Imagen de la red
Cuando en algún momento he retrocedido en el tiempo, no he podido evitar sentir cierto aire de nostalgia, al recordar a las personas que ya no están aquí, aunque tengo que reconocer que una de las etapas más felices de mi vida ha sido la de mi infancia, porque no existían responsabilidades, ni preocupaciones, ni agobios, ni prisas, y el tiempo parecía ir más despacio que ahora.
La etapa de mi niñez fué muy entrañable, cálida, rodeada del cariño y protección de mi familia, y el juego reinaba en mi mundo infantil. Recuerdo que me encantaba hacer realidad los cuentos que me contaban los mayores o los que yo leía, y sacaba de allí a las princesas para darles vida en mí, disfrazándome con camisones largos que mi madre me dejaba, y me veía reflejada de princesa, de esta forma, hacía realidad mis cuentos preferidos.
Imagen de la red
La etapa de mi niñez fué muy entrañable, cálida, rodeada del cariño y protección de mi familia, y el juego reinaba en mi mundo infantil. Recuerdo que me encantaba hacer realidad los cuentos que me contaban los mayores o los que yo leía, y sacaba de allí a las princesas para darles vida en mí, disfrazándome con camisones largos que mi madre me dejaba, y me veía reflejada de princesa, de esta forma, hacía realidad mis cuentos preferidos.
Mis hermanos y yo solíamos jugar mucho a los juegos de mesa como el parchís, la oca, las damas, o el ajedrez, y aunque casi siempre perdía, nunca me enfadaba porque reconocía que perder entraba dentro del juego.
Me gustaba mucho jugar con las muñecas, a quiénes cuidaba, mimaba, protegía, bañaba y les daba el biberón como si fueran bebés de carne y hueso.
Recuerdo con especial cariño aquellos veranos de mi infancia disfrutando en el pueblo de mi abuelo y cuando nos contaba sus batallitas mientras se preparaba un cigarrillo, y siempre con la boina en su calva cabeza y el bastón cerca de él.
Y aquellas calles pobladas de vecinas sentadas en las puertas de sus casas charlando de sus cosas, y esa sintonía de la radío que se escuchaba desde la calle porque las puertas de sus casas las dejaban abiertas sin ningún peligro.
Me lleno de oxígeno puro al recordar esa naturaleza que brotaba de campos verdes cubiertos de espigas y amapolas, esos ríos donde nos bañábamos en aguas limpias y cristalinas que parecían mares con sus arenas de playa; o esos triciclos que pedaleábamos por la calle sin ningún peligro, o esas bicicletas que circulaban cerca de escasos coches donde no había cinturones ni semáforos, ni nadie llevaba de la mano móviles porque no existían.
Los niños pasábamos mucho tiempo en la calle jugando con la pandilla de amigos, a juegos imaginarios, inventados, o los que en aquellos tiempos se jugaban, como al escondite, al corre corre, ladrón y policía, al yoyó, a la comba, a la goma, a las tabas, a los alfileres, a la gallinita ciega, al corro de las patatas.
Imagen de la red
Pero sobre todo, recuerdo mi infancia como aquella etapa en la que los días estaban envueltos de paz, armonía, paciencia, donde no había lugar para las prisas, ni los agobios, ni el estrés, porque el tiempo parecía que transcurría muy despacio.
Esta entrada la he sacado del cajón del recuerdo de mi otro blog que publiqué hace unos cuantos años me pareció una estupenda idea traerlo aquí al relato de los juegos de la infancia.
Más relatos jueveros en el blog de MOLI
Bonitos recuerdos, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, Rafael, estos recuerdos de la infancia para mí son los mejores, porque estábamos en la mejor etapa, aquello era mágico.
EliminarUn abrazo.
Eran tiempos mas claros.
ResponderEliminarBesos
Bueno también eran un poco de color rosa jajjaja no dejábamos de soñar y de ver las cosas desde el punto mágico de la infancia.
EliminarBesos, Erik.
Recordando tu nos has hecho recordar a los demás, que tiempos tan amables y divertidos, no había penas, solo alegría, la calle era nuestra y la imaginación era nuestra arma mas utilizada. Un abrazuco
ResponderEliminarTú lo has dicho perfectamente, Ester, la calle era nuestra y la imaginación siempre la utilizábamos, qué tiempos aquellos y qué bonito haceróslo recordar también a vosotros.
EliminarUn abrazo.
Η κεντρική κοινωνική μας σχέση μεταξύ των συνομηλίκων
ResponderEliminarστην διάρκεια της παιδικής ηλικίας είναι η φιλία
Χαίρομαι που έχεις όμορφες αναμνήσεις,
εγώ για κάποιο λόγο έφυγα απ την οικογένεια στα 16
κι είμαι τυχερός που είχα και έχω καλούς φίλους
Muy jovencito dejaste a tu familia, Morfeas, a los 16 años, todavía eras un niño. Pero me alegra que tu infancia haya estado llena de amistad y los sigas conservando, yo también conservo amigos de la infancia, aunque otros los perdí con el tiempo, una pena, porque me acuerdo que fui muy feliz con ellos, pero en esta vida no todo se conserva.
EliminarUn abrazo.
Muy bien contado.
ResponderEliminarBuenas razones para la nostalgia, que estaban personas que dejaron de estar, que el tiempo pasaba más lento y que había menos responsabilidades.
Me gustó tu recuerdo de los juegos de tu infancia. Como sabías disfrutar incluso de la derrota, porque era parte del juego, un gran aprendizaje.
Muy acorde a la convocatoria. Besos.
Muy bien resumido desde tu lectura, Demiurgo, me gustan tus conclusiones. Sí que es una pena que hay personas que ya no estén con nosotros, eso es lo más nostálgico de la infancia, recordar aquello y que ya no estén. Y qué lento se hacía el tiempo a esa edad, ahora parece que el tiempo vuela muy rápido, es increíble.
EliminarY esos juegos, yo me pasaba el día jugando, fui niña muy juguetona e imaginativa, una niña inocente, y muy querida y protegida en mi familia por ser la más pequeña.
Besos especiales.
Nos has narrado la mar de bien una etapa de tu vida, que fue preciosa y que ojalá todos los niños de hoy en día pudieran vivir aquellos juegos , donde la calle era nuestra cancha y los vecinos nuestro cuidadores. Un besazo María , me gustó leerte.
ResponderEliminarQué bien lo pasé en aquella etapa de mi vida, yo también pienso que los niños de ahora deberían de conocer aquella infancia, porque no tiene nada que ver con la de ahora, juegos de calle, juegos recreativos, juegos inventados...
EliminarUn beso enorme, mi Campi.
Fue una buena idea rescatarlo y traerlo. ;)
ResponderEliminarNos haces recordar, esa época imposible de recuperar.
Besos.
Gracias, me alegra que te haya parecido buena idea rescatar de mi otro blog esta entrada en la que hablaba de los juegos de la infancia, Alfred, qué tiempos aquellos, tan distintos de ahora.
EliminarBesos.
hola maría, has hecho bien en rescatarlo. me has trasladado a otra época en que la vida era más sencilla. los juegos eran creativos, servían para socializar y desarrollar la mente.
ResponderEliminarahora resulta extraño, por ejemplo, ver la serie 'verano azul'. el mundo ha cambiado mucho en cuatro décadas...
besos!!
Gracias, Chema, me alegra que te haya parecido buena idea rescatar esta entrada para aplicarlo a los relatos jueveros, y qué razón tienes, aquellos juegos eran tan creativos, y siempre jugando con los amigos, y además, la mente siempre estaba imaginando, no como ahora, tan distinto. Y esa serie que has recordado yo la veía, me gustaba mucho, y ¿te has dado cuenta cómo han cambiado los personajes? qué mayores están ahora, bueno nos hemos vuelto todos mayores jajajaja.
EliminarBesos.
En mis primeros años la televisión no molestaba, porque no existía. Muchos juguetes no había que comprarlos, porque te los fabricabas o los imaginabas. Me recuerdo cabalgando con una caña entre las piernas, sin que el caballo tuviera patas, ni cabeza. Una bici para todos los hermanos, tanto para los que se les quedaba pequeña, como para los que no les llegaba el culo al asiento. Y tan felices. Todavía no se habían inventado los traumas infantiles.
ResponderEliminarHas hecho bien en recuperar la entrada.
Besos, María.
Qué bonitos recuerdos has compartido, Macondo, me ha gustado leerte, qué imaginación la tuya. Y en cuanto a la tv tampoco estaba al alcance todos, yo recuerdo ir donde mis abuelos a ver la tv porque nosotros no la teníamos, al igual que el tf, de esos que había tan grandes, tampoco teníamos, y mis abuelos sí, de esos que se colgaban en la pared. Y yo recuerdo el triciclo de niña, que yo heredé de mis hermanos, que al ser la pequeña pues todo lo viejo lo heredaba yo jajajaja.
EliminarBesos.
He recordado a la vez que te iba leyendo y sólo se me ocurre decir.... " qué tiempo tan feliz"
ResponderEliminarMe gusta mucho la definición que le has dado a aquel tiempo, Tracy, qué felices éramos siempre jugando.
EliminarBesos.
Entrañables recuerdos de la infancia, esa etapa donde todo niño solo debe disfrutar.
ResponderEliminarBesos dulces María.
Ojala siempre fuera así, pero no siempre es así, en otros países hay niños que trabajan, no conocen la infancia.
EliminarBesos, Dulce.
leyéndote me has hecho recordar mi infancia. hay muchos puntos en común en aquella etapa ideal de mi vida.
ResponderEliminarbesos.
Me alegra que haya puntos en común entre nuestras infancias, DRACO, qué tiempos aquellos.
EliminarBesos.
Me entró nostalgia yo también jugaba esos juegos. Te mando un beso. Enamorada de las letras
ResponderEliminarEs inevitable que nos entre nostalgia al recordar aquella etapa tan feliz.
EliminarBesos, J.P.
Nos describes a la perfección nuestra infancia , los que por suerte la pasamos bien y tenemos buenos recuerdos de ella.
ResponderEliminarMe ha encantado tu escrito y como lo has dicho.
Yo de mi infancia recuerdo muchos la bicicleta con mis amigos del barrio y en casa , con mis padres jugando al "Monopoli" ( Pale) tardes enteras ...
El cine del Colegio..los amigos ...mis padres..los guateques de mi hermano...
Gracias por compartir todos esto .
Besos.
Cómo me ha gustado que hayas descrito tu infancia, gracias por compartirla, qué bueno jugando con tus amigos del bario, o en casa, al monopoli yo también he jugado, es muy entretenido. Y me has recordado el cine, a mí me gustaba ir los domingos, de niña iba con mis hermanos, luego iba con mis amigas, y comprábamos palomitas.
EliminarBesos, joaki007.
Nostalgia de un tiempo pasado...
ResponderEliminarQuizás el futuro nos depare tiempos mucho mejores...
Siempre es una delicia leerte... y dejarse llevar por las emociones y la magia que generas...
Es así como lo describes, Manolo, nostalgia por el tiempo pasado, y ójala aciertes, y que el tiempo futuro nos traiga cosas maravillosas, hay que ser positivos siempre.
EliminarUn placer tu compañía, mil gracias.
Besos.
Leo y me identifico totalmente con esos recuerdos que cada uno tenemos María, que viven con nosotros como un tesoro y como lo que son, una parte de nuestra vida.
ResponderEliminarUn Abrazo.
Así es, como bien lo has descrito, José Antonio, estos recuerdos son un tesoro, que los guardamos en el baúl de la mente para siempre.
EliminarUn abrazo.
Muy bellos recuerdos que comparto. Así fue nuestra vida y hoy cuando vemos a nuestros niños, nos da nostalgia y pena de que no la tengan.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Qué razón tienes, LA CASA ENCENDIDA, es una pena que los niños de ahora no tengan estos recuerdos, y sea todo tan distinto, cuando nuestra infancia fue tan llena de magia y maravillosa.
EliminarMuchos besos.
Es inevitable cubrir de nostalgia los recuerdos y, sospecho, recordarlos mejor de lo que eran. Creo que simplemente recordamos que eramos más jóvenes, que todo era un horizonte de posibilidades infinitas donde podríamos ser lo que quisiéramos.... aún así me ha gustado pasear por tu infancia.
ResponderEliminarAsí como lo has dicho, en la infancia podríamos ser lo que quisiéramos, con la imaginación podíamos llegar a mis sitios, y ser mil cosas, aquellos recuerdos nos llenan de nostalgia, porque hay personas que nos hicieron felices y ya no están con nosotros, más que porque éramos más jóvenes, yo creo que la etapa más bella, inocente, y sin responsabilidades es la de la niñez, y es lo que más añoro, pero en cambio, no me quedaría en esa etapa, yo me quedaría con la edad de la juventud de los veinte a los treinta años.
EliminarGracias por pasear por mi infancia, aunque me han quedado muchas cosas en el tintero, yo haría una segunda parte.
Un abrazo, Beauséant.
Yo también me quedaría en esa etapa si pudiese retener conmigo todos los errores y las tonterías cometidas para no volver a repetirlas. Volver a empezar para fallar en lo mismo, buff, no tiene sentido :)
EliminarEstoy de acuerdo contigo, Beauséant, yo también volvería a esa etapa para corregir aquellos errores, y no caer en los mismos, una buena reflexión.
EliminarGracias por volver, te agradezco tu interés.
Un gran abrazo.
Que bonitos recuerdos María! Muchas gracias por compartir estos pedacitos de tu infancia con nosotros! Un abrazote!
ResponderEliminarHa sido un placer recordar una pequeña parte de mi infancia, Marifelita, y muy bonito poder compartir con vosotros, aquella etapa tan inocente, mágica y feliz.
EliminarUn abrazo.
La niñez en la historia de todos, viene con la nostalgia de lo grato, y más para quienes pudimos vivirla, desde los espacios abiertos, de los que hablas: calles, parques, plazoletas, y en esos baldíos a lis cuales llegan los circos con sus carpas remendadas, sus payasos que nos hacían reír con ganas asenderados que, de todas maneras nos hacían reir; sus malabaristas del trapecio; sus músicos que tocaban instrumentos imposibles: SERRUCHOS a manera de violín juego de botellas como si fueran marimba. En esos juegos infantiles conocí a una niña que se quedó en mi por la belleza del juego de pecas en su cara que me llevó en el memento, a escribir un cuento memorable. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarMe gusta cómo has recordado tu niñez, Carlos, y es que, además, me has trasladado al circo, y he recordado cuando iba a ver a los payasos, y a los leones, y a los monos, me gustaba mucho ir al circo, y es que son tantos recuerdos, que es imposible ponerlos todos en una entrada, fueron muchos años de juegos, de inocencia, de felicidad plena. Y además, me has recordado a mi primera amiga, que también tenía pecas, y se fue a otra ciudad cuando a su padre le trasladaron, me dió mucha pena perderla, no he vuelto a saber de ella. Fue mi primera amiga. Y tampoco la he olvidado. Ha sido así, que a mi hija la puse su nombre. Sí que me gustaría saber de ella. Gracias por trasladarme a aquellos momentos, Carlos, ha sido un placer leerte.
EliminarUn abrazo enorme.
Haces un buen repaso de tu infancia, con el abuelo entrañable y vacaciones en el pueblo. Y tantos juegos, de mesa y de calle.
ResponderEliminarUn gustazo leeerte. Un fuerte abrazo, María.
Mi abuelo del pueblo era muy buena persona, pero en cambio, al otro no le recuerdo así, siempre hay abuelos mejores que otros, y así los recordamos, Albada. Me gustaba mucho ir al pueblo, a jugar con mis amigas, iba siempre en verano, cuánto ha cambiado aquello, un pueblo casi deshabitado, como tantos otros, qué pena.
EliminarUn abrazo.
Me has levantado la piel donde aun esta ese niño… que sueña y quiere y ama desde que su madre lo pario y lo mimaba entre sus brazos como una joya con luz.
ResponderEliminarUn abrazo
Hijo soy de una loba, pero de padre cordero.
Tengo el cuerpo de animal y el corazón de lucero.
Tenue luz blanca la que inunda y protege mi cuerpo
de las hordas que empujan a mi cámara.
Sensaciones vacías de animales preñados
de miserias humanas con falta de libertad.
Ese niño todos lo llevamos dentro, yo creo que no lo perdemos nunca. Lo llevamos en el interior, en el recuerdo, en nuestra piel, en nuestra alma. Siempre nos queda algo.
EliminarUn abrazo, Antonio.
Tus recuerdos de infancia son hermosos. No recuerdo que nadie tuviera prisa. Deberíamos volver a vivir despacio. Besos. :)
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, MaB, deberíamos volver a vivir despacio, sin prisas, pero parece que la ciudad nos consume, y también los años, las horas se hacen segundos, en cambio en la infancia, todo es más lento.
EliminarBesos.
Creo que los que jugábamos en la calle tuvimos una infancia maravillosa si la comparo con la que tienen hoy en día: de pantalla en pantalla.
ResponderEliminarBesos.
Así es, Xavi, los niños de ahora deberían de vivir unos segundos nuestra infancia para conocer aquello y descubrir lo maravilloso que era.
EliminarBesos.
Hemos sido afortunados aquellos quienes tuvimos una infancia feliz y protegida. Nos diferencian quizás las geografías y la manera de nombrar a los juegos, pero nos une la nostalgia con la que evocamos aquellos primeros años. Gracias por compartir, María. Un abrazo
ResponderEliminarTienes razón, Neo, que nos une la nostalgia, aunque el nombre de los juegos cambien, son parecidos, como también los recuerdos, en aquella infancia tan protegida y tan feliz.
EliminarUn abrazo.
Τα παιδικά χρόνια για πολλούς χαρακτηρίζονται από ανεμελιά, όνειρα χωρίς προβληματισμούς, όμορφα ταξίδια του μυαλού και δημιουργικά παιχνίδια, παρέες για ατέλειωτες ώρες και συζητήσεις για το μέλλον, αναμονή ή ανυπομονησία για την ενήλικη ζωή
ResponderEliminarΕγώ δεν είχα και τόσο ευχάριστα παιδικά χρόνια, από τα 16 μου άρχισα
να ζω μόνος μου η σχεδόν μόνος, έκανα πολλές και καλές φιλίες
που κρατάνε μέχρι τώρα
Tienes razón, Morfeas, así era la infancia, libre de preocupaciones, y enriquecida en creatividad e imaginación. Los juegos eran nuestros mejores aliados. Siento que no tuvieras una infancia tan feliz, sí que comenzaste muy joven a vivir solo.
EliminarUn abrazo.
Pues magnífica elección María, la verdad es que me has llevado también a mi infancia y a aquellos juegos en la calle, o en la mesa junto a la familia. Bellos recuerdos amiga de unos años que aunque no regresen los tenemos muy dentro de nosotras. Gracias por sumarte, besos.
ResponderEliminarQué razón tienes, amiga, que los recuerdos los llevamos muy adentro, aunque la infancia no regrese, nosotros regresamos a aquella época en algún momento, como ahora tú nos has hecho regresar a ella, en tu convocatoria, gracias, MOLI, ha sido un placer traer aquí mis recuerdos de la infancia.
EliminarMuchos besos.
Hola Maria, cuanta añoranza sentimos con aquellos años de nuestra infancia tan maravillosa. Comparto contigo las imágenes que has despertado en mí del pueblo y la gente alrededor de la plaza mientras los niños jugábamos. Qué tiempos!! Gracias por compartirlo. Ya te sigo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y por seguirme desde ahora, igual haré yo, Nuria, y sí que todos compartimos de alguna manera aquellos años de la niñez en el pueblo de nuestros abuelos, y las calles en plena libertad sin ningún peligro, qué tiempos aquellos.
EliminarUn abrazo.
María, qué hermoso relato.
ResponderEliminarY las fotografías expuestas.
Me alegra leerte, Rosa Mª, espero que estés bien, y un placer que hayas disfrutado de mi relato.
EliminarUn abrazo.
Hola María!!!!! Es un hermoso relato , entrañable por cierto ! Y obviamente que cuando leemos todo esto surge cierta nostalgia pues los niños de "este hoy " están muy ajenos a estos juegos y sobre todo a las formas de jugar. antes se jugaba más en las calles, veredas, no habia peligros, se podia compartir con los vecinos y la familia jugaba un rol sumamente importante acompañando esos momentos ...los padres se tomaban un tiempo de leer... de acompañar a sus hijos a hacer las tareas de la escuela, las madres estaban en la casa y tal como dices no se vivia con prisas ni estrés.. Bellisimo recuerdo has traido! Gracias por hacerlo!!!! Te dejo un abrazo enorme!!!
ResponderEliminarTotalmente cierto lo que dices, Eli, es una pena que los niños de hoy en día no sepan de estos juegos, y que estén todo el tiempo con el móvil, apenas se mueven, en cambio, en nuestra infancia, cuántos juegos había de calle, de correr, de esconderse, de saltar, qué bonitos eran esos juegos, y sí que recuerdo a mi madre que se dedicaba a la casa, a limpiarnos los zapatos, a ponernos el desayuno, a hacernos los vestidos que los cosían con aquellas máquinas antiguas de cosas, y es que antes no trabajaban fuera, bastante tenían con atender a los hijos, aunque bueno mi madre no era de las que tuvo muchos, solo éramos tres.
EliminarMe alegra leerte, Eli, te mando un abrazo enorme.
Carajo qué bonito la verdad, que hermosas fotos.
ResponderEliminarJajaja simpática palabra "carajo", pues qué bien que te hayan gustado las fotos, Conejito.
EliminarUn besito.
¡Hola! Un texto lleno de recuerdos, los juegos del pasado eran únicos.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Tienes razón, Merche, aquellos juegos, qué bonitos eran, y cuánto disfrutábamos con ellos.
EliminarUn abrazo.
Qué bueno es recordar la infancia, María...!!!!!! Nos llenamos de frescura, de magia y de inocencia. Deberíamos recordarla todos los días y no dejar que la frialdad e indiferencia llenara nuestro corazón...Has resumido los juegos, el ambiente entrañable y ese compartir, que ahora falta, porque los móviles están individualizando a pequeños y mayores. Recordar es volver a vivir y tu has conseguido que todos volvamos a vivir aquellos días inolvidables, que siempre esperan salir al balcón de la memoria, amiga.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo entrañable por ser como eres...y feliz septiembre, María.
Tú lo has dicho, María Jesús, los móviles nos están individualizando a todos, no solo a pequeños, también a los grandes, digo yo, qué haríamos sin ellos, nos hemos enganchado a ellos demasiado, que ahora no podríamos estar sin ellos, y no ya por las llamadas, porque yo apenas lo utilizo para llamar, sino para wasapear, para utilizarlo como cámara o vídeos, y otras muchas más cosas, los móviles, son nuestras agendas, en ellos llevamos nuestra vida entera.
EliminarEstá bien recordar aquellos años en los que la tecnología no existía, y sí aquellos maravillosos juegos en los que la imaginación y creatividad nos enriquecían, me ha gustado volver a aquella etapa en el tiempo desde esta entrada, gracias, amiga, por tus preciosas palabras y por como eres, tan entrañable.
Un abrazo enorme.
Creo que los que tenemos una edad parecida, tenemos los mismos recuerdos y las mismas sensaciones. Hoy, muchos niños ya no tienen pueblo y disfrutan su infancia de otra manera.
ResponderEliminarNo había prisa, cierto, solo ganas de disfrutar, de pasarlo bien... Había juegos de chicas, juegos de chicos, pero siempre hallábamos aquellos en los que podíamos participar juntos, sin diferencia alguna. me encantaba.
Un beso enorme, María.
Es bonito recordar aquella época, en la que los juegos nos hacían tan felices, y disfrutar del pueblo en épocas de verano, que era donde se iba, nada de playa, como ahora, antes era ir al río, al campo, y qué felices éramos con tan pocas cosas, Mag, todos hemos vivido vivencias muy parecidas. He visto que te toca esta semana conducir los relatos, luego me paso a ver de qué va.
EliminarUn beso enorme.
Maria tu infancia el modelo de lo que fueron esos años, donde los juegos eran participativos, y cualquier comparacion actual... Un abrazo
ResponderEliminarAquellos tiempos en los que se era tan feliz, jugando en la calle, con los amigos y amigas, a correr, y a saltar, eran aquellos maravillos años, Rodolfo, para recordarlo siempre.
EliminarUn abrazo.
Comparto alguno de tus recuerdos. Me vienen a la mente aquello de jugar a "papás y a mamás"... Ya ves. Seguro que los niños de ahora sueñan con otros temas... Gracias por refrescar la memoria. Un gran abrazo, estimada María
ResponderEliminarEs verdad, era uno de mis juegos favoritos, me encantaba jugar a las muñecas, a ser la mamá, yo era muy de muñecas jajaja, qué tiempos, tantos juegos, tantas vivencias para recordar.
EliminarUn abrazo enorme, Luis Antonio.
La infancia y las personas que nos la rodearon tiene ese toque dulce e inolvidable. Todas las etapas de la vida son maravillosas y lo bonito es seguir avanzando.
ResponderEliminarUn relato precioso, María, gracias por recuperarlo.
Un fuerte abrazo lleno de cariño.
Tantas etapas ¿verdad, Rita? Cada etapa en la vida es distinta, yo recuerdo la etapa de la infancia la más bonita, e ingenua, la de estar despreocupada de responsabilidades, la de la creatividad, y del juego, aquella etapa fue la más hermosa para mi.
EliminarUn abrazo lleno de cariño.
ola querida maria,
ResponderEliminarsaudades daqui. Adorei a postagem,
lembrei da minha infância.
E como é bom lembrar dos momentos
alegres e divertidos.
beijos
Recordar aquellos maravillosos años, es como volver a la infancia, Bandys, qué momentos tan bonitos.
EliminarMuchos besos.
Que bellos eran antes
ResponderEliminaresos juegos que se hacian
inocentemente, lindo recordar.
Besitos dulces
Siby
Y con ellos volvemos a ser niños otra vez, Siby, recordando aquellos tiempos.
EliminarBesitos.
Los juegos de la infancia fueron únicos. Gracias por hacerlos recordar. Saludos.
ResponderEliminarTotalmente cierto, Marelys, aquellos juegos fueron únicos y maravillosos.
EliminarUn abrazo.
a veces quisiera volver esos años bonitos de la infancia.
ResponderEliminarCon esta entrada volvemos un poquito a aquellos años, está bien recordar la infancia para volver a ser niños aunque sea por unos instantes.
EliminarBesos, Jo.
Hermoso viaje en el tiempo a las vivencias de nuestra niñez
ResponderEliminarEl viaje de la vida, vivencias y sensaciones, qué maravilloso, Ricky, una vida que no se detiene, sigue su curso.
EliminarUn abrazo.
Es verdad, cuando se es niño se es ingenuo, y todo lo desconocemos, tal vez, por eso mismo, hayamos sido tan felices en aquella época, pero la curiosidad por todo nos alimentaban las ganas de descubrir y de saber las cosas, algo maravilloso, poder descubrir poco a poco la vida ¿verdad? Interesante tu comentario, Julio David.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra saber que tuviste una infancia feliz y hermosa. Es una etapa única, ya que luego queda todo un desierto que atravesar y esos años son como el agua que nos alimenta y nos hace vivir. Felicitaciones y fuerte abrazo. J.R.Infante (Blogger no me deja identificarme)
ResponderEliminarEfectivamente, mi infancia fue maravillosa, imagino como la de tantos niños que tuvieron una infancia como la mía, donde el juego era primordial, y la creatividad era siempre protagonista, pero sobre todo, esa ingenuidad de la niñez, para recordar siempre.
EliminarGracias por persistir, veo que al final has podido identificarte, JR.
Un abrazo.