martes, 9 de septiembre de 2025

"Héroes Anónimos"




Como cada mañana, la pequeña Laura, visitaba diariamente, a la vecina del quinto. Isabel, una anciana que no tenía a nadie más que la soledad por compañía y los dolores de la grave enfermedad que padecía desde hace unos años.

Solo con ver la sonrisa de la niña, durante unos minutos, a Isabel se le quitaban los dolores, pareciera como si la niña le diera combustible para todo el día. Para ella era su mejor medicina. Los abrazos que recibía de Laura eran los que le daban fuerza y energía. Le hacían sentir que todavía merecía la pena vivir, a pesar de las dolencias, no solo las de su enfermedad, sino las otras que eran mucho peor, la de su soledad y tristeza.

Isabel, se quedó viuda hace veinte años, y cuando ya se había restablecido de la muerte de su marido, seis meses después, recibió un duro golpe. Su único hijo tuvo un accidente de tráfico, falleciendo poco después. Fue algo terrible para ella. Su vida se fue con él. Nada tenía sentido para ella. Pero no le quedó más remedio que seguir adelante. Sin ilusión y hundida en la profundidad de un pozo oscuro sin salida. 

Ocho años después, nació una preciosa niña en el tercer piso del edificio. Isabel se encariñó con ella, como si fuera su propia hija. Todos los días iba a verla, necesitaba ver su carita de seda, sus ojitos que parecían luceros, su sonrisa iluminando su rostro. Ella era su luz y su droga. 

Laura se fue haciendo mayor, y ahora era ella la que, cada día, subía a ver a Isabel, para hacerle compañía, darle abrazos, contarle cosas del cole, leerle las noticias del periódico. 

Y así fueron pasando los días. Cálidos y entrañables con el calor de la compañía de Laura, que a pesar de ser una niña, no dejaba de ser una gran heroína por su desinterés en ofrecer su cariño y compañía a una anciana que no tenía a nadie.

Inevitable fue el paso del tiempo, mientras la enfermedad fue avanzando, Isabel se iba apagando como una vela, Laura, siempre ahí, con ella. Y en uno de esos días, mientras se abrazaban, Isabel, se despidió de ella para siempre.

Isabel murió feliz y en paz, en compañía de Laura, como deseaba, entre el cobijo de sus abrazos. Aunque su alma se quedó con ella. Sus alas volaron junto a su hijo.




Más relatos jueveros en el blog de Campirela



María


13 comentarios:

  1. Hay tanta ternura que siento esa niña haciendo compañía a su vecina. Heroína , con letras mayores , a cada persona que da su tiempo en hacer compañía a los que están en esa soledad, a veces elegida otras por necesidad. Gracias, María, por compartir este emotivo relato.
    Mil besitos con todo cariño , gracias cielo.

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  2. Un pequeño gran relato, breve pero cargado de sentimiento, seguro que hay otras niñas como tu protagonista, el mundo es mejor de lo que pensamos. Gracias por traer un poco de esperanza. Abrazucos

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  3. Los afectos abren con todos. No se necesita ser familia para que surjan. Maria bien lo dejas ver en el relato de esta entrada
    Un abrazo. Carlos

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  4. Me encanta tu relato, muy tierno y muy dulce.
    Aferradetes, María.

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  5. Un relato enternecedo Maria, me has emocionado amiga
    Un abrazo agradecido

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  6. Bonita entrada la de hoy.

    Salud.

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  7. Una historia realmente bonita, me ha gustado mucho y me ha llegado al alma. Muchas gracias por este relato.
    Un saludo.

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  8. Querida María,

    qué historia tan emocionante y llena de ternura. La pequeña Laura fue un verdadero ángel en la vida de Isabel, la medicina que ningún remedio podía darle: el abrazo, el cariño y la presencia. Qué delicadeza la tuya al narrar este encuentro de generaciones, donde una niña devolvió el sentido a la vida de una mujer herida por la soledad y la pérdida.
    Es imposible no conmoverse. Al final, Isabel partió en paz, con el alma abrazada por el amor y no hay despedida más hermosa que esa .
    Gracias por compartir tanta sensibilidad, amiga. Tu escritura siempre toca el corazón.

    Con cariño,
    Fernanda😘🥰🙏🏻

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  9. Bonito relato, felicidades.
    Un abrazo.

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  10. La vida se porta muy mal con algunas personas.
    Isabel recibió dos duros golpes, en forma indescriptible.
    Pero tuvo a Laura, para hacerle compañía, como hubiera hecho su hijo.
    Besos especiales.

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  11. Es una delicia de relato María...qué buena historia para este reto!
    Un beso grande!!

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  12. Llega a ser su
    nieta, y no
    aparece a su
    casa ni de coña,
    a menos que
    huela dinero,
    emotivo relato.

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