A Mara Laira le habían ofrecido un puesto de trabajo de Directora para un programa de Televisión en Tunuyan. Le pareció fascinante la idea. Por lo que no se lo pensó dos veces y decidió renunciar a su actual trabajo de locutora de radio para aceptar esa oferta, ya que para ella era una nueva oportunidad profesional, además, deseaba abrirse camino hacia nuevos horizontes, conocer otras ciudades y otras gentes.
Por lo que, en unos días decidió trasladarse a Tunuyan (Mendoza). Allí empezaría una nueva vida. Y sobre todo le serviría para olvidar su último fracaso sentimental.
Ya instalada en la casa, la que sería su nuevo hogar, una casona un tanto misteriosa ya que no había encontrado otra mejor tan cercana como esa a su lugar de trabajo, pero lo que más le gustó era que tenía un amplio jardín con flores.
Al llegar la noche. Mara Laira no podía dormir, su habitación parecía fantasmal. Veía sombras por las paredes. Escuchaba voces que entraban por la ventana del jardín. Sombras de caras extrañas y manos, aparecían y desaparecían, queriendo tocarla. Llamas con velas encendidas. Aquella casona pareciera estar habitada por seres paranormales.
- ¿Qué haces aquí? ¡Vete de aquí, insensata! ¿no ves que este lugar está maldito? - le decía una voz sobresaltada.
- ¿Quién eres? ¿Qué quieres de mi? - dijo asustada Mara.
- No quiero nada. Esta voz te avisa, de que esta es una casa maldita. La última inquilina apareció descuartizada.
- ¡Oooooh! Exclamó Mara. No puede ser. Yo solo quiero tranquilidad. He venido a esta ciudad a trabajar. Nada más.
- Pues aquí no encontrarás paz, es mejor que te vayas. No eres bienvenida, ya te he avisado, así que coge tus cosas y márchate cuanto antes de aquí, sino mañana verás las consecuencias, - le decía aquella voz fantasmal.
De repente. Las sombras desaparecieron. Las velas se apagaron. Las voces se acallaron. Y todo volvió a la normalidad. Mara al poco tiempo se quedó dormida.
A la mañana siguiente. Mara no sabía si lo de aquella noche lo había soñado. O si se trataba de una realidad. Estaba hecha un lío. Así que prefirió ignorarlo y se fue a trabajar a su programa de Tv.
Al terminar el trabajo, Mara llegó a casa algo cansada, pero había merecido la pena por un puesto de trabajo como ese, estaba feliz, deseando de darse una ducha. Se desnudó, y el agua empezó a empapar su piel, cuando de repente escuchó un chirrido y la puerta del baño se abrió. Mara puso cara de pánico, dio un grito sobresaltada tanto fue así que pareciera retumbar toda la casa dejando el eco encajado entre las cuatro paredes.
Aquella noche Mara desapareció sin dejar rastro. Jamás volvió a saberse de ella. En aquella casona solamente aparecieron restos de gotas de sangre por las paredes. Y así es como dieron la noticia en su programa de Tv titulado "Desaparecida" en el cual ella fue la Directora.
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