Lara no podía levantarse de la cama. Sentía un vacío profundo en el estómago. Sus ojos, ya secos de tanto llorar, no tenían lágrimas. No podía soportar tanto dolor.
Había pasado una semana desde que Javier se había ido. Lara no dejaba de pensar en él. Solo deseaba recordarle... sentirle en la memoria de su corazón... protegida entre sus brazos, los que tanta energía la daban... por sus caricias que la hacían estremecer... por sus besos que tanto la hacían vibrar... por su mirada, esos ojos azules que la hacían flotar en el mar...
Era incapaz de aceptar su muerte. No podía ser. No se lo podía creer. De la noche a la mañana Javier se había ido para no volver jamás. Lara no dejaba de darlo vueltas. Tenía sentimientos de rabia, impotencia, desesperación...
Él, que se había sacrificado tanto en su trabajo como Médico Especialista en Neumología, en el Hospital Universitario de Madrid, que tanto se había entregado con sus pacientes, la dramática situación le había llevado a su propia muerte. Y ahora a él nadie le podía devolver la vida... ¡Nadie! ¡Qué injusta es la vida! pensaba Lara...
Habían sido tan felices, tenían tantos planes para el futuro... y de la noche a la mañana todo se había ido al garete. Dos vidas truncadas. La de Javier y también la suya, muerta en vida.
A pesar de todo lo que estaba sufriendo Lara, seguía teniendo fé en Dios Omnipotente, El Todopoderoso. Y le imploraba cada día para que esta pesadilla terminara cuanto antes. Aunque Dios no le fuera a devolver la vida de Javier, pero que no acabara con otras vidas.
Por eso, cada noche, antes de irse a acostar, rezaba a Dios Todopoderoso, rogándole porque esa situación se acabara cuanto antes, para que no hubiera más muertes, y que saliera pronto una vacuna contra la Covid-19, para acabar con tan trágica batalla viral. Una pandemia que tantas vidas humanas se estaba cobrando.
Lara estaba segura que Dios escucharía sus Plegarias...
María me has sorprendido con este texto en él hay tanto dolor y a la vez esperanza, es difícil entender algunas situaciones que la vida nos pone delante de nuestros ojos, como es esta que tu nos describes. Ojala esas plegarias sean efectivas y termine esta pesadilla.
ResponderEliminarUn tremendo abrazo y besote todo junto.Feliz semana que esta es más cortita.
Campirela
EliminarUn relato como la misma vida real, una situación desesperante, en el que la Covid está arrebatando muchas vidas humanas, y esto es solo el comienzo de lo que en los próximos meses continuará, realmente un drama el que estamos pasando, y a quién le haya tocado, ver a su ser querido que un virus le arrebata la vida, tiene que ser horrible.
Esta es la cruda realidad, la que con este relato he plasmado, y que nos hace ver la pesadilla de nuestra actualidad.
Tengo que pediros disculpas por el retraso en responderos, pero mis planes se fueron al garete, por la actualidad que estamos viviendo, tuve que reincorporarme a la actividad laboral, y ver suspendidas mis vacaciones, pero bueno, lo primero son las obligaciones, que tiempo habrá para ellas.
Un abrazo enorme y feliz fin de semana.
Un abrazo
Bueno...la fe mueve montañas. UN abraxzo. carlos
ResponderEliminarCarlos Augusto
EliminarA veces creo que la fe solo sirve para ponerte una cortina delante de los ojos y no querer ver la realidad, porque con la fe no se pueden solucionar estas cosas.
Un abrazo.
A estas alturas pareciera que es lo que nos va quedando, pedir a Dios, aunque no todos creamos de la misma forma en él. Por creer que no quede.
ResponderEliminarBesos dulces Storm.
Dulce
EliminarHay personas que se aferran a la religión pero yo creo que estas situaciones no las puede solucionar nadie más que la ciencia con una vacuna que pueda contra el virus.
Besos.
Dios siempre escucha, María, pero la vida es finita y no sabemos cuándo llegará para nosotros o nuestros seres queridos a término. No es posible torcer el rumbo de los días, pero sí pedir fortaleza para poder afrontar aquello que nos toque vivir.
ResponderEliminarEstoy a tu lado. Un abrazo.
Francisco
EliminarMuchas gracias por estar a mi lado, amigo mío, yo también estoy a tu lado.
Cuando las cosas vienen de esta manera no hay forma de cambiarlas, es una etapa dura la que nos está tocando vivir, como hace años con la gripe, que murieron millones de personas, y es que creo que este es un tipo de guerra, que, por desgracia, puede acabar con la mayor parte de la humanidad, algo terrible, sino sale pronto una vacuna.
Un abrazo.
oui bien triste tout cela, vite la fin de ce virus..je te souhaite une bonne soirée Maria gros baisers (kissss)
ResponderEliminarElian
EliminarEs triste que un virus venga a arrebatar la vida de las personas, ójala que pronto acabe esta pesadilla.
Que tengas un feliz día, amigo.
Muchos besos.
Dolor y esperanza en tus letras...
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde.
Rafael
EliminarEs lo que he intentado reflejar en este relato, el dolor y la esperanza de creer en la fé, pero por mucha fe que uno tenga, eso no va a arreglar las cosas, amigo mío.
Un abrazo en la tarde.
Un relato que recorre muy bien el presente actual con una cadencia asombrosa en torno a Dios. Marvillosas y adorables letras, María. Por momentos me quedé consternado. Ya que la delicadeza y sutileza utilizadas aportan los grandes valores de la religión.
ResponderEliminarBesos enormes y esperemos que el Supremo escuche esta plegaria.
Joaquín
EliminarSi Dios escuchara las plegarias de los creyentes pero me temo que no se trata de eso, sino de recurrir a la ciencia, que es la que en este caso, puede salvar vidas, amigo mío. Pero como tenía que hablar de Dios, lo adapté de esta manera.
Muchas gracias por tu presencia, y ójala que pronto aparezca una vacuna que nos ayude en esta guerra.
Besos enormes.
¡Qué alegría un relato juevero en martes eso si que es buena suerte!
ResponderEliminarMe ha encantado María a este paso me parece que tendremos que hacer como Lara cada día pinta peor.
Un place siempre leerte.
Besazos.
Rita
EliminarRecemos para que pronto tengamos una vacuna porque sino el virus arrebatará muchas vidas, mi querida Rita.
La semana pasada tuve tiempo porque tenía unos días de vacaciones, y escribí con antelación el relato juevero, pero me han durado poco ya que tuve que regresar al trabajo, precisamente, por la actualidad que nos ocupa, y a partir de ahora ando muy liada que esta semana no he podido participar en los relatos.
Un placer tu compañía.
Besos enormes.
Tremendo relato! Muy fuerte,muy potente! Y la presencia de la fe, inexpugnable, enraizada en la emoción...
ResponderEliminarPrecioso!
Un beso grande!
Lunaroja
EliminarUn relato como la misma vida actual que nos ocupa, el virus está acabando con muchas vidas, ójala esta pesadilla se acabe pronto.
Un beso enorme.
Impresionante Maria has trasmitido impotencia, tristeza y desazon, excelente relato, y seguramente existan varias historias como estas,
ResponderEliminarbesos
Bellabrown
EliminarSeguramente que, como dices, existan historias como este relato, en el que las personas se aferren a la fe, para orar porque esta pesadilla termine.
Besos enormes.
Hola, Maria.. Un relato muy estremecedor, muy sentido, y lleno de simbolismo, más en este momento que estamos sufriendo esta agobiante situación.
ResponderEliminarUn abrazo..
Llorenc
EliminarUn relato que puede ser un ejemplo de vida, ¿quién no ha visto morir a algún ser querido por Covid? una dura batalla la que nos está tocando vivir, pero no podemos dejar de tener esperanzas, los que tengan fé rezando a Dios y otros de otra manera, pero nunca perdamos la esperanza.
Un abrazo.
Me temo que el COVID también ha sido enviado por Dios, como parte de ese plan misterioso del que nadie sabe nada (quizás ni él mismo)... O, en caso contrario, no lo ha enviado Dios y, por lo tanto, no es un ser tan omnipotente y poderoso como debería ser un Dios...
ResponderEliminarEn resumen, que estamos jodidos.
Beauséant
EliminarMe quedo con tu última frase, sea lo que sea, el caso es que, estamos jodidos, porque no hay una vacuna que pueda contra la Covid, así que pensemos lo que pensemos da igual, mientras exista este bicho que está al acecho, cada vez más cercano, y que en cualquier momento puede atacarnos, así que no queda otra que decir ¡sálvese quién pueda! porque me parece a mí que Dios no puede hacer gran cosa, solo la ciencia.
Besos.
Hermoso intenso relato, con un tema actual. Triste, que tanto daño a causado y lo sigue haciendo.
ResponderEliminarLo que logras transmitir es algo magnífico.
Un abrazo amiga María deseo te encuentres bien
Jorge
EliminarYo me encuentro muy bien, amigo mío, espero que tú también te encuentres bien, y todos los demás amigos blogueros, es mi deseo.
Un relato actual, como la vida misma, y que cada cual se aferre a quién quiera, pero mientras tanto, no perdamos la esperanza, habremos de esperar a esa milagrosa vacuna que pueda vencer al bicho.
Un abrazo.
que así sea el rezo... decreto
ResponderEliminarChanté
EliminarAmén, que los rezos nos salven del maldito bicho.
Besos.
Una tremenda y dura situación que, en mayor o menor medida, todos estamos padeciendo, además de las lamentables secuelas que dejará, tanto emocionales como económicas…
ResponderEliminarY tú has abordado el tema desde el más triste desenlace, que es perder la vida, y el dolor inasumible de quien se queda, entregándose a esa fe que abriga el alma, en la desolación e impotencia…
Un placer leerte, preciosa amiga…
Un abrazo enorme 💙
Ginebra
EliminarAsí tal como lo dices, mi preciosa Ginebra, es muy dura esta situación que estamos viviendo, no queda otra que aferrarse a la esperanza, tener paciencia, que pronto encontraremos la luz al final de túnel, pero eso sí, quiénes se han ido ya no volverán más, eso es lo peor.
Un placer leerte, muchas gracias por tu compañía.
Besos enormnes.
Ojalá las escuché, porque falta hace esa vacuna y un milagro.
ResponderEliminarUn beso cielo 😍
Margarita
EliminarEsperemos que llegue pronto, y que esta situación se suavice, porque estamos en un panorama desolador, por lo que he leído en las noticias, mañana el Presidente decretará el Estado de Alarma en España.
Un beso enorme.
Yo no creo en Dios, la verdad, será por eso que no lo entiendo. Pero tu texto me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesos.
Devoradora de libros
EliminarYo creo en la esperanza, me aferro a ella, a que no siempre se apaga la luz, siempre queda ese rayo de luz.
Besos.
La vida tiene sus paradojas y el dolor pareciera ser el enemigo del amor. Sucede que, de pronto, como en tu relato, la tragedia acaba con todo y con esa persona que amamos y nos quedamos al borde del precipicio con los ojos perdidos en el vacío y, algunos, esperando a por Dios y sus misterios y, otros, convenciéndose más y más que ese ser divino es solo parte de las mitologías del ser humano. En fin, querida María, la vida es dura.
ResponderEliminarPor fin te he vuelto a encontrar y me da felicidad.
Un abrazo y un beso.
Gustavo
EliminarMe alegra que me hayas encontrado, amigo Gustavo, un placer tenerte de nuevo aquí.
Y como bien dices, la vida es dura, es un camino de rosas pero también de espinas, en el caso de las tragedias cuando se rompe el amor de esta manera, es capaz de llevarte al abismo, como en el caso de la protagonista, que se siente muerta en vida.
Un abrazo.
fantástico. Gostei de ler! :)
ResponderEliminar-
Inocência confinada...
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Beijos e uma excelente noite
Cidália
EliminarMuchas gracias por siempre estar.
Besos.
MARIA, gostei muito do teu relato tão real e tão gélido!
ResponderEliminarA dureza dos tempos esculpiu rostos de máscara, gélidos olhares e gestos distantes. Nas ruas de sombras altas, onde o sol deixou de colher sorrisos, abriu-se uma ferida na cidade que ninguém sabe quanto irá doer. A solidão cresce insidiosa trazendo consigo um negro presságio, com um rumo tão secreto que ele próprio ignora. E nessa voragem tão ampla que nada poderá conter, o medo exprime-se em quarentena, num qualquer quarto fechado com uma janela aberta para o jardim da alma, porque o espectro nos toca, silencioso e leve como uma pluma.
Olho para dentro de mim, onde apenas encontro restos de silêncio. Mais nada. O rosto cada vez mais lento, vai perdendo identidade e ganha espanto, encarcerado no seu próprio medo. Há uma tristeza negra a escorrer pelas paredes!
Mas ainda que seja no inverno, vão florir rosas vermelhas!...
Besosssss
A.S.
EliminarPero qué hermoso tu comentario, amigo mío, da gusto leerte, siempre transmitiendo tus letras desde tu alma de poeta, con esa sensibilidad que te caracteriza, un gusto leer tus emociones, y tu inspiración, tan bella.
Mirar dentro de nosotros para escucharnos, para sentir ese silencio en el alma, ese vacío que puede dejarnos el amor, terminando desolados, con una gran tristeza.
Y qué razón tienes, que en invierno también las rosas rojas florecerán.
Es precioso lo que has escrito, muchísimas gracias por tus latidos.
Besossss enormes.
La desesperación es grande, los sanitarios tienen que vivir separados de sus familias y algunos enferman, tu relato es una crónica de la actualidad, solo la fe puede devolver la esperanza. Un abrazo grande
ResponderEliminarEster
EliminarEs inmenso el trabajo que están haciendo los profesionales, dando todo de sí, para luchar por las vidas ajenas, se están dejando su pellejo, y su vida, se merecen un gran aplauso, y nuestro reconocimiento.
Plasf plasf plasf va mi aplauso para ellos.
Un Beso enorme.
Dejemos trabajar a los que saben de esto solo queda tener paciencia.
ResponderEliminarBeso
Erik
EliminarTienes toda la razón, amigo, tengamos paciencia.
Muchos besos.
Un relato que estremece un poco por la cercanía a todo lo que acontece y a todas las familias que están sufriendo perdidas por la pandemia. Cuando se pierde a un ser querido sin duda aparecen todos los sentimientos que describes en el relato, pero sin dudas a la larga, la forma de continuar con la vida, no sera la misma para una persona de fe..Te dejo un abrazo y tal como la protagonista , recemos para que esto termine pronto y cada quien pueda seguir adelante con su vida sin mas ausencias y dolor.
ResponderEliminarEli
EliminarTantas familias sufriendo por sus seres queridos que ya no están con vida por este maldito virus, que ataca de manera invisible y no podemos luchar contra él, es horrible, pero como bien dices, recemos, no perdamos la esperanza, que pronto llegará el fin de este drama.
Muchos besos, preciosa.
¡Impresionante relato!
ResponderEliminarMucha angustia y desesperación, con sus sueños ahogados en lágrimas.
A ese Dios que suplica, ojala la escuche.
Tan actual, tan sufrido este momento.
Un abrazo:)
Cecy
EliminarUn tema actual, el de este relato, cuando las lágrimas invaden la desolación, cuando una se siente impotente porque no se puede hacer otra cosa más que rezar esperando un milagro.
Un placer tu compañía, preciosa.
Un beso enorme.
De rabiosa actualidad. Se están yendo personas con edades relativamente jóvenes, que bien podrían seguir con nosotros.
ResponderEliminarPor la fe, por quien puede confiar en Dios. Un abrazo, y oye, María, no sé ni cómo comentar en el blog de Roxana, no veo dónde. Si me dices..gracias.
Albada
EliminarEso es lo peor, el fallecimiento de personas tan jóvenes, que tienen toda una vida por delante, y se están yendo por el maldito virus, aunque todas las pérdidas son importantes.
Espero hayas podido entrar sin problemas en el blog de Roxana con las explicaciones que te dejé en tu blog.
Muchos besos.
La responsabilidad ciudadana y la ciencia pueden hacer algo... ¿Qué dios permitiría que a sus hijos les ocurrieran las desgracias que el mismo crea?
ResponderEliminarBss
De barro y luz
EliminarMuy de acuerdo contigo, las dos cosas que pueden hacer algo, son las que mencionas, la responsabilidad, y la ciencia, porque Dios poco puede hacer aquí.
Besos.
¡Ay María!¡Lo que duele que alguien al que amas te deje! Y sin embargo, del dolor parece que surge la esperanza, la energía para volver a construir una vida de nuevo plena, como el deseo de la vacuna eficaz y el esfuerzo de investigacion que se está realizando contrareloj.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Loles
EliminarTienes razón, que parece que el dolor te hace fuerte, y parece que ese rayo de luz se llena de energía positiva y esperanza que da fuerzas para volver a seguir caminando, y es que, en verdad, las cosas negativas que nos pasan en la vida, nos ayudan a crecer, a ser más fuertes, pero es triste quién tenga que pasar por este trance a causa de la Covid. Esperemos que pronto la ciencia nos traiga la vacuna que pueda vencer al bicho.
Un abrazo enorme.
Es muy real Maria!! Y a Dios no hay que búscalo nada más que dentro de nosotros mismos. Quizás los que lo buscan fuera son los que solo necesitan su apoyo cuando todo marcha mal.
ResponderEliminarBesos.
Agapxis
EliminarQué razón tienes que hay que buscarlo en nuestro interior, y que esa luz nos de energías para seguir con ánimos en esta dura etapa que nos está tocando vivir, mi querido amigo.
Muchos besos.
No creo que ese dios se entretenga en la química.
ResponderEliminarLa ciencia es lo único que nos devolverá la salud y nuestro modo de vida.
Pero recuerda que el de las plagas y los castigos es al mismo que Lara le reza para su salvación.
Un placer leerte
Beso
Charly
EliminarYo también opino lo mismo, que quién nos devuelve la salud es la ciencia, la que en verdad tendrían que invertir más los políticos, y no recortar, espero que se den cuenta de ello, y no sigan cometiendo tantos fallos, y es que la ciencia es la que nos trae la salud, y ¿qué mejor inversión que esa? porque de nada sirve que se tenga fé en Dios.
Me gusta tu compañía, y leerte, Charly, un placer.
Besos.
Hola María. Creo que Dios se fue de vacaciones y ha abandonado al mundo. Está mejor sin problemas ya que los humanos damos muchos problemas. Tenemos que ser nosotros quienes eliminemos al demonio llamado Covid-19 ya que está haciendo que muchas apersonas mueran y otras queden enfermas de por vida. Esto solo nos corresponde a cada uno de nosotros comportándonos civilizadamente hasta derrotarlo.
ResponderEliminarLo siento por todas las personas que perdieron un ser querido y sobre todo por tosas las personas que se fueron si tener la ocasión de despedirse de sus familiares.
Muy bueno el relato, como la vida misma de hoy día.
Besos Dulce María
Isa
EliminarMuy bueno lo que has dicho, y es que somos cada uno de nosotros los que debemos de ser responsables para que la Covid no siga extendiéndose, pero como no todas las personas son responsables, luego pasa lo que pasa, que muchos mueren por la irresponsabilidad de unos pocos, y es una pena que mientras unos están de juerga, los profesionales estén ahí dándolo todo, incluso su vida, así que tenemos que ser conscientes de ello, de que tenemos que ser nosotros los que luchemos en esta batalla viral. Pero como no somos capaces, hoy seguramente se volverá a decretar por el Presidente el Estado de Alarma, a ver si así, somos capaces de cumplir con las normas sanitarias, y dejarnos de bromas, que esto es algo muy serio, y bien lo saben las familias que han perdido a sus seres queridos.
Besos enormes.
Por cierto María, me ha costado entrar aquí en tu blog. Me dice que hay un error 503 y he tenido que probar varias veces.
ResponderEliminarBesossssssssssss
Isa
EliminarGracias por decírmelo. No sé a qué será debido, pero te agradezco por intentarlo. A veces, no hay quién entienda a la tecnología.
Muchossssss besosssssss.
Hola María, madre mía los pelos de punta, y es que este relato es tan real, en cada vida de quién ha tenido que despedirse en la distancia, cada día... Es como una pesadilla de la que queremos despegar y no podemos abrir los ojos. Que bien has plasmado la rabia, la tristeza y la esperanza, pues esto es lo último que se pierde, y ojalá no la lleguemos a perder también.
ResponderEliminarUn beso!
M
EliminarOjala que nosotros no perdamos la esperanza, ni esa ilusión de cada día, que aunque estamos en una etapa dura, sabemos que al final venceremos, porque todo tiene su final. Pero lo peor es quiénes se han ido, esos son los que pierden, porque ya no se les puede traer a la vida. Una pena lo que está pasando. Esto como dices, parece una pesadilla, ójala pronto despertemos de ella.
Un beso enorme.
Como la vida misma.
ResponderEliminarBesos.
Macondo
EliminarExactamente.
Besos.
Duro relato María, tener esa fe de Lara hace que la vida tenga algún sentido después de pasar por un drama tan grande.
ResponderEliminarBesos
Fernando
EliminarHay personas, como Lara, que no pierden la fe, se aferran a ella, otros en cambio, han perdido la ilusión por todo porque no saben a dónde aferrarse, si han perdido a sus seres queridos, pero no debemos perder la esperanza, que pronto veremos la luz.
Besos enormes.
Maria linda, tu relato, aprieta el
ResponderEliminarcorazón, es muy triste perder a
alguien de la familia o algún amigo,
no hay que perder la fe nunca, Dios
siempre esta con nosotros, llegan
profundo tus letras.
Besitos dulces
Siby
Siby
EliminarEn este caso es un relato, mi preciosa Siby, pero lo peor es cuando en la realidad haya familiares que hayan perdido a sus seres queridos, no tendrán consuelo, que un bicho pueda tener tanta fuerza, y es que esto parece una guerra que no hay escudos para protegerse, solo la responsabilidad de cada uno.
Besos enormes.
Todas las religiones tienen una parte buena, la de creer en un Dios que nos va a ayudar en determinados momentos demasiado difíciles de soportar.
ResponderEliminarMe ha parecido magnifica esa fe hacia el Dios de los cristianos, aunque a veces su demostración hacia nosotros es difícil de percibir. Yo creo en todos ellos, en todo lo bueno que nos pueden dar cuando nosotros seguimos también la regla de la bondad.
Ojala el dios de los cristianos escuche a Lara y acabe de una vez esta pesadilla en la que tanta gente está perdiendo la vida. Mi madre nos dejó el 15 de mayo de este año, estaba en una residencia y algo (no sabemos si el virus o qué) se la llevó. Ella creía en Dios y en todos los santos, rezaba, pero nunca iba a misa. No le gustaba la iglesia. Yo llevo al cuello uno de sus rosarios que siempre tenía en el cabezal de su cama. Tampoco voy a misa, pero se que ella está con su dios y yo tengo un poquito de su recuerdo en mi cuelo. Por algo me puso el nombre de Rosario.
Un abrazo
Charo
EliminarSiento muchísimo que tu madre haya fallecido hace unos meses, aunque no sabes el motivo, sea la causa que fuera, ella se ha ido y es muy doloroso para una hija, lo sé por experiencia que la mía se me fue hace dos años y la echo mucho de menos, aunque la llevo siempre en mi corazón, y yo como tú, en lugar de un rosario colgado al cuello, llevo una pulsera con corazones, que ella tenía, que aunque no tiene valor económico, pero para mí tiene mucho valor porque se que es de ella, y la llevo siempre conmigo.
Muchas personas se aferran a Dios es una manera de coger fuerzas, aunque no crean en la iglesia, pero sienten a Dios a su manera, a mí tampoco me va la misa, lo importante es creer en quién uno quiera, con total libertad.
Y si tu madre creía en Dios, ella estará con él, y desde el cielo te estará dando energías y rayo de luz, porque son ángeles que nos protegen, así la siento yo a mi madre, ella es mi ángel.
Un comentario que me ha llegado muy hondo, querida Charo.
Te mando un abrazo muy fuerte, y mucho ánimo, cielo.
""... sentia um vazio no estômago. ""
ResponderEliminarSeria fome, lol (brincando )
Adorei a imagem, gostei muito do texto
Cumprimentos.
Ryk@rdo
EliminarSentir esa sensación que te deja sin respiración cuando el dolor te toca la vida.
Un placer leerte.
Un abrazo.
Amén, que escuche.
ResponderEliminarUn beso, María
Myr
EliminarPlegarias para ser escuchadas.
Un beso enorme.
Qué triste relato!!.
ResponderEliminarEstamos viviendo una situación terrible.
También rezo para que termine pronto.
Un beso.
Amalia
EliminarTodavía queda lo más difícil, los peores meses, pero venceremos esta batalla, ya lo verás, preciosa.
Un beso enorme.
He perdido a dos amigos por culpa de la pandemia. Hago votos porque la vacuna no se haga de rogar...No sé si Dios está por estos asuntos...
ResponderEliminarLuis Antonio
EliminarLo siento mucho, mi estimado, Luis Antonio, es muy doloroso perder a los seres queridos.
Yo creo que no, que Dios no está por esta labor, pero confiemos en que la ciencia sea aplicada y pueda llegar pronto una vacuna que nos libere de esta terrible pesadilla.
Un abrazo.
Todos estamos pidiendo lo mismo. Un beso
ResponderEliminarNeo
EliminarSi somos aplicados, responsables, y hacemos caso de las autoridades, entonces ganaremos la batalla.
Un beso.
Cada cual se aferra a sus creencias para enfrentar los desafíos que esta vida nos propone. Cada cual enfoca sus energías hacia lo que lo moviliza, tratando que la desesperanza no invada definitivamente su alma.
ResponderEliminarDe todas maneras, es muy preocupante lo que está ocurriendo, debemos ser responsables y aunar esfuerzos.
Excelente texto!
Besos!
Etienne
EliminarAsí es, amigo mío, que es muy preocupante lo que está ocurriendo en el mundo, con la pandemia de la Covid, tanto que hoy en España se han reunido de manera extraordinaria porque parece ser que van a aplicar otra vez el Estado de Alarma, y en algunas comunidades ya hay toque de queda. Y es que no queda otra, porque sino algunas personas no hacen caso de las normas, se las saltan a la torera, y no puede ser que por unos lo paguen otros.
Muchos besos.
Real como la vida misma y esta terrible situación que nos ha tocado vivir, aún sin sufrirlo en carne propia.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte
Max
EliminarEsto se extiende como la pólvora, la situación se está desbordando, y los hospitales se están colapsando, estamos en una situación, muy crítica, veremos a ver lo que nos dice hoy el Presidente, para que esto no vaya a más.
Un abrazo muy fuerte.
Es una plegaria que tenemos todos en la mente.
ResponderEliminarMuy buen relato, has plasmado emociones intensas.
Besos.
Amapola
EliminarMuy dura esta situación por la que estamos pasando, mi preciosa Amapola, mucho ánimo y no decaigamos.
Besos.
Un relato tan doloroso y tan de todos los días. Me gustó el modo en que lo desarrollaste.
ResponderEliminarBesos
El Oso
EliminarUn relato como la vida misma, una situación dolorosa para muchos.
Besos.
Real y crudo el relato María, quizás sea por eso por lo que cala tanto en el lector, una historia de las muchas que seguro ha habido en estos tiempos de pandemia, algo que nos recuerda la poca distancia que hay entre la vida y la muerte.
ResponderEliminarCuídate.
Un Abrazo
José Antonio
EliminarQué verdad lo que dices, qué poca distancia hay entre la vida y la muerte, a un suspiro de distancia, por eso debemos valorar más los instantes de la vida, cada segundo es un tesoro, porque lo mismo hoy estamos aquí, y dentro de cinco minutos a saber dónde.
Me cuidaré, cuídate tú también, muchas gracias.
Un abrazo.
Ufff...
ResponderEliminarQue congoja, Maria.
Espero que no esté basado en nada de ningún conocido tuyo, aunque sin duda lo estará en alguien.
No creo que el Todopoderoso se vaya a encargar de nosotros, aunque no nos vendría mal.
Nosotros la hemos cagado, y nosotros tenemos que arreglarlo. Se supone que ya somos mayorcitos.
Besosss, Maria
Gabiliante
EliminarNo te preocupes, amigo mío, no se basa en ningún caso en concreto, ni ningún conocido mío, es tan solo un relato inventado, que puede suponer la misma realidad de alguien, porque ha habido muchos fallecimientos por la Covid, pero en este caso, no es de nadie en concreto, se trata de la imaginación, que fue por este cauce, porque este presente es el que tenemos, un panorama bastante dramático, y a ver qué solución nos dan los políticos, porque sino somos capaces de ser responsables, tendrá que a ver mano dura.
Muchos besossss.
Elegiste muy bien la imagen. Representa las emociones de Lara, el dolor por su pérdida, su pedido para que nadie más sienta el dolor que ella sienta.
ResponderEliminarNo sé si es casual, pero Lara es el nombre de una ninfa, una ninfa del más allá, del submundo.
Es de desear que su pedido sea otorgado, ya sea por deux es machina, algo que no suele suceder o por avances científicos, de gente que lucha por el bienestar de la humanidad.
Besos especiales y también un especial abrazo.
Demiurgo
EliminarNo sabía yo que Lara es nombre de una ninfa del más allá, pues sí que ha sido casualidad que yo haya puesto ese nombre, muchas gracias por decírmelo, me ha hecho ilusión conocerlo.
Y la imagen es el vivo retrato de la emoción del dolor, del desgarre emocional, de ese pedido para que no vuelva a ocurrir, así como bien lo has descrito, demuestras siempre estar muy atento a mi relato, mi estimado Demiurgo, siempre captas las sensaciones que quiero transmitir, no veas cómo me alegra leerte siempre.
En este pedido parece que algo ha habido otorgado, porque hoy, casualmente, en mi país, los políticos se han reunido de manera extraordinaria para intentar frenarlo, decretando el Estado de Alarma, así que Dios parece que ha escuchado sus plegarias, su pedido ya está en marcha, y que los irresponsables hagan caso de las recomendaciones de las autoridades para que esto no vaya a más.
Lo importante ahora es la responsabilidad de todos, no de unos pocos.
Y ya llegará la vacuna a su debido tiempo, porque las cosas no se hacen de la noche a la mañana, hay que esperar a los resultados.
Un placer leerte, gracias por tu interesante aportación.
Besos especiales y un abrazo especial.
Es curioso o, es triste amiga María…, que los seres humanos que creemos en una sociedad donde la palabra y el amor a los que compartimos este mundo que nos regalaron al nacer… Estemos luchando contra una enfermedad y siguiendo los consejos de los que nos dicen que es lo que debemos hacer.
ResponderEliminarY que triste es ver como los que solo se preocupan de
DERROCAR GOBIERNOS
DE INSILTAR AL PUEBLO
DE TRASMITIR ODIO Y MIEDOS
DE SENTIRSE TAN PODEROSOS QUE NOS HUMILLAN
Solo busquen lao material ya que la vida les importa un bledo, hasta para dejar a sus mayores encerrados en casetas… donde la enfermedad se esta apoderando de ellos y algunos ni les importa su muerte ya que, es más importante el becerro de oro… Moisés, bajo de la montaña con las tablas de la ley y lo que vio era patético… Su pueblo adorando a un becerro de oro… Y hoy los de una sexta religiosa es lo que están haciendo. Dejar que el pueblo se sumerja en las tinieblas por ese vecero de oro que ellos adoran olvidándose del pueblo que a ellos les pagan para su defensa.
Un beso
Antonio Molina Medina
Antonio
EliminarLos políticos pocas veces piensan en el pueblo, lo que más se preocupan es en subirse ellos sus sueldos, y no solucionan los problemas de las familias que están en el paro, y si conceden ayudas, siempre se las dan a los mismos, en cambio, conozco gente que no tienen un sueldo para poder vivir, y aún no han solucionado lo de las ayudas, después de tantos meses, la gente sigue esperando a la resolución. No entiendo como pueden tardar tanto. No piensan que de ellos dependen muchas personas que no tienen que llevarse a la boca.
Y es que la Covid, no solo nos trae la enfermedad, también la economía, porque ese es otro virus, el que muchas familias no puedan llevarse nada a la boca, es muy triste lo que está pasando, pero claro los gobiernos no lo ven, porque ellos están muy arriba para darse cuenta de lo que hay abajo.
Gracias por tu comentario, amigo mío, compartir las emociones, gritar lo que nos duele, siendo empáticos con los demás, es una muestra de solidaridad.
Un abrazo.
Que triste realto y muy real....yo sigo llorando también la partida de mi marido que la ha acelerado esta pandemia pero eso no me ha hecho perder mi fe y sigo pidiendo para que termine esta pesadilla.Besicos
ResponderEliminarCHARO
EliminarMucho ánimo, mi querida CHARO, como tantas veces te he dicho, pero las palabras, a veces, no sirven para nada cuando se sufre en la propia carne el dolor por el fallecimiento de un ser querido. Pronto veremos la luz al final del túnel.
Muchos besos.
Todos estamos esperando con que la pandemia acabe para poder recuperar y restaurar todo lo que se ha caido.
ResponderEliminar¡Saludos!
Uuntulis
EliminarEs tanto lo que se ha caído, que va a costar muchos años para la recuperación económica, pero al final terminará recuperándose, en cambio, las personas que se han ido ya no las podremos recuperar jamás.
Besos.
cuando el mundo de una persona se derrumba la última esperanza es aferrarse a dios como a un clavo ardiente para seguir vivo.
ResponderEliminarbuen relato. grafica la realidad de mucha gente.
besos.
DRACO
EliminarUn relato como la vida misma, que aunque no sea real, es el reflejo de lo que estamos viviendo, una cruda realidad, personas derrumbadas, otras en la UCI, otras fallecidas.
No perdamos la esperanza, esperemos que pronto se acabe esta película de terror, porque no tiene otro nombre.
Un placer leerte, amigo DRACO.
Besos enormes.
Qué gran tristeza, la de todo el personal de salud que está arriesgando sus vidas en esta pandemia. Historias como ésta deben estar repitiéndose por todo el mundo, es muy bueno que haya gente escribiendo sobre esto. Buen relato, mis felicitaciones. Un abrazo.
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