Aquella noche yo quería que te dejaras cocinar para mí... y que tú fueras mi dulce menú... "Tarta de chocolate"...
Te fui endulzando con leche condensada... unté de nata tu piel... te embadurné con una capa de chocolate líquido... extendiéndolo por todo tu cuerpo... te aliñé con unas gotas de anís hasta emborrachar tu piel... agitándote bien... adornándote con guindas rojas... y a fuego lento fui gratinándote... para después servirte en una bandeja dorada en mi mesa...
Sabes bien que no me gusta cocinar pero... en esta receta puse además de todo mi entusiasmo... un kilo de pícara pasión... y unos miligramos de erótica porción... para hacer una receta exclusivamente especial... y el resultado se comprobó...
Mmmmm no sabía por dónde empezar a degustarte... a ti mi dulce manjar... fui relamiendo todo tu pecho con mi viciosa lengua... recorriendo el plato de tu cuerpo... saboreándolo con glotonería... encaminándome a la meta... del fruto prohibido...
Y al llegar... mordí con mis labios de la firmeza de tu carne... y mi lengua carnívora vibraba... al masticar con ella mi dulce bombón... me atraganté un poco... al fusionarse tu carne con el eco de mi voz...
Y yo seguía probando mi guiso... no podía desperdiciar ni una dulce pizca... y tengo que confesar que... esa noche me puse las botas degustándote... y ver cómo te ofrecía tanto placer...
Me ha gustado esta vez contigo ser cocinillas... mmmm me ha excitado... así que mañana... ¡¡¡prepárate!!!... te volveré a guisar con otros ingredientes... para seguir probándote bocado...
Más relatos jueveros sobre cocinillas en el blog de Mar