser padre (las enfermedades de la infancia, el "pavo" de la adolescencia y que, si todo va bien, el abandono del hogar), pero cuando se lo empieza a pensar empieza a ser temerario, pero hay que tener en cuenta que él considera que la niña ha empezado a ser su hija...
ResponderEliminarHay muchos factores, es posible que la policía esté buscando a la niña, que los servicios sociales tengan algo que decir, pero todo ello resulta secundario en lo que se tiene que pensar el pobre Lucas... todo un dilema.
Un saludo.
Maria, gostei muito do início ao fim. Eu como o homem barbudo também teria vontade de ficar com aquele bebê,MAS depois ao saber que era procurado, o bom senso dominaria!
ResponderEliminarGostei muito! Lindo fim de semana! beijos praianos, chica
María que buena historia has escrito, tocas varios temas sobre todo las adolecentes que abandonan a sus bebes por diferentes factores. Dejas un final abierto para una continuación de la historia en la imaginación del lector.
ResponderEliminarQue tengas un buen día!
Besos
Yo creo que Lucas devolverá a Sahumerio, mal que mal su madre lo reclama y él ya hizo lo debido, rescatarlo y cuidarlo, quedárselo le implicaría problemas y no satisfacciones. Sahumerio necesita a su madre.
ResponderEliminarBesos dulces, María Dorada y dulce fin de semana.
Lucas tiene que decir y nosotros opinar que debería hacer; lo que si tengo claro es mi opinión sobre lo que ha hecho la adolescente. Nos dejas en vilo y ojalá eso no ocurriera nunca. Abrazos
ResponderEliminarLa adolescente cometió un serio error. Pero con circunstancias atenuantes y está arrepentida.
ResponderEliminarNecesita ser ayudada más que ser juzgada.
Besos especiales.
Hola Maria!Es una historia dulce,tierna,me detendre en la criatura,ya que me hizo pensar en el cambio que provoca un recien nacido en los adultos.Te felicito por el texto.Un gran abrazo!
ResponderEliminarUna historia que puede pasar cualquier día y de hecho pasa, María.
ResponderEliminarBesicos muchos.