Camino al costado de tu sombra,
inclinada a tu vera,
voy navegando a la deriva
rebrotando el escalofrío.
Es la hora más oscura,
sin saber qué hacer,
mi memoria sobresaltada
va desnudando mis pensamientos.
Son días extraños,
tormentas de nieblas,
lluvia de fuego,
respiración imperfecta,
van definiendo la intimidad
desbordada en la penumbra.
Se me tiñe la vida,
entregada al instinto,
soy fantasía ensalzada,
polvo al anochecer,
oráculo de sueños divinos.
Mi aportación en "Paraíso de letras"
María
Qué hermoso poema, María!! Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Hacía tiempo que no escribía poemas, últimamente me da por escribir relatos, no sé yo si habré perdido la práctica jajaja.
EliminarMuchas gracias, LA CASA ENCENDIDA, por tu compañía.
Besos enormes.
Cuando los versos son capaces de desentrañar los Estados de zozobra de la entraña y del alma
ResponderEliminarUn abrazo. Carlos
Bonitos versos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una maravilla...qué preciosidad, qué preciosidad!
ResponderEliminarmagia pura.
Besazo!
Un poema que no estoy acostumbrada, a leerte, es un tanto triste, pero es otoño y tal vez haya influido y la luna llena ajajá.
ResponderEliminarA ti nunca se te olvida lo que bien haces. Un besazo mi querida María.
¡Qué preciosos versos!
ResponderEliminarUn abrazo.