Y la fantasía de la noche
te llevó hasta el añil de mis sueños.
Me secuestraste en medio del bosque,
me escondiste entre pinos y abetos,
tu calor era la naturaleza de mi refugio.
En la intimidad de la noche volé contigo
impregnada en el gozo del subconsciente.
Oxígeno azul,
grito de luz,
éxtasis y refugio,
pálpito derramado.
Regresando a la vida
eclipsando el instante,
abrazada al oasis.
En el vaivén de los sueños
se fusionaron los latidos.
Mi aportación en "Varietés"
María
Buena aportación, hiciste, no me importaría un insomnio, teniendo esas sensaciones. ;)
ResponderEliminarUn beso.
Me alegra volver a leerte, querido Alfred, y sí que tienes razón, un insomnio así con esas sensaciones, es todo un placer, y no el que tuve yo anoche que no pegué ojo jajaja.
EliminarUn beso enorme.
Bello poema. Me encanta la palabra "añil"....
ResponderEliminarBesos, estimada María
Me alegra que te guste esa palabra, pues te voy a contar un secreto, estimado Luis Antonio. Resulta que la metí a última hora. Había terminado de escribir el poema, y encontré la imagen de arriba, y esa misma imagen, fue la que me trajo la palabra "añil", la palabra que tenía la sustituí por la palabra "añil".
EliminarMuchos besos.
Una bonita fantasía en mis colores favoritos, además de que sería delicioso poder perderse así de vez en cuando en el mundo de los sueños. Un placer leer tu original aportación para este reto. Besos
ResponderEliminarQué bueno que sea tu color favorito, neuriwoman, coincidimos, a mí también me encanta este color, azul cielo, azul mar, azul paz... ¿te imaginas perderse en los sueños en un bosque azul? volando en mil sensaciones, una fantasía maravillosa. Un placer tu compañía y me alegra que hayas disfrutado.
EliminarBesos enormes.
María, tu poema es un susurro de ensueño que acaricia el alma. La imagen del “añil de mis sueños” me ha envuelto por completo, como si ese bosque azul existiera en algún rincón secreto del subconsciente.
ResponderEliminarCada verso late con una intensidad que transforma la fantasía en refugio, en éxtasis, en vida.
Gracias por regalarnos esta travesía poética donde los latidos se funden en el vaivén de lo onírico.
Un verdadero deleite leerte.