A la espera de tu tacto...
que penetre el pozo húmedo de mi deseo...
entre las sombras de la lujuria...
y las palpitaciones galopando...
Muerdo el grito...
se disloca mi cadera...
enloquece mi alma...
mis muslos se ahogan en el gemido...
Mis curvas se quebrantan...
perturbadas por el látigo desnudo...
desafiando la batalla del tiempo...
entrando erecto el rayo ramificado en la noche...