Amanecí con resaca de caricias tatuadas en mi piel... al sentir la luz del día rozando mi cuerpo...
¿Cómo no va a tener memoria mi piel recordando sus manos moldeando mi desnudez? ¿cómo no acordarme de su boca hurgando entre mi sexo que aún latía fuego? ¿cómo no sentir sus dedos penetrando en la húmeda gruta del reverso?
Marc era tan sexual... tan salvajemente apasionado... era mi droga... mi vicio... me volvía loca solo de pensar en cómo me poseía desbocadamente... mis neuronas se alteraban haciéndome perder la cabeza... la voz de mi garganta gritaba entre gemidos lujuriosos...
Hoy era su cumpleaños y quería que fuera un día especial... por eso había pensado en darle una sorpresa... ¿y si le regalo su fantasía pecaminosa... su tentación... su deseo más ardiente...?
Yo no estaba muy convencida del todo... pero reconozco que en el fondo me daba morbo... y me excitaba pensar en tocar el cuerpo de una mujer... en besar su boca... en lamer sus pechos... en oler su sexo... lo que no sabía es qué podría sentir yo al ver a Marc penetrando a otra mujer... algo insólito para mí...
Pero era tal mis ganas de ofrecerle un día especialmente distinto en su cumpleaños... me hacia tanta ilusión hacer realidad su deseada fantasía sexual... y que sus sueños eróticos se cumplieran... ¿por qué no vivir ambos una experiencia tan tentadora?
Así que no lo pensé más veces... llamé por teléfono a mi mejor amiga que ya lo había hablado con ella, la que estaba dispuesta puesto que era también una de sus deseadas fantasías... y quedamos a las diez de la noche en el lugar que habíamos planeado... todo perfecto...
Acto seguido... le escribí una nota a Marc y la guardé en el bolsillo del pantalón que le iba a regalar...
Nada más llegar a casa le felicité abrazándolo y besándolo efusivamente... entregándole el regalo que le tenía preparado... cuando Marc lo abríó dijo...
- ¡Pero qué sorpresa! si es el pantalón que quería... gracias cariño... me dijo besándome, a lo que yo le respondí...
- ¡Póntelo! Quiero ver como te queda... sonriéndole yo con picardía...
Cuando ya tenía puesto el pantalón Marc, le dije... Te queda perfecto, cariño, estás para comerte.
Al meter las manos en los bolsillos del pantalón, Marc dijo...
- ¿Qué tengo en el bolsillo? parece que hay una nota... la desdobló y comenzó a leer lo que yo le había escrito:
"Muchas Felicidades cariño. Tu fantasía erótica se hará realidad a las diez de esta noche. Haremos un trío con mi mejor amiga. Te deseo y te quiero. Con amor, Judit".
El rostro sorpresivo y de felicidad de Marc fue para mí un auténtico regalo... sus ojos abiertos como platos... sus pupilas dilatadas brillantes penetrando mi mirada... su sonrisa de lo más pícara...
- ¿Un tríooooo? ¡pero qué sorpresa, Judit! ésto sí que no me lo esperaba de ti... estoy seguro que será una noche inolvidable... lo presiento, mi amor... me decía Marc a la vez que me besaba apasionadamente...
En ese momento nuestras bocas amarradas una a la otra eran mareas espumosas ensalivadas... mis neuronas comenzaron a arder lascivamente pensamientos desbocados pensando en la noche tan efusiva que nos esperaba a los tres...
Y... ¡llegó la hora¡ Marc y yo nos dirigimos entusiasmados al lugar del encuentro... allí estaba esperándonos, Lucía, mi mejor amiga...
Más relatos jueveros sobre ¿Qué tengo en el bolsillo? los encontraréis en el blog de Mar,