Después de un largo paseo con su perro, Ataúlfo, se sentó en un banco enfrente del río, como cada día tenía por costumbre. Su mente estaba poblada de nubarrones. Sus ojos invadidos por la niebla miraban al cielo.
No dejaba de pensar: "Si aquel día me hubiera declarado a Pascasia, mi vida hubiera tomado otro rumbo. Pero no tuve valor. Fui un cobarde. La dejé marchar. No me lo perdonaré jamás. Mi vida desde entonces es una cárcel teñida de amargura".
El cielo, dibujado de nubes doradas... impregnaba el universo de magia y ensoñación... creando constelaciones poéticas... brotando un canto de esperanza... despertándose la tormenta...
El lenguaje del firmamento intentaba hablar con Ataúlfo, pero él no dejaba de lamentarse. Las nubes negras de su mente le oscurecían el pensamiento.
Los ojos de Ataúlfo seguían mirando al cielo. Pero él no podía ver su belleza porque estaba ciego.
Más relatos en el blog de "Somos artesanos de la palabra"
María
Hoy te he visto y se me ha abierto el apetito en mis adentros ya que hay palabras que nos ofrecen entusiasmo; quizás sea la lujuria mal criada la que se aúpa desbocada y encadenada a tus letras a tu mente y a tu savia.
ResponderEliminarOh será, una nueva aurora que aflora a mis sentidos abriéndome lo ético y sagaz que se ocultaba sin piedad, haciéndonos crecer en la esperanza, hasta rebosar nuestras ilusiones entre sonidos tranquilizadores los que salpican de tus letras las que silban en mis oídos, sus notas musicadas, dejándome, despejado y anhelante, para unirme a las páginas de un libro esparcidas por sus hojas y, unas manos anhelantes y sagaces de esa felicidad que nos ofreces y que salpican de tus versos y plegarias apoderándose de nuestra subsistencia humana tan necesaria para nuestro intelecto y quizás podamos subsistir a las miserias, mientras su mente la cubre y siga dando llamas o quizás, llamaradas las que salgan del fruto de tu alma, para acompañarte en este paseo terráqueo e incoloro el que necesita de tu aplomo para escudriñar entre tus letras, lo asequible y pacifico de ellas, las que nos ofreces dentro de tu sapiencia; aplacando nuestra mente con el murmullo del aire oloroso y exquisito que se escapa de ellas, ya que tus pensamientos están hechos de letras, renglones asequibles a la siembra, sabroso manjar para la especie humana.
Un abrazo
Es tan bonito lo que dices, mi querido amigo Antonio, gracias enormes por tu precioso comentario, leerte es una inyección para seguir escribiendo, y pasear entre sueños, y también entre esas nubes que nos invitan a volar y acurrucarnos entre ellas para recordar momentos del pasado. Porque la mente humana está hecha para soñar y que los pensamientos vuelen lejos. Y de esta manera también poder compartir con todos vosotros, así como leer vuestras inquietudes y sueños. Maravilloso intercambio de letras. Gracias enormes por siempre estar.
EliminarUn abrazo.
Un texto de amargura y lamentación, para desvelar ese estado febril, de cuando se rechaza una amor, a pesar de quererlo. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarInteresante conclusión que has sacado, Carlos, así es, a veces nos lamentamos de lo que no hemos hecho, pero ya no hay vuelta de hoja, la vida sigue, y hay que continuar por el camino elegido.
EliminarUn abrazo.
Tantas vezes a cegueira e a surdez nos afasta de coisas boas.
ResponderEliminarTambém se deve considerar o tempo de cada para dar ou receber
Lindo texto.
Boa noite pra ti,cara Maria.
Pero aunque la ceguera impida ver cosas reales, puede servir para observar desde el interior lo bonita que es la vida. No siempre se puede ver desde los ojos. Es más importante mirar desde el corazón. Lo que hace el protagonista es lamentarse por lo que no ha vivido, pero de eso ya nada hay remedio. Por eso mejor disfrutar de lo que tienes en el presente. Vivir el presente porque la vida se nos escapa, querida Valdelice.
EliminarUn abrazo enorme.
El final... Muy tierno.
ResponderEliminarUn abrazo.
La ceguera impide observar la belleza del entorno, pero la pena es que el protagonista no se da cuenta de que su perro compañero fiel siempre está a su lado sin pedirle nada a cambio.
EliminarUn abrazo, Rafael.
Un relato precioso, me encanta cómo escribes. Está claro que en el amor no hay que ser cobarde para no tener que arrepentirnos nunca Besicos
ResponderEliminarLa vida hay que vivirla, afrontar las situaciones y apechugar con ellas, porque de nada sirve luego arrepentirse de lo que no has hecho. Nada más que perder el tiempo en lamentaciones, querida CHARO.
EliminarBesos enormes.
Pensaba que la niebla era emoción y no, es algo permanente.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos.
La niebla a veces está dentro de las mentes, aunque haya días soleados, siguen viendo niebla, Alfred.
EliminarBesos.
Cuántas oportunidades se han perdido por no atreverse...
ResponderEliminarUna pena.
Besos.
Totalmente cierto, una pena dejar escapar la vida por no atreverse, TORO.
EliminarBesos.
Una vez leído tu texto. Te doy las gracias por tu visita y comentario en mi blog. Acabo de contestar, al asunto que me has propuesto, en el comentario que me has hecho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo tendré en cuenta para futuras publicaciones, VENTANA DE FOTO, gracias por tu amabilidad.
EliminarUn abrazo.
Ataulfo es un buen personaje, y su ceguera sería transitoria ... podría mirar por la caricias que en ese momento debía estar recibiendo.
ResponderEliminarAl parececer no podre seguir participando, he sido censurado por artesanos de la palabra.. pero entiendo que su blog no es para adultos. Así que te dejo un enlace.
Jugar a las “nubes y lluvia”, yün-yü, metáfora del acto de copular, es un tópico de la literatura erótica china que se utilizó por primera vez en un poema de Song Yu (siglo iii a. de C.) –“Soy nube del alba cuando amanece, y lluvia que cae al atardecer”– y una imagen que en sus orígenes identificaba los óvulos con las nubes y las secreciones vaginales de la mujer y la emisión de esperma del hombre con la lluvia.
https://adoquines-mojados.blogspot.com/2024/10/verso-largo.html
La ceguera de Ataúlfo es permanente, tanto en sus ojos como en su vida interior, no puede ver más allá de lo que podría ver teniendo tantas lamentaciones. Pero con su fiel compañero que no le abandona, eso ya es un acto de amor pero parece que no lo valora. Gracias por comunicármelo, Gustab, aunque ya lo leí en el blog de Artesanos y fui a comentar tu entrada.
EliminarUn abrazo.
No hay peor tormenta que aquella llevamos dentro de nuestra mente.
ResponderEliminarNi las peores nubes son tan dañinas como esas que no se ven pero se sienten.
Un texto muy tierno, a la vez que reflexivo, siempre hay que decir aquello que sentimos, dejarlo para luego, puede ser tarde.
Un besote grande.
Y vamos a poner una nota de humor, María, los nombre de los personajes, chapo, jajajá, muakkkkkkkk
Totalmente de acuerdo en lo que dices, mi Campi, esas tormentas son las peores, las de la mente, y qué mejor que dar esos pasos para no lamentarse después. La vida hay que vivirla. Aunque nos equivoquemos. Pero mejor es lamentarse de haber vivido que de no haberlo hecho, eso pienso yo. Y sí jajajaja los nombres los elegí adrede graciosos jajajaaj tenía ganas de dar una guinda de humor a un texto tan tenebroso.
EliminarUn beso enorme.
El final me dejó sin palabras, pues supongo que su ceguera era del momento por su tristeza, por esas nubes oscuras que poblaban su mente.
ResponderEliminarMe encantó tu historia, muchas gracias por participar de nuestro desafío.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Se trataba de una ceguera permanente de sus ojos. Se había quedado ciego el protagonista, pero tenía a su perro, siempre con él que le guiaba, y no sabía ver lo que tenía a su lado, nada más que lamentarse de lo que no vivió. En la vida real sucede lo mismo, se nos pasa la vida en lamentaciones de las cosas que no se han hecho. Ha sido un placer haber participado en vuestra convocatoria, PATRICIA, enhorabuena por el tema.
EliminarUn abrazo.
Es una clase de cobardía que puede ser frecuente, el no saber, no poder decir esas palabras. Y así queda una soledad no deseada.
ResponderEliminarTanto para no saber las señales.
Toda una prosa poética.
Besos.
Tienes razón, Demiurgo, es frecuente ser cobardes en algunos momentos de la vida real, sin saber qué decisiones debemos tomar, y luego nos lamentamos de lo que no hicimos, o bien, por egoísmo, por no cambiar nuestra comodidad, y lo dejamos pasar. Pero a la larga eso puede crear un conflicto interior como le ha pasado al protagonista. La soledad no deseada es terrible pero en realidad es porque uno lo ha buscado.
EliminarBesos especiales.
Amiga, en tus últimos textos incorporaste otro tipo de elemento literario que sin dudas te va muy bien. Hay una gran sensibilidad en esta prosa que contiene, no sin un toque de sorpresa, cierto dramatismo y una reflexión sobre el pasado cargado de amargura por lo que no ocurrió, o peor, por lo que no ocurrió por no tomar la decisión en su momento. Creo que esto es bastante real, es algo muy común en el ser humano, no sólo no tomar las decisiones en el tiempo justo sino también en arrepentirse luego por no haberlo hecho.
ResponderEliminarGran metáfora la ceguera para no poder ver el cielo, inalcanzable, como lo que no tuvo.
Un abrazo.
Me ha encantado la reflexión que has hecho, amigo Eukel, con la comparación que haces con la ceguera tanto en los ojos para no ver el cielo como lo que no tuvo que fue inalcanzable, muy bueno lo que dijiste. Y tienes toda la razón cuando dices que ocurre en la vida real tantas veces, la de no tomar decisiones a tiempo, y que haya cosas que no se vivan por tener miedo. Somos humanos y es normal tener miedo a las novedades, como en el caso del protagonista, que no se decidió en su momento a dar ese paso. Pero a la larga ha sido peor que si se hubiera decidido porque ha estado toda la vida lamentándose y sufriendo por lo que no hizo. Asi que en este caso hay una moraleja. Afrontemos las decisiones, seamos valientes. Mejor arrepentirse de haber vivido que de no haberlo hecho.
EliminarUn abrazo.
Tormenta dentro y tormenta fuera... qué pena tener luego que lamentarse...
ResponderEliminarUn relato que abre los ojos a las nubes que nos atraviesan.
Aquí no para de tronar, por cierto ;)
María, te mando un beso
Hay tormentas interiores que son tan malas como las de fuera. Por cierto, espero que no haya llegado tanta tormenta a dónde tú vives como ha ocurrido por la zona de Valencia, Milena, porque vaya la que cayó el día 29, ha sido horrible, lo que han pasado allí y lo que están pasando. Todo mi apoyo.
EliminarUn beso.
doble ceguera. aparte de la ceguera física, ataúlfo no pudo ver lo que le convenía en el tema del amor.
ResponderEliminarun beso.
Totalmente cierto lo que dices, DRACO, una ceguera doble la del protagonista, ni por fuera ni por dentro lo ve claro, sí que es sufrimiento el suyo, pero podría disfrutar de su fiel perro, y dejarse de lamentaciones.
EliminarUn beso.
Curiosos nombres de los personajes, y aunque no pudiera ver ese paisaje oscuro de nubes, estoy seguro que podía sentirlo.
ResponderEliminarBesos dulces María.
Busqué los nombres adrede jajaja, para dar un toque algo gracioso a este relato tan oscuro, hay que dar una chispa de humor a la vida, aunque sea un relato jajaja.
EliminarBesos, Dulce.
Es que hace falta mucho valor para declararse a una chica que se llama Pascasia, aunque luego resulte ser un pedazo de pan.
ResponderEliminarBesos.
Jajajaja lo que me has hecho reir con tu comentario, Macondo, ni te imaginas jajajaja, vaya nombre más horroroso que la busqué jajaja es que quería poner una chispa de humor al relato con los nombres.
EliminarBesos.
Eso no se haceee!!!! Leía todo tan bonito hasta que me hiciste poner la boca como una O grandota...que ganas de sorprenderme siempreee...te quedo de lujo este relato mi querida...besosososososos sin nubarrones
ResponderEliminarEstá bien que te haya sorprendido, Diva, ya sabes que la imaginación vuela alto, y nos lleva por lugares inimaginables, a mí me llevó a ese final jajaaj.
EliminarBesos.
Momenti di grande riampianto, in cui ci si estranea completamente dalla bellezza della natura.
ResponderEliminarUn caro saluto Maria
Cuando no se puede observar con los ojos la belleza porque se ve imposibilitado, por su ceguera, ni siquiera puede disfrutarlo por dentro, Silvia.
EliminarUn abrazo.
Desgraciadamente el pasado no tiene regreso y hay que aprender a pasar página. Un abrazo!
ResponderEliminarMuy de acuerdo con lo que dices, lady-p, hay que pasar página del pasado, y vivir el presente, no queda otra.
EliminarUn abrazo.
Olá, tudo bem?
ResponderEliminarÉ difícil se perdoar por algum erro do passado e ouvir as novas vozes que nos querem falar. Mas é muito necessário que estejamos bem com nosso passado.
abraços.
Sobre todo no perder las oportunidades que nos ofrece la vida. Porque si cometemos errores pues bienvenidos sean porque se ha vivido. Pero la vida es una aventura y no debemos dejar pasar las oportunidades. Todo muy bien, Eduardo, esto se trata tan solo de un relato.
EliminarUn abrazo.
Las peores tormentas tienen lugar, en ocasiones, en nuestra cabeza! Y a menudo los espesos y negros nubarrones no nos dejan ver más allá! Un abrazote!
ResponderEliminarAsí es, Marifelita, que las tormentas están a veces en nuestras cabezas, que no nos dejan ver más allá y nos impiden ser felices.
EliminarUn abrazo.
Nos pasa mucho y en muchas situaciones, no vemos, no queremos ver.. estamos ciegos sin estar ciegos y sordos sin estar sordos... A no ser que la ceguera no fuese metafórica, entonces, sí, estamos ciegos :)
ResponderEliminarQué razón tienes, Beauséant, que suele ocurrir muy frecuente en la vida, más de lo que creemos, el que estamos ciegos y sordos tantas veces, aunque en el relato el protagonista estaba ciego de ojos, que no podía ver nada, también lo estaba desde su interior, porque estaba bloqueado entre lamentaciones.
EliminarUn abrazo.
No hay peor lamento que el de arrepentirse por algo que no hiciste, es un puñal al alma y un vacío que no se llena fácilmente... Que triste cuando no puedes ver la belleza que te rodea, nubes de melancolía...Bello relato! Besos por ahí!
ResponderEliminarMe gusta la frase que has dicho "es un puñal al alma y un vacío", es cierto, Mari, es lo peor que puede haber, lamentarse por algo que no has hecho por no atreverse, de nada sirven las lamentaciones, cuando la vida sigue, y hay que vivir el presente, el protagonista estaba completamente ciego y no veía belleza por ningún lado.
EliminarBesos.
Mejor no preguntarse " y si?".... primero porquè ya no tiene remedio y segundo, porque nunca sabremos qué hubièra pasado o cómo habría sido la vida después.
ResponderEliminarBien relatado, un saludo ;)
Muy buena tu reflexión, artur, de nada sirve preguntarse, hay que vivir la vida, afrontar las decisiones, y nada de lamentaciones.
EliminarUn abrazo.
No hay peor ciego que el que no quiere ver, y a veces ni siquiera somos conscientes de que no estamos queriendo ver. En esa ignorancia es difícil salir del victimismo.
ResponderEliminarPor otro lado, de poco sirve vivir lamentándonos por lo que hicimos o dejamos de hacer. Se nos va toda la energía en luchar contra algo que ya fue y no nos queda ninguna para enfrentar lo que puede ser.
Besitos
Eso es Alís, no puede estar uno haciéndose la víctima constantemente, lamentándose por lo que no ha querido hacer, la vida es muy corta para estar perdiendo el tiempo de esa manera, y ya no se adelanta nada, todo lo contrario. Hay que actuar a su debido tiempo. Intentar tomar las decisiones y no dejar escapar la vida.
EliminarBesos.
María, la historia que nos dejas es muy realista, refleja tantas historias, que por cobardía, pudor o dejadez no lograron encontrar el amor, perdieron la oportunidad de compartir la vida...Ataulfo está triste, no puede ver y sentir los mensajes de ese cielo dorado, que le envía su esperanza...Mi felicitación por tu claridad y sensibilidad, amiga...Permíteme que le recuerde a Ataulfo, que cada día empieza la vida, que vamos evolucionando y que seguro que el cielo escucha su pesar y le dará de nuevo otra oportunidad para ser feliz...Nada permanece, todo cambia y evoluciona...
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y admirado por tus buenas letras, María...Y feliz noviembre, que ya llega.
Aunque es un relato, bien se puede adaptar a la vida de tantas personas, que dejaron escapar el momento de tener que decidirse para cambiar el rumbo de su vida. A veces el miedo, nos impide vivir la vida, perdiendo las oportunidades que nos brinda. El protagonista no deja de lamentarse ahora que dejó escapar el tren de su vida, y se encuentra mayor, en la soledad, y ciego. Pero no se da cuenta de que a su lado está su fiel amigo, el perro, que le acompaña siempre. Me ha encantado el mensaje de esperanza que le has dado a Ataúlfo, siempre brilla tu mirada interior, María Jesús, me encanta leerte, porque eres tan positiva, gracias por la luz de tus palabras.
EliminarUn abrazo enorme.
jajaja Ataulfo... Teodiselo y Sisebuto ... jajaja Los reyes Godos ...y despés.. ¡Pascasia! perooo...Mi querida MARIETA ¿ cómo se te ocurrió en un texto tan melacólico, introspectivo y lleno de nubes preciosas, plantarles a los protagonistas semejantes nombres? para quitarle dramatismo al momento ¿ verdad? jajaja la imagen del banco es preciosa y está estupendamente acompañadas de tus letras.. perdóname por reirme de los nombres, me salió del alma , sé que me disulpas este exceso de confianza, así que gracias por esta sonrisa que me has dibujado al leerte, no veas lo bien que sienta...Muaks! bonita, un besazo enooorme y un abrazo para el pobre de Ataulfo.. cachis! ; )
ResponderEliminarJjajajajaja, tú lo has dicho mi querida tocaya, intenté buscar nombres graciosos para restar tanta oscuridad al relato y que al final no lo viérais tan negro, porque con esos nombres nada más leerlos entran ganas de llorar de la risa jajajaajja, me alegra haberte sacado sonrisas, que bastantes preocupaciones y tristezas tenemos ya con las cosas del exterior, así que nada de darme las gracias, todo un placer haberte distraído de esa manera aunque solo sea por unos instantes.
EliminarBesos enormes.
que hubiera sido .. si hubiera realizado aquella cosa que dejamos pasar ??? el destino lo teniamos marcado ... debíamos tomar otro camino ... no se si mejor o peor ... solo .. diferente
ResponderEliminarNo se sabe qué hubiera pasado si hubiera tomado otro rumbo a su vida, pero de eso se trata. De vivir la vida, aunque le hubiera salido mal, pero no se quedaría con las ganas de saber qué hubiera pasado si hubiera dado ese paso.
EliminarUn abrazo, Ricky.
Ay esos momentos en que nos reprochamos el haber hecho o no... el dolor y la tristeza.
ResponderEliminarMuy melancólico pero precioso.
Un besazo!
Sí que es melancólico el relato, por eso intenté poner nombres graciosos a los protagonistas, lunaroja, para que sonriérais un poquito.
EliminarUn beso.
Ataulfo... está ciego, sí, sus ojos miran al cielo, pero no puede ver la belleza de las nubes. Pero Ataulfo ve con los ojos de su alma, con su refinada sensibilidad y creo que lo que ve es precioso para él... ¡porque puede ver lo que la gente normal no es capaz de hacer!
ResponderEliminarMuy bonita tu historia María. Me encantó!
Un beso inmenso.
El defecto de Ataúlfo es que tampoco ve la belleza del interior porque no hace más que quejarse, de esa manera es imposible ser feliz. Si al menos dejara de lamentarse y se diera cuenta de que a su lado tiene a su fiel perro.
EliminarUn beso enorme, A.S.
es mejor arrepentirse de hacer algo que de no hacerlo y quedarte con la duda... pero bueno, de todo se aprende.
ResponderEliminaren días en los que todo falla, debemos agradecer al menos poder disfrutar de placeres sensoriales como ver un bonito paisaje, escuchar el mar o el viento...
besos, maría!!
Buenas alternativas las que mencionas, Chema, estoy de acuerdo contigo, esos placeres son de los mejores, para disfrutar de los momentos. De nada sirve ya quejarse uno de lo que no ha querido hacer antes. Y muy cierto lo que dices, que mejor arrepentirse de hacer algo que de no hacerlo.
EliminarBesos.
No he leído los comentarios, pero no faltará el que afirme que es mejor arrepentirse de algo y hacerlo, en vez de quedarte con la duda. Todo quien lo haya dicho, comparto su opinión. Si no actúo, la duda no me va a dejar tranquilo un segundo. Hablo de esas dudas quemantes, que tienen el potencial de cambiar vidas. No de las "duditas" jaja Va un abrazo, Dorada.
ResponderEliminarAsí opinamos todos, Julio David, igual que lo que has comentado tú, nada de quedarse con la duda, hay que tirar para adelante, vencer los miedos, decirse a vivir la vida de otra forma, y no acoplarse a la comodidad de lo que ya conocemos, porque lo desconocido asuste no quiere decir que vaya a ser peor.
EliminarUn abrazo dorado.
A veces es necesario mirar al cielo con otros ojos que nos permiten aclarar los pensamientos y despejar nubarrones, lo que no debe resultar fácil, pero si no se intenta...
ResponderEliminarMe ha gustado el tono atormentado del cielo particular del protagonista, roto por el desamor.
Felicidades.
No solo las nubes están en el cielo, también pueden estar en la cabeza de la persona, hay tantas clases de nubes... Despejar esos nubarrones mediante actos y decisiones, no de lamentaciones, que la vida es corta, y hay que aprovecharla "viviendo" no "lamentándose".
EliminarUn abrazo, Marcos.
Hola María, una historia triste y profunda. Ataulfo quedó atrapado en sus nubarrones que le impedían ver. Pero si corazón siente más allá de las nubes. Muy bonito relato. Un abrazo
ResponderEliminarEsas nubarrones son las peores, atrapan y no dejan que se disipe la mente, se queda uno completamente estancado, y no ve más allá que el pasado, cuando lo que importa es vivir el presente.
EliminarUn abrazo, Nuria.
Lo peor no es haber perdido la oportunidad, es quedarse colgado con ella...Además vete a saber lo que hubiera pasado. El pasado no se puede cambiar, pero el futuro si.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato, nos hace pensar y no hay nada mejor que mover las neuronas.
Gracias María, un abrazo
Y a mí me ha hecho reflexionar tu comentario, Fernando, ha estado genial lo que has dicho, de quedarse colgado en esa oportunidad, así se quedó el protagonista, y pudo haberlo cambiado en su momento, ahora ya es demasiado tarde.
EliminarUn abrazo.
Hola, hermoso relato, has podido enhebrar muy bien la idea de las nubes con tu texto. Gracias por participar. Un abrazo, Rosana
ResponderEliminarUn placer haber participado en vuestra convocatoria, Rosana, os felicito por el tema y el éxito que ha tenido.
EliminarUn abrazo.
Pobrete!
ResponderEliminarLas cosas hay que hacerlas en su momento, porque te pueden salir mal, pero al menos te queda la tranquilidad de haberlas hecho.
Bien tratado el tema, como siempre
Besos María
Qué razón tienes lo que has dicho, Tracy, uno se queda más tranquilo de haber aprovechado la oportunidad, aunque luego hubiera salido mal, pero por lo menos no queda esa duda.
EliminarBesos.
No me gustó el final pero eso ya es muy mi opinión, todo lo demás muy bonito y así.
ResponderEliminarGracias por tu opinión, Conejo, me gusta que me digáis lo que pensáis, valoro mucho la sinceridad, y te lo agradezco de corazón. Aunque el final de la vida también es malo, el de encontrarnos con la muerte, y no nos guste. No nos queda otra.
EliminarUn abrazo.
Cuando el corazón se nublado, oís ojos no pueden ver más que tristeza y añoranza. Triste historia. Un abrazo
ResponderEliminarEs lo malo que el interior se nuble y nos impida ver con claridad. Porque si los ojos están ciegos y el corazón tiene luz, siempre habrá claridad.
EliminarUn abrazo, Neo.
Volto para te ler de novo
ResponderEliminare desejar que tenhas um maravilhoso fim de semana querida amiga.
Beijos para ti.
Muchas gracias, querido amigo, A.S. igualmente, te deseo un feliz fin de semana.
EliminarBesos enormes.
Sus nubes no le dejaban ver la belleza que había a su alrededor... muy melancólico, la pregunta ¿..y si..? a veces es mejor no hacérsela porque en ocasiones o uno es cobarde o demasiado echado para adelante.
ResponderEliminarEn cuanto a los nombres, los reyes Godos también tienen derecho a amar. Aunque fuesen un peñazo a la hora de estudiarlos jajaaja
Un besazo Maria!
Jajaja qué razón tienes, Morella, también tienen derecho a amar los reyes Godos aunque sus nombres sean horrorosos, bastante desgracia tenían con sus nombres igual para nosotros tener que estudiarlos jajaja. No, es mejor no hacerse preguntas, no perder el tiempo, y aprovechar la vida en actos y decisiones.
EliminarUn besazo.
Cada día que pasa nos volvemos un poco más ciego, y esa ni siquiera es la peor de nuestras desgracias.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Qué razón tienes en lo que dices, José A. si solo fuera esa la desgracia.
EliminarUn abrazo.
En la sencillez del relato, el encanto.
ResponderEliminarCuántas historias semejantes poblarán bancos de plazas, asientos frente al mar, solitarios mirando el cielo y el horizonte!...
Sin decisión nada es posible; sólo quedarse con la duda.
Precioso, María.
Gracias.
Un beso para ti.
Tantas personas solitarias mirando al horizonte de sus días, haciéndose montones de preguntas, y lamentándose por lo que no hicieron, escapándoseles la vida.
EliminarUn beso, Grace.
Me encantaron los nombres de los protagonistas. ¡Ataúlfo y Pascasia! Creo que le dan un toque de humor al emotivo relato. Y la moraleja está clara: hay que mirar más allá de las nubes negras y maravillarse con las de colores imposibles, rosas, amarillos y blancos.
ResponderEliminarNo sé si la última fotografía es tuya, pero me parece una preciosidad :3
Un abrazo, María
Sacaste una muy buena moraleja, mi preciosa Dafne, muy positiva, hay que intentar ver las cosas con esos colores, y que las nubes negras se alejen, solo es cuestión de mentalizarse de esa manera, como tú dices. Y me alegra que te hayan gustado esos nombres que han servido para dar un toque de humor a este relato. La última fotografía es de las que han dirigido esta semana la convocatoria.
EliminarUn abrazo.
Que conto tocante e profundo! A forma como você construiu a dor e o arrependimento de Ataúlfo é simplesmente envolvente. A metáfora das "nuvens de tempestade" na mente dele e o contraste com as nuvens douradas no céu criam uma tensão emocional que nos prende. A sensação de que ele está preso em sua própria culpa e incapaz de ver a beleza ao seu redor, tanto no céu quanto dentro de si mesmo, é comovente e tocante. A ideia de que ele é "cego" para a beleza do mundo, devido às suas próprias sombras internas, é muito poderosa. Fiquei pensando sobre como todos nós, em algum momento, somos capazes de nos perder nas nossas próprias tempestades emocionais, sem perceber as constelações de esperança que o universo nos oferece. Um texto sensível e repleto de emoção, que realmente nos faz refletir.
ResponderEliminarAFAGOS POÉTICOS EM SEU 💗
🐾
Qué cierto lo que dices que algunas veces estamos tan adentro de nuestras propias nubes que es dificil de ver la belleza exterior, porque los nubarrones interiores nos impiden verlo. Y aunque en realidadad, el protagonista estaba ciego, pero aún así, su interior también lo estaba, por ser incapaz de sentir la belleza del exterior, disfrutar de su perro que le acompañaba, solo sabía lamentarse por lo que no pudo hacer. Me alegra que mi relato te haya parecido tan sensible, querida Cléia, como tu mirada interior, un placer disfrutar de tus reflexiones.
EliminarBesos enormes.